Blog de Víctor José López /Periodista

martes, 6 de marzo de 2012

MANOLO HERNÁNDEZ DOUEN Beisbol por Gotas


No apresurar a Yoenis Céspedes es lo aconsejable para los Atléticos

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Kendrys Morales necesitó de una temporada en las ligas menores en el 2005 antes de subir por primera vez a los Angelinos de Los Angeles de Anaheim en el 2006.

A la postre, la otrora figura de la pelota cubana se convirtió en gran estrella de la Liga Americana al conectar 34 jonrones e impulsar 108 carreras en el 2009, a la edad de 26 años.

Alexei Ramírez, otra figura perlantillana, subió de una vez a los Medias Blancas de Chicago a los 26 años de edad, pero dio tumbos en los dos primeros meses antes de encontrar el paso para cerrar su primera temporada en las Grandes Ligas con 21 palos de vuelta entera y 77 carreras producidas.

En otras palabras, ninguno de los dos arrancó a todo vapor, pero tanto Kendrys como Alexei sí han sido capaces de probar su talento en el Béisbol de Lujo.

Béisbol por Gotas considera que los Atléticos de Oakland tendrán que analizar ejemplos como esos a la hora de considerar a qué nivel comenzará la temporada del 2012 el talentoso Yoenis Céspedes.

Sí. Su contrato es enorme: $36 millones por cuatro años.

Sí. Viene antecedido de una temporada monstruosa en Cuba, al sacudir 33 jonrones en apenas 90 juegos, una nueva marca para la Serie Nacional.

Pero tendrá en su contra el hecho de que lleva mucho tiempo sin alinear de manera consistente, ya que antes de que consumiera algunos turnos con las Aguilas Cibaeñas sumaba alrededor de nueve meses sin ver pitcheo en situaciones de juego.

Y ya se sabe que batear es una de las tareas más difíciles. ¿Por qué cree usted que es recompensado con vítores y aplausos el que pueda promediar .300, cuando lo que eso significa es que un artillero ha fallado siete veces en 10 turnos?

Por supuesto, también necesitará hacer los ajustes necesarios para vencer la enorme diferencia que existe entre la pelota cubana y dominicana y el Béisbol de Lujo.

Y también le llevará su tiempo acostumbrándose a una vida totalmente diferente al sistema cubano. Menos mal que los Atléticos andan buscando alguien que pudiera ser una especie de tutor y esa persona probablemente sea Ariel Prieto, ex lanzador antilano de la propia novena de Oakland que viene de dirigir en la temporada venezolana 2011-12 a los Caribes de Anzoátegui.

Poco más de tres semanas desde este momento hasta la inauguración de la temporada en Japón el 28 de marzo frente a los Marineros de Seattle sería un tiempo demasiado reducido para lograr objetivos similares hasta para una figura con experiencia en las Grandes Ligas.

Su talento es enorme y su disposición ya es la de un gran profesional al manifestar en su primera rueda de prensa que está dispuesto a jugar en donde lo coloquen los Atléticos aún a sabiendas de que su posición es el jardín central.

La ayuda que recibirá en los Entrenamientos de Primavera no podía ser mejor porque su principal consejero es el dominicano Manny Ramírez, uno de los bateadores más dedicados a su profesión de nuestra era.

Una vez que comience a jugar, Céspedes se acercará con cada batazo a la meta de todo pelotero, pero le hará bien consumir la mayor cantidad de turnos posibles antes de que lo lancen a la dura sartén de la Gran Carpa.

A lo mejor le conviene a los Atléticos mantenerlo preparándose en Arizona mientras el resto del equipo viaja a la Tierra del Sayonara, a ver si con esa preparación extra puede hacer el grado de una vez cuando abran en Oakland el 6 de abril frente a los Marineros de Seattle.

Para entonces, Céspedes tendrá casi cinco semanas de preparación bajo la supervisión del alto mando e instructores de su nuevo equipo, tiempo con el cual pudieran definir si conviene o no que se quede de una vez con la divisa dirigida por Bob Melvin.

Ya se vio lo que le puede ocurrir por falta de fogueo hasta a un bateador de su talla, cuando en la postemporada quisqueyana promedió .143, con un jonrón y dos impulsadas en nueve encuentros.

No hay duda de que le llevará tiempo redondear en Grandes Ligas cifras siquiera parecidas a sus impresionantes logros en Cuba, donde promedió .323 con 145 jonrones y 464 impulsadas en 528 cotejos en sus seis temporadas finales con el equipo Granma.

Su campaña final de .333, con 33 jonrones y 99 impulsadas en 90 juegos es un ejemplo de lo que pudiera hilvanar en las Grandes Ligas en 162 desafíos. Cuando obtenga esas cifras, el gerente general de los Atléticos, Billy Beane, podrá frotarse las manos de la satisfacción de haber hecho una excelente inversión.

Por ahora, ¿para qué apurarlo? ¿Por qué no dejar que coja su ritmo sin presión alguna? Después de todo, los Atléticos tienen actualmente jardineros a granel y necesitarán definir quién se irá a las ligas menores cuando Céspedes esté listo para hacer el grado.

A la fanaticada de Oakland le esperan muchas tardes brillantes de este gran jugador que con el tiempo pudiera ser tan bueno como sus paisanos Morales y Ramírez, que ya es bastante decir.

Paciencia, mucha paciencia, necesitarán tener los A's para que no les pase como el cuento de la gallina de los huevos de oro con un pelotero de potencial enorme.

Es mejor que su debut en las Grandes Ligas se produzca cuando ya esté listo para acribillar a los lanzadores de ese nivel tan exigente -lo cual va a lograr a su debido tiempo- que exponerlo a una mala arrancada que derive en su envío a las ligas menores.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.
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