Venezuela y el petróleo (VII)
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| LA SALIDA ES LA CALLE |
En
esta entrega quisiéramos profundizar en el cuarto objetivo estratégico
planteado en nuestra visión petrolera: apalancar el progreso a través de la
generación de miles de empleos productivos y promover el emprendimiento
mediante el desarrollo de la industria y la estimulación del sector no
petrolero.
Se
ha dicho muchas veces a lo largo de nuestra historia que hay que diversificar
nuestra economía, que Venezuela será una potencia. Hoy, somos más dependientes
que nunca de la renta petrolera. Es posible superar esto. En el mediano plazo
podemos triplicar nuestros ingresos provenientes del petróleo para apalancar el
Bienestar y el Progreso y generar una reactivación, un crecimiento y una
diversificación de toda la economía venezolana.
Debemos
asumir sin complejo nuestra condición de país petrolero. Industrializar y
añadir cadenas de valor aprovechando nuestro principal recurso natural.
Adicionalmente creemos que se debe repetir, a mayor escala, los desarrollos
industriales como los que se dieron en Guayana y Carabobo, por hablar de dos
ejemplos, apalancándonos en nuestro petróleo. La recuperación y el desarrollo
de nueva infraestructura es también objetivo principal asociado al crecimiento
de la industria petrolera.
No
vemos un divorcio entre el desarrollo de la industria petrolera con otros
sectores de la economía como lo son el turismo, la agricultura, construcción,
servicios, etc. Más bien vemos el incremento de la actividad petrolera como una
catalizador, un acelerador de estos sectores de la economía.
Hay
que romper con ese pensamiento según el cual producir más crudo pone en riesgo
a otros sectores de la economía y nos hace más dependiente del petróleo.
Plantear que el petróleo está en una acera y los otros sectores de la
economía en la acera del frente, ha generado conflictos, no sólo
académicos, sino conceptuales, en el diseño de las políticas públicas, lo que
no nos ha permitido optimizar ni al sector petrolero ni a los otros sectores de
la economía.
La
del petróleo, es una industria de alta tecnología que requiere enormes
inversiones, con capacidad de generar externalidades positivas en la economía
donde se produce. Las actividades de exploración, producción, distribución y
comercialización de crudo demandan la construcción de infraestructura de alta tecnología,
requieren mano de obra calificada y artesanal que, acompañado de la parte
administrativa y reguladora del sector, genera una porción de empleos que está
lejos de ser marginal. Adicionalmente, la industria genera economías de ámbito
sobre productos y servicios conexos, como por ejemplo: mantenimiento,
construcción, metalmecánica, transporte, servicios financieros y consultoría,
etc.
Añadiendo
valor, la producción de petróleo brinda la oportunidad de desarrollar una
amplia gama de derivados «aguas abajo», desde los productos refinados (Ej. la
gasolina y el gasoil) hasta la petroquímica (Ej. plásticos y farmacéuticos); y
esos sectores a su vez demandan servicios conexos que dan lugar a un círculo
virtuoso de generación de empleo e industrialización de la economía. Esta
cadena de valor tiene un altísimo potencial, capaz de generar una economía
diversificada y de tecnología de punta basada en una ventaja comparativa; el
petróleo.
Esto
no ha sido posible porque históricamente ha privado un esquema paternalista
donde los círculos de poder de turno han tomado la industria para su propio
provecho y han mantenido a la sociedad separada y ajena al tema
petrolero. Poca relación ha tenido el venezolano común con el petróleo sino a
través de su renta, circunstancialmente ha entrado en contacto con su lado
productivo, y ha tenido limitada noción sobre su interdependencia con la
geopolítica y dinámica mundial. Tan marcado es el divorcio con nuestra realidad
de país que en Venezuela se gradúan cientos de profesionales sin tomar una sola
clase sobre el tema petrolero. En esas condiciones Venezuela ha dejado pasar
oportunidades de aprovechar este recurso al máximo y apalancar un desarrollo
sostenido.
Superemos
esta realidad. Si se puede. Continuemos con el debate en escuelas,
universidades, barrios, pueblos, gremios y sindicatos para forjar un nuevo
pensamiento petrolero, esta vez más amplio e incluyente, que permita construir
una visión moderna de desarrollo para finalmente alcanzar La mejor Venezuela,
una Venezuela de Paz de Bienestar y de Progreso.
¡Fuerza y fe
Venezuela!
Leopoldo López
Coordinador Nacional
Voluntad Popular
@leopoldolopez

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