Blog de Víctor José López /Periodista

domingo, 26 de febrero de 2017

CARLOS MONTENEGRO Herrero, Armenteros y Venezuela El Mirador Redondo

                                                                                                                     

La influencia musical provenía directamente del Norte de América, es decir, de Estados Unidos y de México que por su situación geográfica fue permeado pronto por aquella forma musical avasalladora; bien en inglés o en castellano el rock&roll se colaba poco a poco y nos influenciaba

A José Luis, ausente y Pablo.


   ©Carlos M. Montenegro                        



Fue a principios de los años sesenta del pasado siglo, cuando comenzó a desarrollarse la música rock y pop en Venezuela. La influencia musical provenía directamente del Norte de América, es decir, de Estados Unidos y de México que por su situación geográfica fue permeado pronto por aquella forma musical avasalladora; bien en inglés o en castellano el rock&roll se colaba poco a poco y nos influenciaba.
A partir de 1963 otra corriente de aire comenzó a soplar cruzando el Atlántico, su origen era Inglaterra con los Beatles a la cabeza. Y hacia el año 1965 nuevas brisas cruzarían el Atlántico: en castellano desde España y de Italia en esa lengua; con pocas excepciones, fueron las corrientes que calaron más en nuestro ámbito musical, mientras se conformaba un estilo propio.
Del lado español recibimos muchos artistas, su principal mérito consistía en que solían interpretar canciones en gran medida originales. Así llegaron la Formula V, Los Mitos, Serrat, Nino Bravo o Miguel Ríos entre muchos. Esto era posible porque en España en esa década la industria invirtió, con una economía en alza, en su mercado musical. Así fueron apareciendo nuevos compositores que colocaban sus canciones a innumerables intérpretes emergentes; asimismo, se desarrollaron productores que con frecuencia provenían de los mismos compositores, obteniendo cada vez mejor sonido con mejores temas, y la industria del disco española fue adquiriendo un gran nivel de calidad que no tardó en cruzar fronteras con notable éxito, especialmente en Latinoamérica.
En 1961 en el panorama musical español debutó un quinteto de muchachos, Los Relámpagos, que se convirtió en una de las bandas instrumentales más originales; a partir de 1965 usaron arreglos y composiciones propias; con instrumentos y ritmos modernos reinterpretaron viejas melodías y composiciones clásicas de Falla, Turina, Granados, Albéniz; también se inspiraron en epopeyas y leyendas españolas y en grandes films históricos influyendo posteriormente en muchas bandas sonoras. Valga como ejemplo el tema “Babieca”, rememorando al caballo del Cid Campeador como hicieron los “Shadows” con el legendario caballo salvaje de las praderas, en su instrumental “Mustang”.
Los compositores del grupo eran Pablo Herrero, tecladista y el guitarrista José Luis Armenteros. Pronto desarrollaron una carrera juntos como autores y compositores, simultáneamente con su participación en Los Relámpagos, suministrando repertorio para artistas que triunfaron con sus temas.. No tardaron en hacerse productores de sus canciones, especialmente con la compañía Fonogram/Polydor. 
Grupos y solistas lograron enorme fama internacional gracias a sus composiciones y producciones para Formula V, que logró vender millones de discos gracias a: “Tengo tu Amor”, “Cuéntame”, “Busca un Amor”, “Eva María”, “La Fiesta de Blas” y así más de veinte títulos, con gran éxito en Venezuela. También Nino Bravo, quizá el más grande baladista español, poseedor de una soberbia voz, tempranamente desaparecido (con 28 años) haciéndose inmortal a pesar de su corta carrera, con piezas inolvidables como: “Un Beso y Una Flor”, “Libre”, “Esa Será Mi Casa”, “América, América” y hasta una decena de “hits”, todos compuestos y producidos por Herrero y Armenteros.
Su talento e imaginación era tal, que cuando compusieron su canción “América, América” ninguno de los dos conocía aún el Continente sud americano. Lograban canciones antológicas que hacían elevar la fama de los intérpretes que escogían, como ocurrió con Rocío Jurado y su “Como una ola” que marcó el antes y después de su carrera. Sus temas son como himnos, así ocurrió sin pretenderlo con el grupo Jarcha. España iniciaba su transición política tras la muerte de Franco, y Herrero y Armenteros grabaron con el grupo un tema cuya letra describía de tal manera el tenso ambiente político que se vivía en aquél momento, que la gente que deseaba el cambio de régimen la hizo suya y la cantó en cada manifestación o marcha, su título: “Libertad sin ira” que está unánimemente considerada en España como la canción representativa de la transición española a la democracia y su Constitución de 1978. El disco “Libertad sin ira”, único sencillo que pegó Jarcha en su carrera, alcanzó rápidamente el número uno en la lista de ventas en España el 11 de diciembre de 1976 manteniéndose esa posición durante muchas semanas, sin embargo instaló a Jarcha y a los autores de la canción, como protagonistas, en la historia de España.
Pero en el haber de este par de compositores hay también una canción que ha calado muy hondo en el sentir de los que moramos en este país tan ninguneado últimamente. La empresa discográfica TH en 1980 encomendó a Herrero y Armenteros producir un disco para José Luis Rodríguez; fue un disco con diez canciones originales excepto el “Pavo real” con los fantásticos temas “Me vas a echar de Menos” y “Atrévete”, que fue n°1 en todo el continente y en España. El fantástico disco consagró a José Luis como cantante internacionalmente y obtuvo ventas millonarias, con lo que TH no dudó en encargar el siguiente disco también a los mismos productores y sus composiciones.
Hubo una reunión en Madrid, para presentar al artista los temas del nuevo disco, a la que asistieron Herrero, Armenteros, Wilhem Ricken, dueño de TH, José Luis Rodríguez y su manager Toti Maselli. La sorpresa fue que al manager de José Luis, el argentino Maselli, no le gustó especialmente una canción, el single principal según los compositores, por considerarla “muy localista” para ser difundida en los “mercados globales”. El Puma debe estar aún lamiéndose la herida, pues se perdió ser quién lanzara al mundo “Venezuela” compuesta por los inseparables Herrero y Armenteros que una vez más habían creado una canción de leyenda.
TH en 1994 se la entregó a Balbino un excelente cantante venezolano que había hecho carrera en Puerto Rico, pero desconocido en Venezuela. El tema, sin embargo pasó desapercibido hasta que Mirla Castellanos lo incluyo en un disco de grandes canciones venezolanas. “Venezuela” era la única melodía original de la producción Mirla la cantó en una producción de Joaquín Rivera para un Mis Venezuela con gran éxito, y pasó al repertorio de todos sus espectáculos; a pesar de que no nunca llegó a ser un hit de radio, se fue abriendo paso en los shows y se hizo himno llegando hasta el lugar que hoy ocupa entre nosotros. A Mirla le debemos el ser la verdadera introductora de una pieza que evoca en los habitantes de Venezuela sentimientos patrióticos tales que es considerada ya se la considera el himno que disputa el 2° lugar al fantástico y zarzuelero “Alma llanera”.
En Venezuela, gobierneros y opositores la han hecho suya, coreando la estupenda melodía y su emotiva letra con verdadero entusiasmo en cuanta protesta o multitudinaria manifestación política recorre las calles de todo el país.
Es lamentable ver en las eternas cadenas, con “procesiones” y carnavalescos desfiles militares, a bandas de escasa afinación y dudosa marcialidad,  destrozar la pieza tras el anuncio del locutor de siempre: “…la patriótica y criollísima marcha Venezuela interpretada por la banda…”. Desde que el ausente la descubrió y cantándola a cada rato por tv, incluso con el “cubano mayor” en aquél dúo de “acero inolvidable”, no falta casi nunca.
*Por favor vean estos videos de “Venezuela”. En Maracaibo
Y en Caracas
** Y no se pierdan Jarcha en “Libertad sin ira” que es historia


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