Los
venezolanos demócratas deben estar orgullosos porque en estas duras
jornadas triunfó el pundonor sobre la ruindad. Nunca en nuestra
historia del siglo XX y lo que va del presente, tantos ciudadanos
se habían comprometido en una lucha desigual en contra de una dictadura apoyada
por los más viles de una sociedad.
Las
dictaduras de Juan Vicente Gómez y de Pérez Jiménez fueron enfrentadas
por un grupo relativamente pequeño de valientes, algunos de los cuales fueron
asesinados, torturados, encarcelados o exiliados. Con excepción de unos pocos
independientes, la mayoría eran militantes de alguna ideología política.
En esta
oportunidad, participan masivamente ciudadanos que en su mayoría nunca se
habían interesado por la política. Reconocemos la valentía de los jóvenes
y de los ciudadanos en general que perdieron la vida, que han sido
torturados, heridos o encarcelados. De los comunicadores sociales que se
arriesgan para cubrir las noticias y por ello son agredidos. De los médicos que
atienden a los heridos y también salen a protestar. De los agricultores,
obreros y empleados que abandonan sus actividades para cerrar vías
y enfrentar la tiranía. De las amas de casa que dejan por momentos
sus quehaceres domésticos para expresar su descontento. De los comerciantes y
empresarios que ponen en riesgo el fruto de su trabajo por sumarse a un
paro o por salir a las calles a rechazar los abusos. De los militares que
han rechazado al régimen. Honor y justicia para los caídos y para quienes
no se doblegan.
Cierto que
en nuestra sociedad también tenemos gente ruin en todos los estratos. Desde
profesoras eméritas y políticos, hasta profesionales de las armas. Así
mismo, asesinos y torturadores que no tienen piedad con el indefenso.
Funcionarios que roban desde unos cuantos millones de bolívares hasta la
voluntad popular expresada en elecciones o que impúdicamente obligan a sus
subalternos a asistir a actos políticos en contra de su voluntad. Igualmente
contamos con compatriotas que aplican la viveza para lograr sus fines. Castigo
legal y moral para estas lacras.
Sería
mezquino no reconocer el trabajo de nuestros dirigentes, quienes en su mayoría
asumen más riesgos que el común de la gente. A veces hemos señalado algunas de
sus actuaciones que en nuestro criterio, bueno o malo, consideramos errores.
Sin embargo, con muy pocas excepciones, nunca hemos pensado que son colaboracionistas.
Frecuentemente se hacen señalamientos irresponsables de que están negociando
sus propios intereses. Entendamos que conversar, dialogar o negociar con la
caterva de malandros que están en el poder no es un delito y las más de las
veces es necesario. Lo importante es que en esos encuentros no se ceda en los
principios que rigen una sociedad civilizada.
Particular
reconocimiento a esa comunidad internacional que ha condenado a la dictadura. A
los
valientes
pronunciamientos de Almagro, del grupo de ex presidentes, del Parlamento
Europeo y de varios gobiernos democráticos. Esta solidaridad
internacional no solo es un apoyo moral, sino que contribuye al debilitamiento
del régimen.
Nadie debe
desanimarse por este nuevo fraude ordenado por Maduro y llevado a cabo por los
magistrados sinvergüenzas e ilegítimos del TSJ, así como por las harpías del
CNE que depositaron al menos unos seis millones de votos
quiméricos. La lucha es hasta recuperar la democracia y lograr un mejor país.
Triunfó el pundonor, perdió la ruindad y se impondrán los principios y
valores de la democracia.
Como en
botica: El descaro de la Lucena la llevó a declarar que "ganó la paz"
y el Padrino alcahueta a decir que "todo el país estuvo en completa
calma", cuando hubo más e una docena de asesinatos políticos. El
presidente de facto amenaza con "tomar medidas en contra de opositores,
medios de comunicación y con levantar la inmunidad a los parlamentarios".
Antes había dicho que "no tenían votos, pero sí armas" . Pobre diablo
¡No más prisioneros políticos, ni exiliados! ¡Abajo la dictadura!
eddiearamírez@ hotmail.com
1/8/17 Noticiero Digital, Runrunes y Digaloahidigital
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