Blog de Víctor José López /Periodista

lunes, 30 de agosto de 2010

Sexo cerebral y jamón pata negra


Ángeles Matretta


Pasé dos días metida en los entresijos del año mil novecientos cuarenta y dos, en Dalmacia que, entonces, se llamaba Spoleto y ahora Split. No entiendo cómo, porque leí muchas tragedias, pero el viaje ha tenido momentos de alegría, y resultó interesante. Habría que decir sugestivo. ¿Qué hacía ahí un pobre muchacho mexicano, picado de italiano porque su padre lo era, aunque su madre no?

Punto: el señor de la casa fue de viaje, otra vez, a promover un futuro para México. Ahora estuvieron en Tampico y Ciudad Victoria. Algo dejaron por allá de su largo pensar y sus palabras. Regresaron eufóricos. Él y su amigo Jorge, con quien ya se rumora que, para escándalo del obispo Sandoval, quiere formar familia, casarse y adoptar un niño. Todo con el permiso, sensato y respetuoso, de la Suprema Corte de Justicia de la nación mexicana. Ni se diga con el mío.

Punto y seguido: Mientras ellos paseaban yo pasé a solas más tiempo que el de costumbre. Hurgué en la historia, ya les dije, y en los tiempos libres empecé a leer tres libros, escribí cartas, anduve por las escaleras veinte veces al día, espié el horizonte y vi películas. Todo esto que hago muchas veces, cuando Héctor no está carece de ese placer que con los años no pierde ni fuerza ni carácter, venido de lo que llaman “brain sex”. Esto que se puede hacer con ropa, a media calle, a media noche, mientras se come. Esta apretada relación mental, que requiere tanta cercanía como la que piden los amores de cama. Esto que es jugar, atraparse, buscar en los resquicios del otro una frase que complete la que sigue, una idea que se meta en las nuestras y las complete. O las rehaga. Ya está. Eso.

Punto y varios: Ayer Tita del Carmen Casillas Ruz terminó con honores su carrera de diseño. Cinco vestidos extraordinarios, una larga sonrisa y una fiesta.

Bienvenida CC.

Mis amigos los Quintero están en Capri. Los López apenas estuvieron en Venecia. Los García están volviendo de Santa Mónica, los Joaquín de Cozumel. Mi amiga Piluca está en Mallorca, mi amiga Silvia en Londres, mi hija Cati en Los Ángeles, mi hermana Verónica en la cumbre de Tres Líos, una buena parte de quienes comentan en este blog se fueron de parranda medio verano y yo aquí sigo, en la humilde e inamovible Tacubaya.

Punto final y consejo: Si alguien tiene un problema, consiéntalo con un jamón Cinco Jotas. Y si alguien no, también.

Música para hoy: Un concierto para Oboe escrito por el dios Mozart.

Libro de hoy: Carmen Boullosa. La Virgen y el violín. Lo empecé ayer. Me está gustando mucho.

Malo de hoy: Otra vez, el Gobernador Marín. No tiene fondo

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