OIDO EN LA CHATA, Oswaldo Guillén por EL VITO

Hará poco menos de 40 años que conozco a Oswaldo Guillén, y aunque ha sido una estrella como short stop siempre he creído que sus más graves errores los comete cuando lanza a la primera antes de tener la bola en la mano. Así era cuando de Pedro Padrón Panza, época histórica de La guerrilla de La Guaira. Oswaldo fue el líder, el conductor, el ejemplo de aquel grupo de peloteros que desde los diamantes del beisbol fueron capaces de ilusionar a una generación de jóvenes en una Venezuela que abrió puertas y caminos, una nación que fue mucho mejor. Oswaldo dijo lo que no debió de haber dicho en el lugar equivocado, en el momento inoportuno con palabras equivocadas. Durante casi 40 años, en las más diversas circunstancias me he considerado su amigo; y hoy, cuando una jauría hambrienta de fama pretende crucificarle, apuesto que ha de salir triunfador. Guillén es un padre ejemplar, un venezolano del que me he sentido orgulloso de ser paisano y un hombre que, como deportista, nos ha regalado torrentes de felicidad. No dudo que su mujer y sus hijos sufran en este momento, pero tampoco dudo que Oswaldo Guillén saldrá adelante, como triunfador que es, ha sido, y siempre será