Por este medio quiero expresar nuestro profundo pesar y la más sentida condolencia a Lucila, su viuda, a sus hijas María, Amparo, Yajaira, Teresa y Carmen la Morocha. A sus hijos Hugo Alberto, Hugo Domingo y Hugo José el Morocho. A sus hermanas, a toda su familia y sus muchos amigos ante la muy lamentable pérdida de mi muy apreciado amigo Hugo Domingo Molina.
Fue un tachirense ejemplar. Sencillo, modesto, humilde que a muchos nos tendió su mano solidaria, cuando la necesitamos.
Tengo que agradecerle todo el respaldo que me dio cuando iniciaba mi vida política.
Lo conocí cuando tenía 16 años de edad y él hacia su vida en Táriba. Comenzamos juntos en el inicio del trajinar en la política de manos del gran patriarca Miguel Ángel Parada.
Más tardes fuimos compañeros de estudios y de luchas en la Universidad Católica y en la Contraloría del Estado Táchira. Fue Hugo Domingo el gran arquitecto de sueños tachirenses interpretados a través de su brillante gestión en la Lotería del Táchira, junto a Carlos Meneses, su gran amigo.
Hugo Domingo Molina impulsó la Aviación Privada en el estado. Fue el proyectista de la Feria Internacional de San Sebastian, impulsor fundamental de la Plaza de Toros Monumental de Pueblo Nuevo junto a su amigo Eduardo Santos. También proyecto la modernización de la Feria de La Consolación de Táriba y de muchos pueblos en el enjambre de los pueblos andinos.
Fue quien impulsó la ganadería tachirense, introdujo en el Táchira al Búfalo en competencia de razas lecheras y de carne. Fue un pionero dn la siembra del toro de lidia en las alturas de nuestras cumbres andinas, fundando hierros y divisas que le han dado gloria y orgullo a Venezuela dentro y fuera de nuestras fronteras, como son las ganaderías de Rancho Grande, El Prado y La Consolación.
Proyectó el desarrollo de profesionales de la fiesta de los toros, de los matadores de toros y de los toreros subalternos.
En el deporte apadrinó el ciclismo llevando nuestro orgullo a todas partes del mundo como también lo hizo apoyando al fútbol tachirense y a la divisa del Deportivo Táchira.
Fue un gran amigo de Carlos Andrés Pérez, a quien apoyó en sus últimas andanzas políticas con generosidad y sin ambiciones.
Pudo tener lo que hubiera querido pero siempre con la modestia de no hacer alarde ni de fortunas ni de ambiciones, su paso por la vida fue una gran lección de cómo se puede ser útil al prójimo, hoy después de su muerte, sé que la virgen de la Consolación de la cual era un gran devoto, lo tendrá en el reino de Dios y le agradecerá el bien que hizo como se lo agradecemos todos sus amigos.
Sé que desde el cielo que cruzó tantas veces en sus vuelos se sentirá feliz de haber cumplido una faena integral por la que merece cortar las dos orejas. Gracias Hugo Domingo por el testimonio de tu amistad.
Su amigo, de toda la vida Edgar Flórez Pérez
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