ENCRUCIJADA
DEFINITIVA
Oswaldo
Álvarez Paz
EL NACIONAL
La situación de Venezuela es insólita, difícil de explicar y más difícil
aún, de entender por quienes no conocen nuestras realidades. Amigos del
exterior todavía piensan que exageramos en el análisis de cuanto sucede.
También existen quienes creen que algunas de las agencias internacionales de
noticias están al servicio remunerado de Estados Unidos, del capitalismo
internacional o, simplemente, de eso que llaman la “derecha” mundial.
El país marcha hacia el final de una etapa dolorosa y peligrosa. Estamos
a las puertas de una confrontación definitiva. De esto difícilmente se saldrá
por las buenas. El régimen está decidido a mantenerse a sangre y fuego. Las
pruebas de estos días son abundantes. Por otro lado, la nación, es decir la
gente de carne y hueso, el ciudadano común empobrecido y humillado, sin
recursos ni instancias ante las cuales hacer valer sus derechos, harto y
fatigado de tanta demagogia y palabrería inútil, amenazado por mil factores,
pareciera a echar el resto para provocar el cambio necesario. El tono y el
nivel de violencia que pueda alcanzar esta confrontación es de la
responsabilidad, exclusiva y excluyente, del gobierno. Tiene el control de las
armas, de los jefes militares y para militares, de los violentos colectivos
revolucionarios, de los medios de comunicación oficiales y neutralizados los
“independientes”, de todas las ramas del poder público y, en fin, siendo los
dueños del poder, también lo son del dinero de la República.
Además eliminaron al Derecho como instrumento para regular la vida en
sociedad, las relaciones de las personas entre sí y de éstas con el
estado-gobierno. La Constitución y el ordenamiento jurídico ordinario han sido
sustituidos por la arbitrariedad, el capricho y las corruptelas inocultables de
estos apóstoles y de sus corifeos. Bandidos de todos los calibres y para todos
los gustos.
En estas circunstancias rindo tributo de respeto y admiración a la
juventud venezolana. Especialmente a los estudiantes que en la conmemoración de
la fecha patria del 12 de febrero, salieron a las calles a reclamar todo lo que
sabemos y a lo cual tienen legítimo derecho. La respuesta oficial no se ha
hecho esperar. Muertos, heridos, encarcelados, perseguidos, amenazas múltiples contra
probados dirigentes democráticos y ninguna señal de que haya disposición
honesta a rectificar o, al menos, de discutir para que el cambio de rumbo pueda
concretarse civilizadamente. Éste es el fondo del problema. Ya no son las
políticas oficiales lo que hay que cambiar, sino al régimen. Mientras exista,
será imposible la vida en libertad. Tampoco habrá garantía para la seguridad de
las personas y de sus bienes, de la familia, ni para nada de nada. La peor
tragedia que puede sufrir cualquier país es que el gobierno deje de ser
instrumento para resolver problemas y se convierta en el principal problema que
debe resolver. Así de simple y de peligroso. Jamás seremos comunistas, ni
títeres de quienes dirigen todo.
oalvarezpaz@gmail.com Sábado, 16 de febrero de 2014
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