Venezuela: un sueño
EDUARDO FERNÁNDEZ
Imaginar a Venezuela con un gobierno de amplitud, comprometido con la tesis de la reconciliación nacional, con una agenda de cambio claramente definida y con capacidad para convocar a los mejores talentos para encargarse de las tareas políticas y administrativas, es un sueño compartido por una inmensa mayoría de compatriotas
Imaginar a Venezuela con un gobierno de amplitud, comprometido con la tesis de la reconciliación nacional, con una agenda de cambio claramente definida y con capacidad para convocar a los mejores talentos para encargarse de las tareas políticas y administrativas, es un sueño compartido por una inmensa mayoría de compatriotas.
Dar por cancelada la política de confrontación y de descalificación recíproca y sustituirla por una de diálogo, de búsqueda de consensos y de respeto por las distintas opciones, sería un primer paso en esa dirección.
Acometer una agenda económica para disciplinar el gasto público, para eliminar el control de cambio y todos los controles innecesarios que son fuente de todas las formas de corrupción, despilfarro e ineficiencia, sería un segundo paso en la dirección correcta.
La agenda económica debería también incluir la invitación a los inversionistas a invertir en Venezuela. Se necesita crear un clima de confianza y ofrecer garantías de respeto a la propiedad privada, a las reglas del juego y al Estado de derecho.
Mejorar el funcionamiento de la administración de justicia y recuperar la majestad, la dignidad y la eficiencia de la rama legislativa del poder público. Asegurar la calidad de los servicios públicos en seguridad, agua, electricidad, educación y salud.
Hacer de la educación la prioridad nacional y ocuparnos de ganar la batalla de la ciencia, de la tecnología, de la cultura, de la informática y de la capacitación para el trabajo y comprometer en esta tarea a todos los factores de la vida nacional.
Entender que la estrategia para superar el drama de la pobreza pasa por enseñar a pescar y no por regalar pescados.
Asumir con seriedad la política de diversificación de la economía nacional y estimular al aparato productivo para disminuir las importaciones, para ahorrar divisas y para promover exportaciones no tradicionales que mejoren nuestra balanza de pagos.
Fortalecer los gobiernos locales y los gobiernos regionales para beneficio de la gente.
Derrotar la inflación con disciplina fiscal, con reducción del circulante y, sobre todo, con más y mejor producción de bienes y servicios en la economía doméstica.
Todo esto haría posible el sueño compartido de los venezolanos.
Seguiremos conversando
No hay comentarios:
Publicar un comentario