LEOPOLDO EN LA CARRACA DE RAFAEL MICHELENA |
Por
Alfredo Michelena
El juicio
a Leopoldo López, según HRW, ha sido “el proceso con mayor proyección
internacional de los últimos años” y una “farsa”.
La
nefasta decisión de condenar a 14 años a Leopoldo, líder indiscutible de la
oposición venezolana, fue hecha con una flagrante violación del debido proceso,
al no permitir, entre otras cosas, la presentación de pruebas a la defensa.
Además se basó sobre quiméricas interpretaciones de un experto en exegesis de
contenido subliminal del discurso. Estos hechos deplorables muestran una
justicia que más que parcializada es inexistente. La infame juez tipifica
un nuevo delito al asentar que, no importa lo que tu digas, e incluso que digas
lo contrario, si un “experto” puede reinterpretarte y mandarte a la cárcel.
Pero
Leopoldo no está solo, a pesar de estar encerrado una mísera celda de 2m x 2m,
donde solo sus cancerberos pueden tener acceso a él. Con él estamos millones de
venezolanos indignados y buena parte del mundo internacional.
Los
pronunciamientos por su libertad y un juicio limpio antes de esta canallesca
decisión fueron múltiples. Desde presidentes hasta congresos, pasando por ONG y
personalidades internacionales de varios continentes que se pronunciaron en
contra de las condiciones en las cuales se desarrolló el juicio.
Ahora de
nuevo la comunidad internacional se levanta, claro no esperemos que los sigüies
del castrochavismo lo hagan ni que esa comunidad se rasgue las vestiduras .
Pero de una manera u otra varios gobiernos de la región manifestaron su
malestar por la noticia. Al menos los de Paraguay, Chile, Costa Rica , Panamá y
Perú se pronunciaron. El de Colombia guardó silencio. Así como el de México.
¿Sobre cuál aberración “…descansa el vergonzoso silencio del gobierno de México
frente al caso Leopoldo López? Se pregunta el excanciller mexicano Jorge
Castañeda. Pregunta que demos hacer a los otros gobiernos de la región que se
presentan como demócratas. Parece mentira, pero es un avance que tres gobiernos
de Unasur y dos de Centroamérica levantaran su voz. No hay que descartar que la
carta de Diego Arria a la presidente Bachelett jugara un papel importante en el
caso chileno. Ni la relevancia del trabajo internacional del equipo de Mitzy
Capriles y Lilian Tintori, que incluye al embajador Milos Alcalay.
Vendrán
más pronunciamientos en la medida que el régimen se siga debilitando. El
trabajo de denunciar estos atropellos dará frutos plenos en su momento. Ya
sentimos la cercanía de ese momento en el que Leopoldo y Venezuela puedan
liberarse de las esposas de la ignominia.
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