Sánchez toma Madrid:
el golpe ya ha comenzado
Que nadie se engañe: detrás de la decisión del Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez de decretar el estado de alarma en Madrid se esconde el intento de tomar al asalto la Comunidad por criterios estrictamente ideológicos. Sánchez ha decidido traspasar todas las líneas rojas y someter al Gobierno regional de Isabel Díaz Ayuso dentro de una estrategia siniestra orientada a hacerse con el poder en la autonomía. Para ello, recurre a una medida extraordinaria que utiliza al margen de la proporcionalidad y la mesura que requiere un instrumento como el estado de alarma.
De hecho, Sánchez ha intervenido Madrid desechando el consenso de forma grosera y arbitraria. La cuestión de fondo no es sanitaria, sino de puro revanchismo ideológico. A Sánchez le importa una higa que las medidas de restricción de movimientos de la comunidad estén dando resultados. Es un totalitario que ha decidido asaltar Madrid por ser la comunidad un muro frente al socialcomunismo. Y el socialcomunismo pretende derribar ese muro a través de un uso torticero de la figura del estado de alarma. Y lo hace de forma unilateral, por la fuerza. Someter a Madrid, mientras deja que el golpismo campe a sus anchas en Cataluña, responde al plan de disolución institucional de un Gobierno que se ha lanzado, ya sin careta, a quebrar el régimen del 78. Sus ataques al jefe del Estado y a los jueces cursan en paralelo a la toma de Madrid.
Esa es la estrategia: acabar con el sistema sobre el que se articula el Estado de Derecho. La democracia española está en peligro, porque el golpe institucional promovido por Sánchez e Iglesias busca demoler los diques de contención del actual modelo de Estado y configurar un nuevo régimen que permita al socialcomunismo perpetuarse en el poder. Madrid es el primer paso de un siniestro plan de ruptura constitucional. El golpe ya ha comenzado
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