Blog de Víctor José López /Periodista

martes, 16 de octubre de 2012

EZEQUIEL KORÍN ¿Y ahora qué?

¿Y ahora qué?

by ezequielkorin
"Las preocupaciones acaban por comerse las unas a las otras, y al cabo de diez años se da uno cuenta de que se sigue viviendo." - Jean Anouilh
Para unos, quedan los párpados pesados, los lentos pasos, la respiración interrumpida sólo por una nueva bocanada de aire necesario; para otros, la incómoda indignación ante el sentimiento de verse traicionados sin saber bien a quién achacarle la culpa. Independientemente de la reacción que se haya tenido, no tardó mucho más el sol en alumbrar el alba del 8 de Octubre con ese desparpajo habitual que tiene la naturaleza ante los problemas humanos, sintiéndose libre de amanecer o anochecer, de llover o ventear de la forma más caprichosa posible, quizás incluso hasta sádica, pudiéramos decir.
'¿Y ahora qué?' dejó de ser una simple pregunta para convertirse en la única articulación posible para un ánimo deshilachado por el temor ante el futuro certeramente incierto.
Aquella parca e inusualmente breve y tempranera transmisión desde el set de prensa del CNE un 7 de octubre ya lejano, pero imborrable, abrió el espacio para un sinfín de irresueltas resoluciones que silenciosamente gritábamos, siendo quizás las más repetidas '¡Me voy del país!' y '¡No voto más!'.
No pretendo - de manera alguna - criticar la posición de quien decide emigrar o abstenerse a raíz de los resultados del 7 de Octubre pasado; eso es una decisión personal. Sin embargo, con igual desparpajo que demostró la salida del sol aquella silenciosa mañana después de las elecciones, el país continuará, a pesar de los que se vayan, a pesar de los que se abstengan de participar.
Comprender que nuestras acciones individuales de manera aislada no podrán detener el proseguir del país, pero que la concatenación de nuestras voluntades en un accionar político terminarán por modificar ese proseguir es definitivamente una responsabilidad muy grande, quizás demasiado grande para algunos. Para otros, al igual que para Antígona, aquél mítico personaje sofocleo sobre el cual escribiera Anouilh en medio de la ocupación Nazi a Francia, estamos condenados a escoger; y eso es más grande aún.

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