VÍCTOR JOSÉ LÓPEZ
Con un encapuchado,
bochincero como Canciller, era de esperar que llegara el momento de tensión
entre la Venezuela chavista y la Colombia democrática.
Habíamos tardado. Y no porque a Colombia viajara Henrique Capriles, ni porque en Miraflores y en el Capitolio de Caracas se recibieran jefes del terrorismo armado, sino porque a Maduro, Cabello y Jaua les urgía un trapo rojo para tapar la podredumbre destapada por el más reconocido de los hijos de Chávez, Mario Silva, quien por más de diez años fue "La voz de amo" de este régimen de opresión que se auto distingue con el Socialismo del Siglo XXI.
Habíamos tardado. Y no porque a Colombia viajara Henrique Capriles, ni porque en Miraflores y en el Capitolio de Caracas se recibieran jefes del terrorismo armado, sino porque a Maduro, Cabello y Jaua les urgía un trapo rojo para tapar la podredumbre destapada por el más reconocido de los hijos de Chávez, Mario Silva, quien por más de diez años fue "La voz de amo" de este régimen de opresión que se auto distingue con el Socialismo del Siglo XXI.
Sin embargo, no dejan de
causar asombro las amenazas que la terna fatídica sustenta en argumentos como
"respeto mutuo", "injerencia", "conspiración"...
Exiéndole a los colombianos una conducta que nosotros no seguimos, conducta sujeta a quien se debe o no se debe recibir en nuestras casas de acuerdo a la voluntad de Maduro, Cabello o Jaua. Es decir que, para que "los tres
chiflados venezolanos" lograran la felicidad política, los colombianos deben
aceptar irrespeto y bravuconadas.
Los problemas internos de
Venezuela y la crispación política que vivimos los venezolanos, no deberían
comprometer la independencia y la soberanía de las naciones. Sin embargo ha sido el apresuramiento con el que la Canciller Holguín
de Colombia, quie acudió corriendo a reconocer el triunfo de Nicolás Maduro, pese a las dudas
sobre la transparencia de los comicios del pasado 14 de abril, la que le
provocó envalentonamiento a los chavistas que se creyeron aquello de que
"Chávez somos todos" - ellos, los chavistas- cuando la verdad es que
Chávez era Mario Silva
Capriles es el candidato de
la oposición en Venezuela, con más de siete millones de votos, más de la mitad
del electorado, es el gobernador del estado Miranda, elegido democráticamente y
que ha derrotado en elecciones a Diosdado Cabello y a Elías Jaua.
Capriles en su momento demandó ante la Fiscalía a Diosdado, por hechos de corrupción. Hizo las denuncias ante los distintos Fiscales Generales colocados en el Poder Público pero que no han atendido.
Razones sobran para que los tres chiflados, los tres derrotados por el pueblo electoral no tengan moral ni causas para calificarlo de bandido, ni acusarlo de tratos delictivos en Colombia, ya que el que viaja a Cuba para "coger línea" de Raúl Castro es Nicolás Maduro.
Capriles en su momento demandó ante la Fiscalía a Diosdado, por hechos de corrupción. Hizo las denuncias ante los distintos Fiscales Generales colocados en el Poder Público pero que no han atendido.
Razones sobran para que los tres chiflados, los tres derrotados por el pueblo electoral no tengan moral ni causas para calificarlo de bandido, ni acusarlo de tratos delictivos en Colombia, ya que el que viaja a Cuba para "coger línea" de Raúl Castro es Nicolás Maduro.
Maduro sabe aunque pretende
ignorar que el gobierno de Hugo Chávez le ha dado refugio a guerrilleros de las
Farc, algunos hoy sentados en La Habana.
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