sábado, 18 de junio de 2011
Murió Redondo Benítez el Willie Mays venezolano
VÍCTOR JOSÉ LÓPEZ
Los Hérores del 41: Manager: Manuel Antonio Malpica. Delegado: Abelardo Raidi.
• Daniel "Chino" Canónico, lanzador, ganó 4 juegos. José Antonio Casanova, campocorto.
• José Pérez Colmenares, jardinero derecho. Pedro "Buzo" Nelson, el único que no vió acción. Juan Francisco Hernández, lanzador. Felipe Gómez, relevista de postín. Enrique Fonseca, receptor. Ramón "Dumbo" Fernández, relevista zurdo. Benjamín Chirinos, lanzador derecho. Dalmiro Finol, segunda base. Atilano "Inga" Malpica, gran utility de infield. Francisco "Tarzán" Contreras, utility. Luis Romero Petit, tercera base. Domingo Barboza, lanzador. Julio Bracho, lanzador. Héctor Benitez Redondo, jardinero. Guillermo Vento, receptor . Jesús "Chucho" Ramos, jardinero izquierdo.
En su introducción a la biografía de Héctor Benítez, Antero Núñez recuerda la palabras del pionero del periodismo deportivo nacional, Juan Antillano Valarino "Avejota”, cuando en 1938 escribió que “hay un jugador que si continúa como va, llegará a ser algo serio; batea de manera terrible, fildea con justeza; lanza fuerte, pronto y bien y corre con velocidad e inteligencia”.
Cada una de estas palabras pudo describir en su mejor momento a Willie Mays, para muchos, incluyendo a Ted Williams, el más completo de los peloteros en la historia de las grandes ligas. Palabras proféticas las de Avejota, que pronosticaron qué iba a ser mucho antes que alcanzara el estrellato a Héctor “Redondo” Benítez, un pelotero de mucha calidad, que reunió condiciones magníficas para ser considerado como el más versátil de los peloteros de su época.
Hoy, a las siete de la mañana, nos enteramos de su muerte por llamada de Ramón Corro, siempre pendiente de los “muchachos del 41” de los que sólo queda Luis Romero Petit.
Ayer fueron llevados a la última morada los restos del “Carrao” Bracho, hoy muere “Redondo” Benítez y surge como siempre la terrible cábala en el mundo de los espectáculos, ya sea en los escenarios del teatro o cinematográficos como en los campos deportivos, “Cuando muere uno son tres los que se van”.
Vale señalar, antes de internarnos en breve semblanza biográfica, que “Redondo” fue un apodo que con cariño le endilgó la gente del beisbol, desde que Héctor dio los primeros pasos en los diamantes. Era cuando muchacho, regordete, redondo, y así le conocieron. El apodo, de manera increíble, desplazó al apellido Benítez.
Redondo Benítez, miembro del Equipo del Milenio, fue conocido como el “Maestro del cordón de zapato” por sus espectaculares atrapadas en los bosques, donde lució con elegancia y gran seguridad su destreza como el mejor jardinero central de todos los tiempos en la pelota venezolana. Se ayudó con el rifle de su brazo, potente y de gran puntería.
Héctor nació donde hoy está la Estación de Gato Negro del Metro de Caracas, en Catia, en lo que se conocía como La Alcabala, el primero de octubre de 1918, es decir que llegó campante a los 93 años de edad. Muchachito muy aficionado a los deportes jugó en el Borinquen, su primer equipo antes de militar en el Venezuela, que dirigía El Chato Candela. Con ese equipo participó en el I Campeonato de Beisbol Infantil de 1933, con 14 años de edad.
Creció con el Vencedor de Valencia donde formó equipo junto a Oscar y Atilano Malpica, Benito Torrens, Eusebio Díaz, “Cachito” Penso entre otros grandes de aquella gran novena que nos representó en el primer campeonato de beisbol internacional de un equipo venezolano en Panamá en los IV Juegos Centroamericanos y de Caribe, donde Venezuela, además del beisbol estuvo representada por Chiquitín Ettedgui y Teo Capriles en Atletismo y Ciclismo, “•El Viejo” Viso en baloncesto, el teniente Buenaño en Ecuestre, una selección de fútbol.
México fue campeón, con ocho profesionales en su novena”: lo que provocó una protesta por parte de Chiquitín Ettedgui que manifestó” es como si Venezuela se hubiera armado con Vidal, Inojosa y Chucho Ramos, ¡habríamos barrido!”
Benítez jugaría en Primera División con Valdés, (1939), Gavilanes,(1939-40), Caracas (1940) Venezuela (1941),y con el Cervecería Caracas (1942-1945), participando como miembro de la Selección Nacional en los diversos eventos a los que asistió Venezuela, como los Campeonatos Mundiales, las series Interamericanas y los Todos Estrellas del Caribe contra el American All Stars, equipo integrado por las Estrellas Negras del beisbol de los Estados Unidos donde jugaban los mejores exponentes del beisbol negro, peloters que tuvieron cerradas las puertas de la integración a las Mayores, hasta que aparecieron Jackie Robinson, Larry Doby, Monte Irvin y Satchel Paige.
En 1946 integró el “puros criollos” del Cervecería Caracas cuando el 3 de marzo de 1956 formó parte del conjunto que se impuso al poderoso Vargas 6 carreras a 4 en el Estadio San Agustín. Aquel histórico día Benítez “Redondo” realizó cinco engarces feriales”, reseñó Antero Núñez ... Por el Cervecería los bates de Carrasquelito y de Héctor Benítez destruyeron el poder de la batería que formaron Roy Welmaker y Roy Campanella.
Aquel equipo del Cervecería enfrentó por primera vez al Magallanes. Fue el 24 de marzo de 1946, cuando nació la más apasionante rivalidad en el deporte venezolano. Cervecería se impuso 11 por 7 al Magallanes, y “Redondo” Benítez fue el tercer bate, bateó de 5-4, con 3 carreras anotadas. Sus compañeros de equipo fueron “Tirahuequito” Machado, Rf, Romero Petit, 3b; de cuarto bate “El Ovejo” Finol, 2b; Carrasquelito, Ss. (5-2); Guillermo Vento, Lf; “El Camello” Briñez, 1b; “El Conejo” Fonseca, C; el pitcher fue Jorge Arrieta, ganador del primer Cervecería – Magallanes, que perdió “El Gatico” Hernández.
Hasta 1951 estuvo con el Cervecería, jugó pelota profesional en la Liga de Lara, con el Venezuela de Yanesito, fue a la Serie del Caribe con el Cervecería, jugó pelota profesional en Colombia. En fin, un pelotero de grandes condiciones, siempre ganador y parte muy importante del beisbol venezolano. El Willie Mays de Venezuela, por la pimienta que le ponía a su juego
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