Blog de Víctor José López /Periodista

miércoles, 18 de febrero de 2015

Carlos M. Montenegro María Bonita, la Doña

                          

                A Eny, mi cumpleañera


Rómulo Gallegos se encontraba en México escribiendo el guión para la película que el director mexicano Fernando Fuentes iba a filmar sobre su novela “Doña Bárbara”, la protagonista contratada era la experimentada actriz mexicana Isabela Corona, que por su gran capacidad histriónica se conocía como la “Bette Davis” mexicana. Gallegos durante un almuerzo en el restaurante Chapultepec de la capital mexicana, se fijó en una mujer bellísima de personalidad arrogante y preguntó a sus acompañantes si la conocían; le informaron que era una joven actriz, aún novata, pero el escritor exclamó: ¡esa es mi Doña Bárbara! Así fue como tras hablar con el productor, Isabela Corona fue sustituida por María Félix. Nadie imaginaba entonces qué clase de acierto “cometió” el escritor venezolano.
María de los Ángeles Félix Guereña había nacido en Álamos, en el Estado mexicano de Sonora el 8 de abril de 1914. Hija de Bernardo Félix y de Josefina Guereña, de ascendencia vasca. Tenía 12 hermanos, seis chicas con ella y seis varones, de éstos  su preferido fue siempre Pablo, estuvieron tan unidos que sus padres, temiendo una relación extraña, lo enviaron con unos parientes a Puerto Vallarta y después ingresó en la Academia Militar, lo que fue un desgarro para la pequeña María. Nunca se llevó bien con sus hermanas, muy convencionales, tenía aficiones de varón como sus hermanos. Muy temprano se convirtió en una consumada “jinete”. La familia se trasladó a Guadalajara, Jalisco y ya adolescente su belleza llamaba la atención de los varones. Fue reina de belleza estudiantil, y apenas con 17 años, se casó con un vendedor de cosméticos Max Factor, Enrique Álvarez (1931-1938), con el  que tuvo a su único hijo, Enrique. Cuando se divorciaron, en Guadalajara, los chismes y habladurías debido a su divorcio la hartaron y decidió irse a la capital; trabajó como recepcionista de un cirujano plástico y vivía en una casa de huéspedes con su pequeño. En una ocasión el padre fue a visitar al niño pero se lo llevó a Guadalajara, y no se lo devolvió. María juró que lo recuperaría.
El encuentro de María Félix con el cine fue por albur. El director de cine Fernando Palacios, vio en la calle a María, mirando vitrinas de tiendas y su belleza le impactó, la abordó y directamente le dijo si querría trabajar en el cine, ella con descaro le contestó: “¿Y quién le ha dicho a usted que yo quiero hacer cine? Si me da la gana lo haré, pero entraré por la puerta grande”. Sin embargo Palacios pudo convencerla y se convirtió en su Pigmalión. La presentó en los eventos y lugares más importantes del medio cultural, la sociedad y a los artistas célebres del momento; a todos deslumbraba con su radiante belleza y su naturaleza arrogante.
Incluso la llevaron a Hollywood, y en los estudios de la Metro Goldwyn Mayer conoció a Cecil B. DeMille el celebérrimo productor y director de superproducciones cuatro veces oscarizado. DeMille quedo encandilado con su belleza y altivez, ofreciéndole lanzarla en Hollywood, pero ella rechazó la oferta porque no quería hacer papeles de “mexicanita campesina”.
Quería empezar en su país. Finalmente, gracias a Palacios debutó en el cine “por la puerta grande”, como siempre quiso, protagonizando La película era “El peñón de las ánimas” (1942) nada menos que con Jorge Negrete el más famoso actor y cantante de la época. Negrete estaba molesto pues quería como protagonista a su novia Gloria Marín. La relación de ambos artistas durante el rodaje fue mala, pues María se sentía menospreciada, lo que hizo aflorar su fuerte carácter enfrentándose a la estrella del momento. Su mutua enemistad duro años. Sin embargo la pareja encantó y la película fue muy exitosa, con lo que María se hizo popular ya en su debut. Sin embargo sus siguientes películas, María Eugenia y La China Poblana, pasaron sin pena ni gloria. Lo único destacable en la primera fue que la Félix apareció por única vez en su carrera en traje de baño, de la segunda, hasta las copias se perdieron y no consta en su filmografía. María declaró: “esas películas fueron pecados de juventud”.
La consagración llegó en su siguiente film “Doña Bárbara” rodada en 1943. La producción fue por todo lo alto y María Félix encajó en el personaje exactamente, aportando con su sola presencia, el temple que el propio Gallegos había intuido. Desde entonces se llamó “La Doña” El éxito fue inmediato y María Félix se convirtió en estrella en todos los países de habla castellana, desde Filipinas hasta las colonias españolas de África. Fue el disparo de partida para el mito María Félix, como la “femme fatale” mexicana. Competía en belleza con las hollywoodenses Ava Gardner, Rita Hayworth, o Marilyn Monroe.
México idolatraba a un compositor y mal cantante, conocido como el “Flaco de Oro”, Agustín Lara; era delgado, muy feo y tenía una cicatriz enorme desde la boca hasta su mejilla izquierda. Sus canciones eran conocidas y versionadas en todo el mundo y en todos los idiomas imaginables. María Félix adoraba sus canciones y lo conoció fortuitamente, en una cabina telefónica de la Av. Reforma discutiendo con él para entrar. Al tiempo fueron presentados por el director de cine Tito Novaro, y el resultado fue el matrimonio de María Félix y Agustín Lara en (1945-1947) que fue un gran suceso debido a la enorme fama de ambos. Aquél feo la enamoró cuando le compuso “María bonita” – bautizándola así – y le dedicó “Solamente una vez”, entre otras joyas. Con su ayuda, María pudo recuperar al fin a su hijo Enrique.
Su tercer matrimonio fue con el que siempre había ignorado, Jorge Negrete (1952-1953) que solo duró once meses. Al fin se unieron las dos grandes estrellas mexicanas; durante su corto matrimonio rodaron juntos la última película de Negrete pues poco después murió en Los Ángeles, California, de una dolencia hepática.
         María regresó a Francia donde estaba rodando “La Belle Otero” y se reencontró con un antiguo conocido, el que sería su cuarto marido, Alex Berger y se casaron en 1956. Berger era un rico banquero francés que la introdujo la alta sociedad parisina, la vistió con los grandes modistos de la época y hasta la enseñó a fumar Habanos, convirtiéndola en una autentica dama. Enviudó de nuevo tras la muerte de Berger en 1974 de un cáncer pulmonar. María se retiró de la vida pública.
En 1970 había rodado “La Generala”, su última película. En México rodó 37 películas; en España 6; 2 en Italia; 4 en Francia y 1 en Argentina. En total 50; fue multipremiada y hasta su muerte mantuvo intacta su leyenda. La mujer a la que Agustín Lara cantó María bonita quedo por siempre instalada en la memoria de México. Octavio Paz dijo que “había nacido dos veces: como mujer y para esculpir su figura de diva.
El 8 de Abril de 2002 mientras recibía desde temprano flores por su cumpleaños, su amiga Stella Moctezuma la encontró muerta en su cama debido a un infarto. Así era La Doña.








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