Bates,
tras asesorarse legalmente, comenzó una insólita andadura. Constituyó el primer
Estado auto declarado como soberano: el Principado Independiente de Sealand, de
500 metros cuadrados sobre un espacio artificial en el mar. Asi nació el país
más pequeño del mundo
En los
inicios de la Segunda Guerra Mundial, el Tercer Reich tenía un gran interés por
el puerto de Londres, el estuario con más actividad del mundo. Inutilizarlo
sería el primer paso para colapsar el aprovisionamiento de Inglaterra y
facilitar la invasión por tierra, mar y aire programada por Hitler.
Churchill calculó acertadamente lo que se avecinaba, y encargó al
arquitecto Guy Anson Maunsell el diseño y la construcción de unos fuertes
en alta mar, a lo largo de la costa sur de Inglaterra, como primera línea de
defensa frente a las incursiones alemanas
Los
fuertes estaban constituidos por dos pilares de acero y hormigón reforzado de
ocho metros de diámetro sobre la cual descansaba una plataforma de quinientos
metros cuadrados para la artillería antiaérea. Las columnas contaban con siete
pisos habitables para más de cien personas (foto) más depósitos para
municiones, víveres y combustible. Durante la guerra, los fuertes de Maunsell
hicieron un gran servicio a su país derribando aviones, haciendo estallar
bombas aéreas V1 y V2, y detectando ataques submarinos, pero al terminar la
contienda, todas aquellas instalaciones fueron declaradas inservibles,
desmanteladas y abandonadas.
La
premura por instalar los fuertes marinos, debido al fragor de la guerra, fue
tal vez el motivo de no considerar el hecho de que algunas plataformas
estaban construidas fuera de las aguas territoriales británicas. Al ser
abandonadas no pertenecían a ningún país y nadie había previsto documentar la
propiedad de aquellas torres inútiles y obsoletas.
Ocurrió
que en los años 60 del pasado siglo se pusieron de moda a bordo de barcos en
aguas internacionales, las radios “piratas” o alegales que pautaban
publicidad, prohibida por entonces en Inglaterra, Holanda y otros países
europeos. Fueron muy populares, además de excelentes negocios, y pronto
descubrieron que las plataformas abandonadas eran excelentes para montar
emisoras “off shore” (costa afuera) siendo más seguras que los barcos.
Roy Bates
(1921-2012) era un inglés, locutor de radio pirata, que había decidido montar
su propia emisora, radio Essex, en una de aquellos fuertes. Tras algunos
intentos fallidos, descubrió que la plataforma marina Roughs Tower,
construida por la Royal Navy en 1942 y abandonada en 1956, se encontraba fuera de las aguas
jurisdiccionales británicas. Instaló su radio en 1966, pero llegó aún más
lejos: Bates se mudó a Roughs Tower con su esposa Joan y sus hijos
Michel y Penélope el 2 de septiembre de 1967, salió a la cubierta del fuerte y
pintó en su superficie la siguiente palabra: Sealand, y reclamó la soberanía
del territorio basándose en su personal interpretación del derecho internacional.
Con
aquella acción Bates, tras asesorarse legalmente, comenzó una insólita
andadura. Constituyó el primer Estado auto declarado como soberano: el Principado
Independiente de Sealand, sobre un espacio artificial sobre el mar de 500
metros cuadrados. Así nació el país más pequeño del mundo. Sobre el concepto
del jus gentium (el “derecho de gentes” romano), Roy Bates se proclamó
el 2 de septiembre de 1967 Príncipe de Sealand a título hereditario y a
Joan, su mujer, princesa.
La
pequeña micro nación no fue al principio el remanso de paz que sus monarcas
habían previsto; tuvo hasta su guerra cuando Jack Moore y Ronan O’Rahilly, los
dueños de Radio Carolina, intentaron apropiarse de la isla artificial, que ya
era Sealand. Bates y su familia tras una escaramuza lograron ahuyentar a los
invasores lanzándoles cócteles Molotov. Un año después, el 6 de mayo de 1968
Michael, el heredero, fue juzgado tras lanzar disparos de advertencia a un
buque de la armada inglesa que intentaba acercarse a Sealand para reparar una
boya, pero la Corte de Essex, decidió que el incidente había ocurrido fuera de
las aguas territoriales británicas y que, por tanto, no tenía jurisdicción
sobre el caso, con lo que de hecho se estaba también reconociendo
implícitamente que Sealand tenía estatus de nación.
Con las
aguas más tranquilas, Sealand se fue conformando como una nación independiente.
En 1969 emitió sus propias estampillas postales; cuenta con moneda propia:
dólares sealandeses; emite pasaportes propios; también tiene un atleta oficial,
un equipo de minigolf y un equipo nacional de fútbol amateur, aún no
integrado a la UEFA, entrenado en sus inicios por Christian Olsen; Sealand
tiene himno, bandera y escudo nacionales, además otorga títulos de Lord y
Lady of Sealand a precios casi solidarios y vende camisetas entre otros souvenirs.
Sealand
es un territorio sede de innumerables empresas, con la condición de que paguen
sus impuestos puntualmente al Estado y sean legales.
Díganme: ¿Quién
no ha soñado con tener su propio país, crearlo a su gusto y
escribir sus leyes? Pues Roy Bates fue el hombre que lo intentó,
lográndolo.
Falleció
en octubre de 2012 con 91 años. Su hijo Michel I, es el actual soberano
de Sealand.
No hay comentarios:
Publicar un comentario