VÍCTOR JOSÉ LÓPEZ
Si usted traza una línea, entre dos puntos marcados por el Juez Kenesaw Mountain Landis y el actual Comisionado del Beisbol Bud Selig, no trazará una línea recta.
Landiz fue un impenitente racista, fanático religioso, encargado por los propios propietarios de los equipos para poner orden en casa. Apenas tomó las riendas del negocio expulsó varios jugadores por supuestas implicaciones, hechos no comprobados, relacionados escándalo de la Serie Mundial de 1919. Landis mantuvo fuera a los jugadores negros, e impidió que Bill Veek adquiriera al equipo de Phillies de Filadelfia, por sospechar que tenía la intención de integrar a los jugadores de las Ligas Negras a las mayores.
Al año de la muerte de Landis fue firmado Jackie Robinson por los Dodgers y Veeck se convitió en el primer dueño de equipo de la Liga Americana en contratar a un jugador negro.
Los Comisionados de las Grandes Ligas han sido auténticos dictadores, han actuado sobre unas bases legales muy bien trazadas por Landis, bases que le dieron a la MLB la estructura de un monopolio, un monopolio legalizado que está más allá de la Constitución de los Estados Unidos.
Desde ese punto llegamos a Mr. Bud Selig, un Comisionado que cubre sus espaldas por haber llevado mucho, pero mucho dinero a las arcas de los equipos de la MLB. Anchas espaldas que han logrado esconder saituaciones como la del Escándalo de los Esteroides, cuyos grandes pecadores le inyectaron al espectáculo inéditas competencias de jonrones que le devolvieron a las gradas de los estadios los fanáticos que ahuyentó la Huelga de los Peloteros. Selig escondió los hechos tras su infliencia en el Senado de los Estados Unidos, tal y como lo ha denunciado el periodista Andrew Zimbalist en el relato que hizo en su libro The Revolutionary Reign of Bud Selig (2006),libro que tiene el subtítulo “por el mejor interes del beisbol”.
Nos preguntamos si Bud Selig actuaría en el caso de Armando Galarraga ¿por “el mejor interés del beisbol”?
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