NUESTRO RETO
Santiago José Guevara García
sjguevaragarcia@gmail.com
/ @SJGuevaraG1
Comienzo con algunas preguntas de temas sobre los cuales nos
ocuparemos en esta nueva columna.
¿Hemos analizado con profundidad nuestra historia política
para comprender lo que nos pasa? ¿Son factores recientes o, más bien, procesos inerciales
profundos, los que hoy se nos convierten en impedimentos? ¿Podemos asumir los
retos democráticos y de prosperidad por delante con las referencias
conceptuales conocidas? ¿O es posible pensar otro país?
Solo unas pocas preguntas, de las muchas que tendríamos que
formularnos los venezolanos interesados en lo nacional en estos tiempos. Pasa
que demonizamos el presente, pero éste cada vez más, de manera chocante, nos
muestra cuánto de lo esencial venezolano anida en él.
¿Surgió el militarismo con Chávez? ¡No! Pregúntenle al Dr.
Carrera Damas. ¿Qué decir del estatismo mercantilista? ¡Tampoco! Vino en las
naves de Colón y aún campea. ¿Y qué del rentismo clientelar? Lean sobre las
cavilaciones de Alberto Adriani hace muchas décadas. ¿Y qué decir del
desaforado afán de empresas públicas, estado hipertrofiado, querencia al gasto
público, subsidios, exenciones, etc.?
Es verdad que el proyecto, del cual Chávez fue solo su
expresión nacional, representa un fenómeno distinto, sobre todo por su intento
de ruptura histórica, proyecto exótico, lucha de clases, carga de odio, resentimientos,
violencia, etc., y algo poco advertido y menos denunciado: su origen externo:
en Lula, los Castro, cierta intelectualidad racista europea, etc. Si no lo han
sabido, sepan que andamos embaucados por el llamado Foro de Sao Paulo.
En la Venezuela actual se superponen, entonces, dos
complejos de problemas: el representado por el régimen, su ideario y su
geopolítica; pero, también la matriz de ideas, modos y prácticas inapropiadas de
toda nuestra historia y la democracia fallida –sí, fallida- que tuvimos, con su
imaginario asociado.
En razón de ello, el reto político y económico que nos
anima: una democracia consolidada, un alto bienestar interno y una economía
exportadora y competitiva, requiere una muy profunda revisión de la carga de
valores, prejuicios, conceptos y teorías con las cuales diagnosticamos el país y
pretendemos asumir un nuevo ciclo de democracia.
A ese diagnóstico crudo, una visión de país auténticamente redentora
y las líneas y acciones para pasar del ominoso presente a un futuro luminoso
nos dedicaremos en este espacio.
El reto tiene que ver con todas las esferas de la vida social.
Comprender bien, definir la metáfora apropiada para inspirar a los venezolanos
y saber qué toca hacer para viabilizar ese futuro deseado son nuestro reto.
¡Epa! Y no es solo mío. Hablo en plural: es de la intelectualidad y la política
venezolanas.

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