En medio de panoramas complicados para la libertad de prensa en la región, el saliente presidente de la SIP, Enrique Santos, dice que el organismo seguirá pendiente y presente en cualquier país donde la libertad de información “se vea amenazada”
Las crecientes dificultades que encuentran las empresas de comunicación en numerosos países de América Latina marcan este año la Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que se desarrolla en Buenos Aires. Buena parte de las 500 empresas periodísticas representadas en la reunión expresaron su preocupación por el acoso económico que implican algunas de las nuevas leyes de medios aprobadas en el continente, con efectos restrictivos sobre la libertad de expresión. “Este ha sido un semestre muy complejo para la libertad de prensa en America latina”, señaló Robert Rivard, del San Antonio Express-News, de Tejas (Estados Unidos), presidente de la comisión de Libertad de Prensa de la SIP.
Como casi para confirmar esos temores, la Asamblea de la SIP ha coincidido con tres días en los que piquetes del sindicato argentino de camioneros han intentado evitar la salida y distribución de dos de los principales diarios del país, Clarín y La Nación. El sindicato reclama la sindicación obligatoria de los camioneros que reparten los diarios, pero el acoso ha coincidido con el creciente enfrentamiento del Gobierno de los Kirchner con los medios de comunicación. El sindicato de los camioneros, dirigido por Pablo Moyano, ha expresado reiteradamente su apoyo al actual Gobierno.
La asamblea de la SIP hará públicas sus conclusiones el próximo martes, pero de las intervenciones registradas en los dos primeros días de debate ya ha quedado claro que los responsables de las empresas periodísticas latinoamericanas denuncian un renovado intento de regular muy restrictivamente a los medios de comunicación. El caso de Venezuela ha sido el más analizado y citado, pero también los de Ecuador, Bolivia y Argentina y, por supuesto, Cuba, donde sigue sin poderse editar prensa libre.
Las principales denuncias giran en torno a la pretensión de los Gobiernos de países como Ecuador, Bolivia o Nicaragua de crear redes de medios al servicio de sus proyectos gubernamentales, y también sobre la creciente angustia de los periodistas de esos y otros países en situación similar, porque se sienten obligados a trabajar con una fuerte autocensura. “Hay un número creciente de periodistas obligados a dejar sus trabajos, expulsados y perseguidos”, aseguró Rivard.
El aumento de dificultades empresariales provocadas por los Gobiernos y el retroceso en el ejercicio de la libertad de prensa se ha producido en un tiempo relativamente pequeño, después de una etapa prometedora en la que prácticamente todos los gobiernos de América Latina parecía ya convencidos de la importancia de alentar la libertad de expresión como elemento básico de los nuevos regímenes democráticos.
Las quejas sobre las dificultades de los Estados para hacer pasar sus mensajes e informaciones, muy extendidas entre los gobernantes de América Latina, se han convertido progresivamente no en un intento de fortalecer el ejercicio profesional del periodismo, sino en la voluntad de controlar el mayor número posible de empresas periodísticas, tanto mediante la discriminación publicitaria como a través de leyes reguladoras que amplían los poderes gubernamentales. “Es una situación muy deprimente”, resumió el presidente saliente de la SIP, el colombiano Enrique Santos.
Expediente Venezuela
“Venezuela vive una grave y permanente confrontación entre la auténtica realidad del país, los ciudadanos e instituciones y, por otro lado, la que el presidente Chávez promueve, falsea, manipula y trata de imponer”, sostiene el documento.
Además, se agrega que “la gestión del régimen de Chávez está destruyendo el país en su patrimonio humano, económico, de conservación de sus recursos naturales e industriales, de los valores del trabajo y la honestidad en la administración de los recursos del Estado”, etc.
Situación que es reflejada a diario por la prensa independiente, lo que le ha convertido en objetivo directo del régimen y sus seguidores.
Hegemonía comunicacional
El informe también indica que para confrontar a la prensa libre, el gobierno de Hugo Chávez se ha propuesto como meta, explícitamente declarada por el mismo Presidente, lograr una absoluta hegemonía comunicacional.
El control de la mayor cantidad de medios le sirve al régimen para confrontar y retar al sentimiento y la realidad nacional, pretende imponer su ideología comunista, someter y controlar al pueblo.
Entre las tácticas usadas para lograr ese control están “las frecuentes y obligatorias cadenas de radio y televisión”, un ejemplo de ello es la cadena transmitida el pasado 4 de octubre duró casi 7 horas seguidas, sostiene el informe.
Desde luego la SIP no podía pasar por alto el hecho de que el Estado dispone de 238 emisoras, 28 estaciones de televisión, 340 impresos y más de 125 sitios de propaganda en Internet, así como los medios oficiosos y los oportunistas que han conjugado la autocensura con equilibrismo.
La SIP estará siempre alerta
Así dijo Santos, cuyo mandato termina en la 65 Asamblea de la SIP, que se abre formalmente hoy en Buenos Aires, presentó este lunes su informe de gestión y señaló los esfuerzos hechos por el organismo en el continente.
El directivo de la SIP advirtió que la prensa de Argentina afronta “serios retos” por la presión del Gobierno y dijo que son “síntomas más que inquietantes” la presión del Fisco sobre Clarín, el bloqueo de las plantas de impresión de ese diario y de su colega La Nación por parte de sindicatos afines al Gobierno, entre otras amenazas a la prensa.
El también directivo del diario colombiano El Tiempo destacó que la SIP “está sana economicamente” y no tiene “crisis de socios ni de participación” a pesar de la crisis económica que afecta a los medios de comunicación.
“Hubo una muy buena asistencia a (la cita) de Buenos Aires, con la participación de 50 editores de Estados Unidos”, matizó al respecto.
Al pasar revista a las actividades de la SIP durante este año, el periodista colombiano destacó las gestiones llevadas a cabo en Managua, en vista de que la prensa nicaragüense “sufre serios problemas”, y el encuentro en Caracas para “reivindicar espacios democráticos” frente a “Gobiernos autoritarios y populistas”.
La cita de Caracas, a la que asistieron los ex presidentes Alejandro Toledo (Perú) y Carlos Mesa (Bolivia), en septiembre pasado, “fue un éxito” a la hora de defender la “libertad de prensa bajo acoso por la animadversión de varios Gobiernos”, apuntó.
El presidente de la SIP citó, además, las gestiones ante el Gobierno de México para que aplique “estrictas normas” en la lucha contra el crimen organizado y en defensa de la prensa independiente.
También dijo que en las gestiones ante el presidente de Bolivia, Evo Morales, el mandatario “aseguró tolerancia y respeto a los medios de prensa”, pero luego “atacó a medios opositores” cuyas publicaciones “él considera injuriosas”.
De todos modos, la SIP mantiene su reclamación de “mayores garantías” para la libertad de información en Cuba, Bolivia, Nicaragua y Venezuela.
La SIP “está activa y está siempre estará donde se le necesita”, insistió Santos luego de citar las gestiones en Ecuador “ante los ataques” del Gobierno de Rafael Correa a medios ecuatorianos, y en Honduras, donde hubo cierre de varios medios luego del golpe de Estado del 28 de junio pasado.
El informe de la gestión de Santos precedió a los de otros directivos de instituciones de la SIP, cuya asamblea será inaugurada hoy con la asistencia del vicepresidente argentino, Julio Cobos.
Con información de ElPais.es / Globovisión/El Universal|9 de noviembre de 2009
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