Blog de Víctor José López /Periodista

sábado, 19 de julio de 2014

SIN PARALELO Víctor José López EL VITO: La saeta rubia en Venezuela



UNA SAETA
GUIÓ AL MADRID

Víctor José López
EL VITO


 
Germán Suárez Flamerich, presidente de la Junta de Gobierno, inaugura La pequeña Copa del Mundo junto a Pérez Jiménez en el Olímpico de Caracas.
Aquella noche la figura del doctor Germán Suárez Flamerich destacaba entre los uniformes de los militares que le rodeaban. Los ojos de la multitud, se centraron en el presidente de la Junta de Gobierno de Venezuela. Era la hora del saque inaugural en La pequeña Copa del Mundo.
 Fue la noche del sábado 12 de julio de 1952. Estadio Olímpico de la Ciudad Universitaria. Inauguración de La Pequeña Copa del Mundo.
No cupo la gente en aquel inmenso escenario. El campo del estadio, sus fosas alrededor de la pista olímpica y los espacios debajo de la tribuna techada igual que las gradas y tribunas,  todo estaba repleto de un público eufórico, rodeado y vigilado por policías militares que se destacaban por sus cascos blancos, brazaletes y blancas polainas.
Aquella noche caraqueña se inauguró, en el Estadio de la Ciudad Universitaria,  un torneo con los  campeones de España, Brasil y Colombia. El empresario vasco Damián Gaubeka, contrató al Real Madrid, Millonarios de Bogotá, y Botafogo de Río de Janeiro, para participar en una importante reunión del fútbol internacional.  Venezuela estuvo representada por el campeón del Distrito Federal en 1952, La Salle F.C.  El equipo de Pepino Delfino, El Loco Bernau, Nieto, el uruguayo Pérez Luz y el argentino Basilio Padrón, “Papaíto” Lázaro Candal y Hely Olivares, el hermano de El Quemao.
 Esta Copa Junta de Gobierno de Venezuela, fue el primer contacto que los venezolanos tuvimos con Alfredo DiStéfano. Venía “La saeta”, de Bogotá. Fue en la capital colombiana donde un grupo de rebeldes argentinos creó el mejor y más bello fútbol del mundo.

La siembra de Argentina
Otro argentino, el “Maestro” Adolfo Pedernera, fue quien sembró aquella maravilla de expresión deportiva en suelo colombiano. Pedernera perteneció a la selección albiceleste, campeona de la Copa América de 1947. Estrella del mejor equipo del mundo en los años 30 y 40, el River Plate de Buenos Aires.
Adolfo Pedernera se convirtió de inmediato en el ídolo del fútbol en Colombia, un país que vivía encendido por las pasiones políticas que estallaron en mil pedazos con la tragedia de El Bogotazo en 1948. El fútbol fue la salida de los colombianos, que repetían: “No hay mejor antídoto contra la violencia que un buen partido de fútbol”, frase slogan en la revista Estadio, que repetían hasta el cansancio los medios impresos y radiofónicos neogranadinos.
 El fútbol de Pedernera, era un fútbol nuevo. Un fútbol mágico, con el que no sólo se ganaba, era el espectáculo de un país ávido de entretenimiento.

El fútbol como antídoto
Desde1946 el poder en Colombia lo ejercían los conservadores. Mariano Ospina Pérez como presidente de la República y el caudillo Laureano Gómez como canciller y líder ideológico. En 1948 había sido asesinado el líder liberal Jorge Eliécer Gaitán y explotó la violencia en Colombia.
La aparición de un campeonato profesional de fútbol, creación del histórico dirigente Alfonso Senior se había convertido en el mayor tubo de escape de un país a punto de explotar. Aunque Senior siempre negó que el gobierno organizara el fútbol profesional después del Bogotazo: “el gobierno de Ospina Pérez, declaró Senior, no nos presto más ayuda que la de alquilar los estadios. El campeonato empezó en agosto porque estábamos sobre la carrera y queríamos ambientar la cosa para darle fuerza a la DIMAYOR”… Sin embargo  el mismo Senior admitió que ese primer campeonato de fútbol profesional en Colombia, ayudó a calmar los ánimos y que fue útil, porque “la gente se fue al estadio y se olvidó de los problemas”.

Argentinos invaden Colombia
EL COLOMBIANO ZULUAGA Y LOS ARGENTINOS DI STEFANO, PEDERNERA, ROSSI Y MOURIN, SEMBRARON EL MÁS BONITO DE LOS JUEGOS EN SUDAMÉRIDA, EL BALLET AZUL DE MILLONARIOS DE BOGOTÁ
Pedernera mismo se encargó de llevar al Millonarios de Bogotá a sus antiguos compañeros de River Plate de Argentina. Eran Néstor Raúl Rossi y Alfredo Di Stéfano, y detrás de ellos llegaron
Fue Pedernera el que abrió el camino a todos los argentinos. A Rossi, a Di Stéfano, después Cozzi el portero, Reyes, que jugaba  en River, o Mourín, que era de Independiente. El único jugador colombiano era el lateral izquierdo. Se llamaba Zuloaga y era muy bueno. Tenía sólo 19 años.
La saeta se marchó de River Plate por algunas discusiones y por la huelga que había en Argentina. Llegó a Bogotá el 11 de agosto de 1949 y le recibieron en el aeropuerto 5 mil  personas.  La FIFA  sancionó a la Dimayor (la dirigencia del fútbol profesional en Colombia) por establecer contratos con jugadores y no con clubes, y expulsó a Colombia impidiéndole jugar en torneos de selecciones nacionales, pero eso no le importó a nadie porque en Colombia se veía el mejor fútbol del mundo, y en Caracas se vería ese fútbol rebelde, irreverente,  conocido como “El ballet Azul” frente a el campeón de Brasil, el Botafogo y el Real Madrid, Campeón de España en La pequeña Copa del Mundo que organizó Damián Gaubeka.
La importancia social y política del “Ballet azul” como exponente del mejor espectáculo del mundo, representaba el nombre de Colombia que en el extranjero sufrieron una transición: del Bogotazo, pasando por la violencia posterior a la muerte de Gaitán, hasta llegar a Pedernera y Di Stéfano.
Mientras el Partido Liberal renunciaba a las elecciones de 1950 alegando falta de garantías y patrocinaba emisoras y periódicos clandestinos en contra del presidente electo, Laureano Gómez, Colombia enviaba al exterior a Millonarios de Bogotá para medirse con los mejores equipos del mundo.

El concierto del ballet azul, le proyectó a Madrid


MILLONARIOS UN EQUIPO QUE DERROTÓ MUCHAS VECES AL MADRID

En La pequeña Copa del Mundo en Caracas, Millonarios y el Real Madrid empataron a un gol por lado en sus dos encuentros. Esta actuación, la calidad del juego del equipo colombiano, y el que el Real Madrid celebrara en 1952 sus 50 años de fundado invitó a que la dirigencia del Madrid retara al equipo de Bogotá para jugar en el Chamartín un encuentro para dirimir cuál equipo era el mejor del mundo. Así alinearon en el parque de Chamartín las oncenas en el Cincuentenario del Real Madrid:

Millonarios: Cozzi, Pini, Stemberg, Venegas, Rossi, Soria, Reyes, Alfredo Di Stéfano, Castillo, Báez, Mourin.
Real Madrid: Alonso, Alonso, Oliva, Navarro, Muñoz, Zárraga, Olmedo, Olsen (Joseíto), Phinho, Molowny, Cabrera.

Millonarios derrotó al Real Madrid en aquella visita a Madrid, por 4 goles a 2. Guillermo León Valencia, Embajador de Colombia en España, y más tarde presidente de la República, declaró que “más han hecho los hombres del fútbol en 90 minutos que yo como embajador en dos años” resumiendo el sentimiento general del país frente al fútbol y dejando para la historia su eficiencia en su cargo.
En junio el Real Madrid devolvió la visita y en El Dorado de Bogotá  Millonarios volvió a ganar, esta vez por 2-1.
El Real Madrid, inmediatamente contrató a Alfredo Di Stéfano luego de un conflicto de derechos con el Barcelona. El Barcelona había negociado con River Plate, ante FIFA y el Madrid lo hizo directamente con Millonarios. La Federación de Fútbol de España decidió salomónicamente que Di Stéfano jugara dos temporadas con el Barcelona y dos con el Real Madrid. Los catalanes prefirieron dejar eso de ese tamaño, el Madrid le pagó a Barcelona lo que le había abonado a River y el camino del Real Madrid se orientó, gracias a La Saeta Rubia en el Mejor Equipo del Siglo.
En Colombia aquel año salió del gobierno el caudillo Laureano Gómez, una salida que le entregó el poder a un líder militar que gobernó por encima de los partidos políticos y, ante la creciente popularidad y respeto que tenía en la ciudadanía el jefe de la Fuerzas Militares, el 13 de junio de 1953 el Teniente General Gustavo Rojas Pinilla tomó el poder entre vítores y apoyo de los líderes del liberalismo, y envió al caudillo conservador Laureano Gómez al exilio a España., donde estaba Alfredo Di Stéfano.

Secuestro en Caracas
Diez años después,  24 de agosto de 1963, Alfredo Di Stefano regresó a Caracas para volver a participar en un torneo de fútbol en el Olímpico, La Pequeña Copa del Mundo. Estado alijado en el Hotel Potomac fue secuestrado por un grupo de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). La acción fue catalogada como un golpe mediático para dar a conocer la lucha guerrillera contra el gobierno del presidente Rómulo Betancourt. Di Stéfano relató que los secuestradores se hicieron pasar por agentes de la extinta PTJ ingresar al hotel y poder ver a Di Stefano, quien posteriormente fue liberado dos días después del secuestro y sin rastros de maltratos.
También quedó para el recuerdo la historia contada por el propio Di Stefano, después de llegar a Madrid proveniente de Caracas. Contó que durante la rueda de prensa que organizó la PTJ en Caracas después del secuestro, en el grupo de periodistas que cubrían la información y, también dentro del avión donde viajó de regresó a España, reconoció  a varias de las personas que participaron en su secuestro.

No jugó un Mundial
Alfredo di Stéfano nunca pudo jugar en una Copa del Mundo: Cuando fue seleccionado por Argentina, no acudió al Mundial de Brasil (1950) y en Suiza (1954) cuando La Saeta jugaba con la Selección de Argentina. Más tarde, habiendo sido Di Stefano seleccionado por España la selección no calificó para el Mundial de Suecia (1958), y luego, en el Mundial de Chile (1962) Alfredo no pudo participar a causa de una lesión que le impidió jugar con la selección española. Quizás eso lo marcó, le impidió tener la proyección que tuvo Pelé.
Di Stéfano llegó a considerarse el mejor jugador del mundo. El más grande, decían unos. En todo caso el primer grande del futbol. Una leyenda durante su propio tiempo, protagonizó películas sobre su vida (La saeta rubia, de 1956, en que se interpretó a sí mismo). Fue el ídolo de los aficionados del Real Madrid, la FIFA lo consideró después uno de los más grandes jugadores de la historia, junto con Pelé, Beckenbauer, Maradona y Johan Cruyff. Acaso habría que añadir a esa lista a un amigo suyo, su contemporáneo, el húngaro Ferenc Puskas, nacido en 1927, el siguiente año del de Di Stéfano, con quien formó la mejor delantera en la historia del Real Madrid.









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