Blog de Víctor José López /Periodista

lunes, 12 de diciembre de 2022

Del «Venezuela se arregló» a «el bolívar se hunde» por Danie Lozano, El Mundo / Madrid

 


 

 

·    El bolívar  cae 35% en 11 días y deja en evidencia el discurso económico de Maduro

La semana negra para el bolívar venezolano ha triturado el eslogan «Venezuela se arregló», con el que Nicolás Maduro quiere convencer al mundo y a su propio país de que se ha convertido en el arquitecto de la recuperación económica. La realidad, una vez más, le desmiente.

La economía revolucionaria, anclada en la dolarización de facto, está hoy en cuidados intensivos tras una devaluación de su moneda en un 35% en lo que va de diciembre. Una depreciación brutal que recuerda a los peores días de la hiperinflación: el dólar paralelo cerró el viernes a 18,26 bolívares por billete verde americano, mientras que en la tasa oficial del Banco Central de Venezuela (BCV) lo hizo a 14,12 bolívares por dólar.

La nueva devaluación ya ha provocado dos jornadas de protestas en el estado Bolívar, fronterizo con Brasil, donde tampoco hay combustible y se sufren largas colas para repostar.

«El bolívar colapsó, está muriendo. Hoy no hay manera de estabilizar la tasa de cambio, el bolívar no sirve como moneda, colapsó y está arrastrando a las pensiones, las jubilaciones, los salarios y el ahorro de los venezolanos. La política de intervención del BCV en el mercado es suicida, tratando de calmar una tormenta que no se puede calmar porque la gente no quiere bolívares en Venezuela por la inflación que creó el propio gobierno. Lo adecuado es dejar que el bolívar flote y dejar de quemar reservas, porque es una locura absoluta tratar de mantener un tipo de cambio fijo en medio de una expansión fiscal y monetaria», aseguró José Guerra, antiguo funcionario del BCV y el experto económico que vaticinó el derrumbe de la revolución hace más de 15 años.

De esta forma, el sueldo mensual mínimo y las pensiones de los venezolanos quedan fijados en menos de nueve euros, precisamente semanas después de que el «presidente pueblo» impusiera la celebración de la mejor Navidad. Y lo que viene puede ser aún peor, cuando sólo faltan dos semanas para la Nochebuena. «Con la fuerte depreciación, sin reservas internacionales suficientes, sin una coordinación entre política fiscal y monetaria y sin una coherente política económica el tipo de cambio no tiene techo. ¡Viviremos un terrible sobresalto inflacionario!», pronosticó el economista José Manuel Puente.

En la caída libre de la moneda vuelven a coincidir problemas estructurales y de fondo, ya que los venezolanos no quieren bolívares porque saben que, tarde o temprano, se devaluará, por lo que todos, desde las empresas hasta las familias, buscan comprar en dólares cuando han acumulado algún ahorro. El colapso actual de la moneda coincide además con una embestida oficialista para volver al tan temido control de precios, uno de los grandes culpables de los años de escasez y desabastecimiento de alimentos y productos básicos.

La reacción del gobierno chavista no ha frenado la caída de la moneda, todo lo contrario. La culpable vuelve a ser la «mano negra» de siempre, los grupos políticos y el poder económico «que aprovechan estas coyunturas para presionar con más fuerza la especulación financiera», sermoneó el exministro Jesús Faría, hermano del actual canciller, Carlos Faría. Las palabras dirigidas a los empresarios por la vicepresidenta Delcy Rodríguez, mano derecha de Maduro, en las que aseguraba que su política económica busca «consolidar y fortalecer» el bolívar, tuvieron un efecto contrario, acelerando la caída de la moneda.

«Conviene recordar lo esencial: el bolívar como moneda es inservible, polvo cósmico (una de las famosas frases que empleaba Hugo Chávez para hablar de la oposición), chatarra. Por lo tanto, no existe equilibrio monetario posible con esa moneda, no sin cambios profundos que no han ocurrido», precisó el economista Omar Zambrano.

La burbuja económica creada por el chavismo para su élite, conformada por casinos, fiestas lujosas, Ferraris último modelo y tiendas que parecen de Dubai, se mantuvo gracias a las inyecciones de «esteroides», miles de millones de dólares para «sostener una tasa de cambio que era insostenible. En el camino mató cualquier posibilidad de reactivación en otros sectores y subsidió un boom de consumo suntuario, aderezado de caviar, champán y restaurantes voladores», sentenció Zambrano.

No hay calculadora que aguante el destrozo que la revolución bolivariana ha provocado en su moneda nacional, que de nuevo se ha convertido en la más devaluada del planeta. Las tres reconversiones monetarias realizadas por el BCV han eliminado 14 ceros del valor nominal del bolívar, que también ha cambiado de apellido en distintas ocasiones: fuerte, soberano, digital...

Este último entró en circulación el año pasado tras eliminar seis ceros, asfixiado por la hiperinflación. De esta forma, en 2021 por un millón de bolívares soberanos se obtenía un solo bolívar digital.

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