Sobre el golpe del 24 de noviembre 1948. Tomado del libro Construcción y destrucción de un país, de Rafael Gallegos y Eddie Ramírez
Las causas del golpe fueron varias. Algunos lo atribuyen solo a la ambición de los militares por el poder para ejercerlo directamente o, por lo menos, para tener suficiente influencia para ser tomados en cuenta en las decisiones políticas o incluso para ser los que tenían la última palabra, lo cual es inaceptable en una democracia, en la cual ellos deben acatar las instrucciones y decisiones del poder civil. Puede que Pérez Jiménez fuese uno de esos ambiciosos, pero las causas son más complejas. Por lo general los militares intervienen cuando hay un gran descontento en la población. El problema es quién mide ese descontento y si corresponde a los militares enderezar entuertos. El punto se complica cuando las instituciones civiles a las que les compete hacer las correcciones del caso son débiles o están controlados por el gobierno. Lo procedente es que la Fuerza Armada solo intervenga para deponer una dictadura que tiene secuestrados los poderes del Estado y la vía electoral está cerrada. No hay duda de que Gallegos y antes la Junta Revolucionaria fueron blancos de severos ataques desproporcionados de la prensa, de la iglesia católica y de los partidos de la oposición, es decir Copei y URD. Por otro lado, es cierto que dirigentes y militantes del partido Acción Democrática pecaron de prepotentes y sectarios. El mismo Betancourt en cita de Bruni Celli escribió "Con ecuanimidad de juicio debe decirse que al evaluar esa actitud de los partidos no resulta fácil señalar a quién le cabe la mayor responsabilidad por esa feroz pugna interpartidista, si a nosotros, demasiado arrogantes por ese millón de votos con que nos respaldaba el pueblo, o si las demás organizaciones que al hacernos una enconada oposición olvidaban que ella contribuía a socavar las bases de un orden de cosas durante el trienio existió una guerra civil incruenta entre los partidos y una manera casi bestial de embestirnos mutuamente" . Tanto Copei, como URD vieron con simpatía la intervención militar, aunque sin participar en la misma. Así, Caldera declaró el 25 de noviembre de 1948 que la delicada situación desarrollada a través de los últimos acontecimientos es indudable consecuencia del cúmulo de errores e injusticias cometidas por Acción Democrática en sus tres años de gobierno. En todos los tonos de la lucha política hicimos a ese partido un llamado a la reflexión. La respuesta fue para cada queja un nuevo atropello y el presidente no quiso o no pudo asumir su responsabilidad histórica, prefiriendo subordinarlo a conveniencias partidistas (publicado en El Heraldo, recogido por José Agustín Catalá y tomado de Arráiz Lucca). Como puede apreciarse es una jus tificación del golpe militar. ¿Algún parecido a su intervención en el Congreso Nacional a raíz del golpe fallido de Hugo Chávez? ¿Genio y figura? El 3 de diciembre, El Gráfico publicó comunicado de Copei, que entre otras cosas decía cumplido el hecho militar de rescatar el mando de las manos sectarias y hegemónicas de AD etc. Por su parte el comunicado de URD del 22 de diciembre sentenciaba que … A través de tres procesos electorales los dirigentes de AD usaron y abusaron de los resortes del poder para inclinar en su provecho la balanza electoral... alteración de la voluntad del electorado, de coacción y fraude en gran escala. La constitucionalidad así surgida no convenció al país de la limpieza de su origen, ni pudo detener la violencia desatada y ejercida desde el poder, ni ofrecer garantías a las fuerzas económicas, ni imponer el respeto hacia los ... (Catalá citado por Arráiz Lucca)
--
No hay comentarios:
Publicar un comentario