El recordado Cervecería de Caracas
OÍDO EN LA CHATA
De golpe se adueñó de nosotros una onda magnética, no sabemos ¿cómo ni cuándo?:¿Cómo nos reunimos, cuándo actuamos, por qué?
De golpe, desde finales de 1927 nos poseyó una inquietd tremenda y una clara conciencia de que había que actuar,y actuar inmediata y valientemente contra la tiranía gomecista.
¿Quién nos reunió, quien nos citó, quién nos aconsejó?
No recuerdo. Nadie.
JOVITO VILLALBA, de Castro a López Contreras
El presidente Chávez satanizó la Industria Cervecera echándole la culpa a la rubia de la inseguridad y de la violencia que azota Venezuela. Cuando la realidad es por todos conicida y no es es otra que surge como encendido estímulo desde el discurso de Chávez, preñado de de revanchas con el que se abrieron los surcos donde se han sembrado semillas para cosechar odios y violencia,
No sabe, o no quiere saber el presidente de la República, lo mucho que ha aportado la Industria Cervecera al desarrollo de la sociedad venezolana, especialmente al desarrollo del deportes, desde que en 1876 don José Antonio Mosquera, propietario de la Cervecería Nacional, aportó esfuerzos y capital en beneficio del desarrollo deportivo venezolano.
El primer estadio para Caracas
Uno de sus primeros logros de Mosquera y de la Cervecería fue haberle regalado a Caracas su primer estadio, con "stand" y "back stop" donde en el tiempo se desarrollaron rivalidades importantes e interesantes, como auella entre Indepenciencia y Los Samanes. Más tarde sería la Cervecería de Caracas la que le regalaría a la ciudad otro parque de pelota, cosa que no ha hecho gobierno alguno desde que en 1954 Pérez Jiménez le diera a Caracas su Ciudad Universitaria.
Este equipo, Los Samanes, integrado entre otros por el doctor Gustavo Machado, fundador del Partido Comunista de Venezuela y que peleó (lo hizo de verdad verdad) junto a Sandino en Nicaragua y en la Revolución Mexicana en México. Machado reunió el equipo junto a Eugenio Méndez, Ramón Feo y Francisco Larrazábal. Aquel Los Samanes enfrentó al Independencia, de Jesús Corao. Fue junto un grupo de bohemios, estudiantes, contrarios a Juan Vicente Gómez, que se reunían para tomar cerveza fresca en La Cruz Verde. Independencia fue un equipo de pelota popular, que de ufanaba de reprsentar al pueblo. Junto a Corao estuvo el gran pintor Tito Salas, y los caraqueños Alfredo Álvarez, Adolfo Brunicardi, Armando Delfino, muchachos que más tarde le cambiarían la fisonomía de Caracas y le darían gloria intelectual a Venezuela como profesionales universitarios egresados de La Casa que vence las sombras, la UCV. Estos del Independencia jugaban sus desafíos en La Sabana del Blanco, y por su forma de jugar pelota inscribieron en el argot popular lo de "pelota sabanera".
Jesús Corao ha sido uno de los héroes sin charreteras que en este país han librado cruentas batallas contra la ignominia y lo atrabiliario por debajo de la mesa de este batuburrillo que conocemos como "revolución" y que no es otra cosa que un grave intento por borrar de la memoria nacional la historia verdadera y a sus protagonistas.
Jesús Corao , su figura y su obra, mientras el gobierno exalta asesinos como Raúl Reyes y El Mono Jojoy, fue el gran precursor del beisbol profesional en Venezuela, y junto a Abelardo Raidi arquitecto del más importante triunfo jamás logrado por Venezuela en el exterior: Campeonato Mundial de 1941 en La Habana.
El Royal Criollos y el Magallanes
Corao luego de su experiencia con el Independencia, y de un exilio en los Estados Unidos a raíz de los acontecimientos políticos de 1919, fundó en 1924 el Royal BBC, históricamente conocido como el Royal Criollos. Un equipo que creció al nacer por sus triunfos ante el monarca nacional, el guaireño Santa Marta.
En el tiempo el Royal sembró fanatismo entre sus seguidores, al imponerse al Maracay de los hermanos Juan Vicente, Gonzalo y Florencio Gómez, y a equipos visitantes.Logró sembrar rivalidad con el Magallanes BBC y escribir una historia importante.
Jesús Corao en su inquietud formó un equipo en Maiquetía con los obreros de la Cervecería Princesa, para competor con los conjuntos amateur y más tarde aspirar a la Primera División. Corao junto a Abelardo Raidi, ante la negativa de la ayuda del gobierno del general Medina para cortear en viaje a La Habana y participar en el Mundial de Beisbol Amateur, propuso y logró una colecta pública. El pueblo, a través del diario El Universal, con apoyo de grandes periodistas como fue el caso de Chiquitín Ettedgui, reunió la plata pata el viaje y Venezuela logró el Campeonato Mundial. Fue el acontecimiento más importante, no militar, jamás vivido por los venezolanos.
Habían nacido los héroes sin charretera, como se refiere el historiador Javier González a los deportistas que le dan lustre y gloria a la nacionalidad librando batallas internacionales. Aquellos peloteros lo lograron, y lo hicieron con ayuda directa de dos elementos que son vitales en nuestra sociedad: participación popular y participación del periodismo.
Aquel equipo de la Cervecería de Maiquetía se transformó en el Cervecería Caracas , para que sobre el entusiasmo que había sembrado naciera la pelota profesional en Venezuela. El triunfo en Cuba, ante una potencia universal del beisbol, el purocriollismo del Cervecería, la rivalidad con el Magallanes, la imbatibilidad del Vargas y lo arraigado del Venezuela de Yanesito son bases fundadas sobre la Industria cervecera Nacional.
¿Se habrá dado cuenta el régimen lo que esto significa?
Hay que cumplir el mandado de La Habana
Es muy posible que lo sepa, que se conozca lo que la auyuda de la Industria cervecera ha sido para el desarrollo del deporte, ya que aquí y ahora se siguen los mandados que llegan desde La Habana, para borrar del mapa la pelota profesional, uno de los primeros mandados que Fidel ha ordenado. Así lo hizo la revolución cubana, con la destrucción de la gran Cervecería Cristal. Fue un paso fundamental en la desaparición de las banderas beisboleras del Habana, Almendares, Cienfuegos y Marianao.
La historia es reciente, y está fresca porque aún la relatan muchos testigos.
Los cubanos felices y exultantes saludaron el triunfo guerrillero sobre el régimen militar de Fulgencio Batista en 1959. Para octubre de l960 y por decreto gubernamental habían sido confiscadas, entre otras industrias en plenitud de producción, las fábricas de cervezas. A partir de ese momento se inicia un proceso ininterrumpido de empobrecimiento de la industria y de la producción de bienes, comida y de servicios.
La cerveza llegó a los bares, cantinas y centros de diversión nocturnos, hasta l968 en que fueron intervenidos todos los negocios privados, incluyendo los puestos de comida y hasta los sillones de los limpiabotas. En la década de los años l970, luego del “escache” de la zafra de los l0 millones que “iban pero no fueron” se inventaron los “tiros” de cerveza estatales que consistían en comercios habilitados para el expendio de cerveza a granel. Algunos de esto tiros estaban enclavados en lugares céntricos de La Habana. También se habilitaban “pipas” o tanques móviles para el expendio de cerveza.
En los mejores años del socialismo cubano se vendían cervezas por la libreta de racionamiento y a través de las bodegas; eran las “pirey” o con defectos de embotellado (les faltaba líquido). Las de volumen normal se destinaban a la red gastronómica.
La calidad fluctuaba entre mala y pésima. Para muchos aquello era un brebaje insípido con un dejo a cocimiento de escoba amarga; éstos eran los que habían probado las cervezas tradicionales. Los más jóvenes se la tomaban con la convicción de que había que resignarse pues “no hay más ná”. Algunas botellas de cervezas contenían, dentro del líquido, gusanos, cucarachas y alacranes.
Al que lo dude de toido lo que decimos en estas líneas, puede remitirse al periódico Granma de la época.
Hoy el panorama cervecero ha cambiado en parte. Junto a la cerveza Cristal, enlatada y embotellada con el logotipo habitual de la Palma Real, una cerveza de muy baja calidad en relación a la original, hay otras marcas nacionales que se venden a 80 o 90 centavos de peso convertible y cervezas extranjeras de calidad muy superior pero de mayor precio. Todas ellas al alcance de extranjeros o cubanos favorecidos por la suerte o el “invento”.
La mayoría de los cubanos, bebe la cerveza a granel; en la cantina o sobre la acera donde se estaciona la pipa.Es lo que nos espera a los venezolanos, de acuerdo a la satanización que Hugo Chávez, en su rol de Ayatolah ha hecho de la cerveza.
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