- 7:20am. Por casualidad pasé por la estación de Jusepín y hay un chorro de petróleo de 30 metros de altura. – ¡Coño, qué bueno, salió petróleo sin necesidad de perforar! – No, pendejo, se reventó el oleoducto y el crudo va directo al Guarapiche.-- ¿Y nadie se percató en la sala de control de la caída de presión que indica que hay un derrame? - Creo todos estaban en Caracas celebrando el heroico alzamiento del 4F de nuestro comandante-presidente. - ¿Y qué pasó con las válvulas automáticas que cortan el flujo? - ¿Cuáles válvulas?
8am: La vaina se nos salió de las manos, hay que cerrar los pozos.- Ok, ya el responsable está procediendo. 8y30am: Hay que activar el Plan de Contingencia.- De acuerdo, ¿cómo es el procedimiento? – Carajo, pero tú eres el jefe y no lo sabes? - Bueno, recuerda que cuando botamos a los apátridas me maduraron con carburo y todavía no estoy muy enterado.
10am: -Ya toda la producción está cerrada. - ¿Si está cerrada de dónde viene ese mollejero de petróleo? – Caramba, llamé a uno de los responsables y me dijo que había cerrado unas llaves pero parece que no eran las que correspondían a ese oleoducto, pero que por prueba y error confía en encontrar la correcta. .
Horas después: - El chorro sigue a millón, ¿Qué coño está pasando? – La verdad es que uno de los tantos jefecitos no quiere cerrar los pozos, porque dice que después lo pueden culpar de saboteador como a los del paro petrolero. – ¿Cómo detenemos el petróleo que va rio abajo? Págale a algunos desempleados para que se metan desnudos al agua y coloquen las barreras.- ¿Y no temes que el Inpsasel nos aplique la Ley de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo? – Pana, tú nos has entendido que estamos en tiempo de revolución y esa solo se la aplican a los burgueses.
En la tarde: -Llegó el vice de Pdvsa, menos mal que nos salvó al declarar que el rio no corría peligro y que la situación estaba controlada, pero preguntó porqué no habían cerrado producción. – ¿Y qué le contestaron? – Lo hicimos con la canción del Alcaraván “ Que fuiste tú, que si yo, que no, que si tú”. - ¿y no se arrechó? –No camarada, tú sabes que los revolucionarios no nos echamos paja.
Una semana después: - Llegó el ministro, menos mal que dijo que no nos preocupáramos que al fin y al cabo Venezuela es un país petrolero y la gente tiene que acostumbrarse a los derrames. Además agregó que si por casualidad a algún campesino se le había muerto una gallina embadurnada de petróleo, que la revolución le entregaría otra gallina y no como hacían los vagabundos de la cuarta que lo compensaban en dinero. – ¿y esos afrodescendientes los trajeron de Barlovento, porque aquí en Monagas lo que abundan son guaraos? – No, mijo, son de aquí mismito, lo que pasa es que están cubiertos del oro negro.
Un mes después: -¡Qué sabrosa está esta agua, no me explico por qué la gente compra Zenda que son unos especuladores, cuando la del Guarapiche es excelente. – Oye, pero ese gato que tenemos de gobernador nos está desprestigiando y se niega a que se le suministre agua a la población. – No le pares, ese tipo como que quiere brincar la talanquera. Esa Yelitza sí es una revolucionaria cuando aplica aquello de que “ con mi gente, con razón o sin ella”. No hay nada de qué preocuparse. Total apenas han muerto peces, anacondas y unas matas de mangle. La población no fue afectada porque la nueva Pdvsa les suministró agua gratis mediante cisternas, ya que ahora sí es del pueblo.
Primer capítulo de esta astracanada petrolera, o sea de una farsa teatral disparatada pero que ocurrió realmente, producto de la pérdida de la meritocracia en Pdvsa. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com
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