Blog de Víctor José López /Periodista

miércoles, 10 de octubre de 2012

De la ‘Cultura de la Muerte’ y otras Mentiras



Burladero América / Colombia / Santiago García Jaramillo
Del alcalde que mal gobierna Bogotá, Gustavo Francisco Petro Urrego cualquier cosa puede esperarse. Hoy en una muestra de “imparcialidad”, que bien debería ser objeto de investigación por parte de los organismos de control del país, lideró una marcha antitaurina que llegó a la Plaza de Toros la Santamaría, allí con su mascota sujeta a una cuerda, -la cual seguramente le manifestó positivamente que era su voluntad estar amarrada- lanzó un discurso ofensivo para la afición taurina.
En primer lugar manifestó el Alcalde, que la Plaza se recuperaba de una ‘élite’ para ponerla al servicio de la ciudad. ¿Que pensarán los humildes aficionados que llegaban del sur o de barrios tradicionales como la ‘perseverancia’ con sus ahorros para tomar parte en los tendidos, de una fiesta que no conoce de distinciones sociales? ¿ Que dirán los campesinos que en sus pueblos celebran las tradicionales fiestas con espectáculos taurinos? ¿Qué responderá el alcalde a los estudiantes jóvenes que apartan de su mesada dinero para poder comprar su lugar en los tendidos altos de la plaza?. En los toros hay lugar para todos, para la élite y para el pueblo, diría Sánchez Mejías en su monumental intervención en Columbia que es el pueblo quien llena la localidad ‘barata’ de sol y es éste quien con “el ruido de sus ovaciones fabrica glorias, y héroes a su gusto y capricho”.
Pero la más peligrosa de sus afirmaciones fue el decir, sin que si quiera por vergüenza se le cortara la voz, que la cultura taurina es la “cultura de la muerte que lleva a Auschwitz”.  El Señor Alcalde, tiene en primer lugar un error de conocimiento de la historia, pues Hitler, el cerebro de Auschwitz deploraba la cultura taurina, por lo cual optó por su prohibición. Pero no quiero caer en el simplismo ridículo de comparar a los antitaurinos con las barbaridades del nazismo, no me cabe duda que muchos de estos ‘antis’ son grandes personas, con buenos sentimientos pero con escasas luces. Más bien me permito recordarle al Señor Petro que lo que lleva a Auschwitz es precisamente la intolerancia, el irrespeto a las minorías, a los derechos de los demás, que los merecen y son legítimos así no se compartan. A Auschwitz se llega por el afán de homogeneizar la sociedad, de eliminar los gustos y las apariencias distintas, lo cual se asemeja más a lo que pretende Petro en Bogotá, que a lo que aporta la tauromaquia.
Señor Alcalde, Usted acaba de declarar a personas como Mario Vargas Llosa, Fernando Botero, Gabriel García Márquez, Baltazar Garzón, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Jean Cocteau, Ernest Hemingway… como promotores y defensores de Auschwitz. ¡No señor Alcalde ese no es el camino!, en lugar de estigmatizar a los taurinos con falacias ofensivas, irrespetuosas e injuriosas, limítese a su papel como gobernante: el de cumplir la ley y gobernar con imparcialidad.

No hay comentarios: