La maquinaria represiva del régimen cubano para inocular el odio
La dictadura utiliza los medios oficialistas y las redes sociales para acabar civilmente con los disidentes, que relatan a ABC cómo es el calvario que sufren cada día en la isla
En los últimos meses se vive una agitación especial en Cuba. En noviembre un grupo de artistas salió a la calle para denunciar el allanamiento de la sede del Movimiento San Isidro (MSI), algunos de cuyos miembros sostenían una huelga de hambre en protesta por la detención del rapero Denis Solís, condenado a ocho meses de prisión por un falso delito de desacato. Fue la espita de una movilización histórica. Aquel día nació el grupo 27-N, cuyas demandas tuvieron una repercusión internacional. La respuesta por parte del Gobierno cubano, sorprendido por este acto masivo, espontáneo y pacífico, fue la misma de siempre: poner en marcha la maquinaria para criminalizar a sus miembros y provocar el linchamiento social
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