Problemas nacionales 4
Hoy quiero ocuparme del tema del estatismo o del burocratismo o del empeño de concentrarlo todo en las manos del Estado y desconfiar absolutamente de la iniciativa privada.
Los países que tienen éxito son aquellos en los cuales los ciudadanos
mantienen al Estado.
Los países que fracasan son aquellos en los cuales el Estado mantiene a los
ciudadanos.
En los primeros, los ciudadanos mantienen al Estado porque son ellos los
que con su trabajo producen riqueza, generan empleo y pagan impuestos.
Mantienen al Estado para que este le preste servicios a la sociedad, como
garantizar el respeto a la vida y el respeto a la propiedad. Está claro que, en
este sentido, en Venezuela no hay Estado. No hay protección ni a la vida de los
ciudadanos, ni a los bienes o propiedades de la gente.
Cuando los ciudadanos mantienen al Estado son ellos los que mandan y los
empleados públicos, desde el Presidente de la República hacia abajo, son
servidores de los ciudadanos. En un país como Venezuela, en el que el Estado
mantiene a los ciudadanos, cualquier policía, cualquier autoridad, desde la más
modesta hasta el Jefe del Estado, se sienten dueños del país y autorizados a
atropellar a los súbditos, es decir, a los ciudadanos.
La guerra fría que se desarrolló en la segunda mitad del siglo pasado se
libró entre dos potencias. En una de ellas, el Estado era dueño de todas las
empresas y de toda la actividad económica. Me refiero a la Unión Soviética. En
la otra, el Estado no era dueño de ninguna empresa. Me refiero a los Estados
Unidos. La Unión Soviética colapsó, fracasó, y los Estados Unidos prevalecieron
como la primera potencia económica, política y militar de los tiempos modernos.
Un ejemplo mejor todavía es el de la República Federal de Alemania, en
donde bajo el gobierno de la democracia cristiana y con el modelo de la
economía social y ecológica de mercado, se ha logrado erradicar la pobreza y
promover el bienestar de todos los ciudadanos.
Lamentablemente en Venezuela nos hemos empeñado, desde hace mucho tiempo y
no solo bajo esta locura que llaman el socialismo del siglo XXI, sino desde
mucho antes, en seguir el modelo estatista, burocrático y colectivista, y en
desconfiar de los ciudadanos y de la iniciativa privada.
Seguiremos conversando.
@efernandezve
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