Blog de Víctor José López /Periodista

sábado, 10 de marzo de 2012

CARLOS ANDRÉS PÉREZ(*) : Los dictadores no tienen palabras

(*) Columnista en El Colombiano de Medellín
Publicado el 10 de marzo de 2012


En poco más de un mes se realizará la sexta Cumbre de las Américas en Cartagena, un avance para nuestro país en sintonía con la idea del gobierno de Juan Manuel Santos de convertir a Colombia en un referente de integración.

Sin embargo, y como siempre ocurre donde hay afanes de protagonismo, los del Alba salieron a amenazar a través de Rafael Correa que si Cuba no era invitada, desistirían de venir, lo que habría generado un revés en la idea de Santos. El boicot quedó superado al punto en el que el más extravagante de los de ese grupo, el presidente de Nicaragua, confirmó su asistencia.

Santos movió esta semana una carta que si bien no tendrá repercusiones en el inmediato futuro, jugará en su contra en cualquier momento: fue a Cuba a hablar con los Castro y con Chávez para hacer lo mismo que hizo Vicente Fox en 2002, cuando telefónicamente le pidió a Fidel que no fuera a México a una cumbre de las Naciones Unidas.

Santos argumentó querer dialogar con el presidente cubano "como se hablan todos los buenos amigos". Lo propio hizo Fox, cuando empezando la conversación con el otro Castro que era presidente entonces, le dijo: "Pero mira Fidel, yo te hablo primero como amigo".

Castro aceptó los términos de Fox: fue a México y pronunció su discurso, pero al regresar a la isla, publicó la conversación telefónica que tenía guardada -la que se iba a quedar entre 'amigos'-, dejando al mexicano en el peor de los mundos.

La realidad es que los dictadores, primero, no tienen amigos, como creyeron Fox y Santos, y segundo, no tienen palabra, como ya lo confirmó el exmandatario de México y como seguramente lo hará el colombiano en algún momento.

No fue difícil lograr que Cuba no venga a la Cumbre: la situación es muy diferente a la de 2002 (el Castro que ejerce de tirano ahora es menos proclive a la algarabía que su hermano) y lo que para Fox fue un estruendoso fracaso, para Santos parecerá un triunfo de la diplomacia de la que siempre alardean él y su canciller.

Sin embargo, personas de la calaña de los Castro guardan las oportunidades para cuando les sean útiles.

Los del Alba vienen acumulando peligrosas reservas de favores que le anotan a Santos y cuando llegue el momento oportuno las harán valer. Son expertos en eso.

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