¿Y ahora qué?by ezequielkorin |
"Las preocupaciones acaban por comerse las unas a las otras, y al cabo de diez años se da uno cuenta de que se sigue viviendo." - Jean Anouilh
Para
unos, quedan los párpados pesados, los lentos pasos, la respiración
interrumpida sólo por una nueva bocanada de aire necesario; para otros,
la incómoda indignación ante el sentimiento de verse traicionados sin
saber bien a quién achacarle la culpa. Independientemente de la reacción
que se haya tenido, no tardó mucho más el sol en alumbrar el alba del 8
de Octubre con ese desparpajo habitual que tiene la naturaleza ante los
problemas humanos, sintiéndose libre de amanecer o anochecer, de llover
o ventear de la forma más caprichosa posible, quizás incluso hasta
sádica, pudiéramos decir.
'¿Y
ahora qué?' dejó de ser una simple pregunta para convertirse en la
única articulación posible para un ánimo deshilachado por el temor ante
el futuro certeramente incierto.
Aquella
parca e inusualmente breve y tempranera transmisión desde el set de
prensa del CNE un 7 de octubre ya lejano, pero imborrable, abrió el
espacio para un sinfín de irresueltas resoluciones que silenciosamente
gritábamos, siendo quizás las más repetidas '¡Me voy del país!' y '¡No
voto más!'.
No
pretendo - de manera alguna - criticar la posición de quien decide
emigrar o abstenerse a raíz de los resultados del 7 de Octubre pasado;
eso es una decisión personal. Sin embargo, con igual desparpajo que
demostró la salida del sol aquella silenciosa mañana después de las
elecciones, el país continuará, a pesar de los que se vayan, a pesar de
los que se abstengan de participar.
Comprender
que nuestras acciones individuales de manera aislada no podrán detener
el proseguir del país, pero que la concatenación de nuestras voluntades
en un accionar político terminarán por modificar ese proseguir es
definitivamente una responsabilidad muy grande, quizás demasiado grande
para algunos. Para otros, al igual que para Antígona, aquél mítico
personaje sofocleo sobre el cual escribiera Anouilh en medio de la
ocupación Nazi a Francia, estamos condenados a escoger; y eso es más
grande aún.
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