A
Eny, mi cumpleañera
Rómulo Gallegos se encontraba
en México escribiendo el guión para la película que el director mexicano
Fernando Fuentes iba a filmar sobre su novela “Doña Bárbara”, la protagonista
contratada era la experimentada actriz mexicana Isabela Corona, que por su gran capacidad histriónica se
conocía como la “Bette Davis” mexicana. Gallegos durante un almuerzo en el
restaurante Chapultepec de la capital mexicana, se fijó en una mujer bellísima
de personalidad arrogante y preguntó a sus acompañantes si la conocían; le
informaron que era una joven actriz, aún novata, pero el escritor exclamó: ¡esa es mi Doña Bárbara! Así fue como tras
hablar con el productor, Isabela Corona fue sustituida por María Félix. Nadie
imaginaba entonces qué clase de acierto “cometió” el escritor venezolano.
María de los Ángeles Félix
Guereña había nacido en Álamos, en el Estado mexicano de Sonora el 8 de abril
de 1914. Hija de Bernardo Félix y de Josefina Guereña, de ascendencia vasca.
Tenía 12 hermanos, seis chicas con ella y seis varones, de éstos su preferido fue siempre Pablo, estuvieron tan
unidos que sus padres, temiendo una relación extraña, lo enviaron con unos
parientes a Puerto Vallarta y después ingresó en la Academia Militar, lo que
fue un desgarro para la pequeña María. Nunca se llevó bien con sus hermanas,
muy convencionales, tenía aficiones de varón como sus hermanos. Muy temprano se
convirtió en una consumada “jinete”. La familia se trasladó a Guadalajara,
Jalisco y ya adolescente su belleza llamaba la atención de los varones. Fue
reina de belleza estudiantil, y apenas con 17 años, se casó con un vendedor de
cosméticos Max Factor, Enrique Álvarez (1931-1938), con el que tuvo a su único hijo, Enrique. Cuando se
divorciaron, en Guadalajara, los chismes y habladurías debido a su divorcio la
hartaron y decidió irse a la capital; trabajó como recepcionista de un cirujano
plástico y vivía en una casa de huéspedes con su pequeño. En una ocasión el
padre fue a visitar al niño pero se lo llevó a Guadalajara, y no se lo
devolvió. María juró que lo recuperaría.
El encuentro de María Félix
con el cine fue por albur. El director de cine Fernando Palacios, vio en la
calle a María, mirando vitrinas de tiendas y su belleza le impactó, la abordó y
directamente le dijo si querría trabajar en el cine, ella con descaro le
contestó: “¿Y quién le ha dicho a usted que yo quiero hacer cine? Si me da la gana
lo haré, pero entraré por la puerta grande”. Sin embargo Palacios pudo
convencerla y se convirtió en su Pigmalión.
La presentó en los eventos y lugares más importantes del medio cultural, la sociedad
y a los artistas célebres del momento; a todos deslumbraba con su radiante
belleza y su naturaleza arrogante.
Incluso la llevaron a
Hollywood, y en los estudios de la Metro Goldwyn Mayer conoció a Cecil B.
DeMille el celebérrimo productor y director de superproducciones cuatro veces
oscarizado. DeMille quedo encandilado con su belleza y altivez, ofreciéndole
lanzarla en Hollywood, pero ella rechazó la oferta porque no quería hacer
papeles de “mexicanita campesina”.
Quería empezar en su país. Finalmente,
gracias a Palacios debutó en el cine “por la puerta grande”, como siempre quiso,
protagonizando La película era “El peñón de las ánimas” (1942) nada menos que
con Jorge Negrete el más famoso actor y cantante de la época. Negrete estaba
molesto pues quería como protagonista a su novia Gloria Marín. La relación de
ambos artistas durante el rodaje fue mala, pues María se sentía menospreciada,
lo que hizo aflorar su fuerte carácter enfrentándose a la estrella del momento.
Su mutua enemistad duro años. Sin embargo la pareja encantó y la película fue
muy exitosa, con lo que María se hizo popular ya en su debut. Sin embargo sus
siguientes películas, María Eugenia y
La China Poblana, pasaron sin pena ni
gloria. Lo único destacable en la primera fue que la Félix apareció por única
vez en su carrera en traje de baño, de la segunda, hasta las copias se
perdieron y no consta en su filmografía. María declaró: “esas películas fueron
pecados de juventud”.
La consagración llegó en su
siguiente film “Doña Bárbara” rodada
en 1943. La producción fue por todo lo alto y María Félix encajó en el
personaje exactamente, aportando con su sola presencia, el temple que el propio
Gallegos había intuido. Desde entonces se llamó “La Doña” El éxito fue inmediato y María Félix se convirtió en
estrella en todos los países de habla castellana, desde Filipinas hasta las
colonias españolas de África. Fue el disparo de partida para el mito María
Félix, como la “femme fatale”
mexicana. Competía en belleza con las hollywoodenses Ava Gardner, Rita Hayworth,
o Marilyn Monroe.
México idolatraba a un
compositor y mal cantante, conocido como el “Flaco de Oro”, Agustín Lara; era
delgado, muy feo y tenía una cicatriz enorme desde la boca hasta su mejilla
izquierda. Sus canciones eran conocidas y versionadas en todo el mundo y en
todos los idiomas imaginables. María Félix adoraba sus canciones y lo conoció
fortuitamente, en una cabina telefónica de la Av. Reforma discutiendo con él
para entrar. Al tiempo fueron presentados por el director de cine Tito Novaro,
y el resultado fue el matrimonio de María Félix y Agustín Lara en (1945-1947)
que fue un gran suceso debido a la enorme fama de ambos. Aquél feo la enamoró
cuando le compuso “María bonita” – bautizándola así – y le dedicó “Solamente
una vez”, entre otras joyas. Con su ayuda, María pudo recuperar al fin a su
hijo Enrique.
Su tercer matrimonio fue con el que siempre había ignorado, Jorge
Negrete (1952-1953) que solo duró once meses. Al fin se unieron las dos grandes
estrellas mexicanas; durante su corto matrimonio rodaron juntos la última
película de Negrete pues poco después murió en Los Ángeles, California, de una
dolencia hepática.
María regresó a Francia donde estaba
rodando “La Belle Otero” y se reencontró con un antiguo conocido, el que sería
su cuarto marido, Alex Berger y se casaron en 1956. Berger era un rico banquero
francés que la introdujo la alta sociedad parisina, la vistió con los grandes
modistos de la época y hasta la enseñó a fumar Habanos, convirtiéndola en una
autentica dama. Enviudó de nuevo tras la muerte de Berger en 1974 de un cáncer pulmonar.
María se retiró de la vida pública.
En 1970 había rodado “La Generala”, su última película. En México rodó
37 películas; en España 6; 2 en Italia; 4 en Francia y 1 en Argentina. En total
50; fue multipremiada y hasta su muerte mantuvo intacta su leyenda. La mujer a
la que Agustín Lara cantó María bonita quedo por
siempre instalada en la memoria de México. Octavio Paz dijo que “había nacido dos veces: como mujer y para
esculpir su figura de diva”.
El 8 de Abril de 2002 mientras recibía desde temprano flores por su
cumpleaños, su amiga Stella Moctezuma la encontró muerta en su cama debido a un
infarto. Así era La Doña.
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