VÍCTOR JOSÉ LÓPEZ
La evidente pérdida de popularidad del presidente Hugo Chávez, tal y como lo han revelado las más diversas encuestas, provocan la reacción de quien se ha portado mal con el pueblo y pretende rescatar la confianza perdida: recurre a las promesas, las mismas que durante largos 12 años de gobierno no ha cumplido.
El absurdo de Chávez es el de la forma del populismo y de la demagogia extremas, pues promete entregarle a los refugiados papeles de propiedad de los terrenos y construir en ellos las cientos de veces ofrecidas viviendas y, además, construir 2 millones de unidades habitacionales para ser entregadas en seis años.
Es decir, ya da por descontado el triunfo electoral del año entrante, 2012.
Lo prometido fue lo medular en su maratónico programa que transmite por radio y televisión los domingos. El de ayer fue el 370 y lo transmitió desde el maltratado y olvidado estado Vargas, en un complejo habitacional denominado Ciudad Caribia.
Chávez, hasta la fecha el gobernante que menos soluciones ha construido, con la mayor riqueza jamás en manos de un gobernante venezolano, anuncia que se compromete construir nada más y nada menos que 913 caras diarias. Esta cifra se desprende, insisto, en su promesa ante la nación de que va a darle al pueblo venezolano 2 millones de casas o apartamentos dignos para habitar, en tan sólo 6 años.
Como si esta promesa, de la que respetuosamente dudamos se pueda cumplir, fuera poco, Chávez prometió hablar menos, “por recomendación médica”. Lo hizo al comenzar la entrevista que le hizo su gran soporte, José Vicente Rangel en Televen. Hugo Chávez aseguró que por razones de salud y sugerencias médicas, su programa sería de corta duración. "El médico me recomendó no hablar más de una hora...", 4horas y media más tarde finalizó.
¿Se le puede creer a un mentiroso consuetudinario?
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