Blog de Víctor José López /Periodista

martes, 28 de febrero de 2012

Farc: ¿Se les podrá creer?

Mientras las Farc anuncian su voluntad de dialogar y no secuestrar, siguen los ataques terroristas contra los civiles. Puede haber esperanza de paz, pero con cautela y exigencia



EL COLOMBIANO |
Publicado el 28 de febrero de 2012


Esperar, observar sin olvidar, sin caer en el romanticismo o candidez podría ser la actitud más adecuada frente a la declaración de las Farc de antier 26 de febrero.

Pensamos que ya ha habido acercamientos con personas allegadas, de una u otra manera, al Presidente Santos. Hay coincidencias que nos llevan a ello.

Las Farc tienen línea directa con Cuba y deben saber cuál es el real estado de salud de Hugo Chávez, Presidente venezolano.

¿Qué pasaría con este grupo y todos los otros insurgentes y bacrim si se cancelan las fronteras porosas con Venezuela y otros países que permiten la salida de estupefacientes y la entrada de armas y alimentos? ¿Qué les pasaría si no pudiesen andar a sus anchas por tierras venezolanas y de otras naciones "amigas"?

Dicen las Farc que entregarán a 10 uniformados. ¿Por qué no entregan a Héctor Velásquez, militar secuestrado en 1997? ¿Y a Luis Hernando Peña, policía secuestrado en 1998? ¿Qué pasó con ellos?

Dice el grupo guerrillero que prohibirá el secuestro de civiles como forma de financiarse. ¿Pero, qué pasará con cientos de personas de las cuales sus familias no han vuelto a saber nada?

Dos ejemplos: Juan Rojas. Su madre Sara Lucía Pérez lo espera desde hace 15 años. Fue plagiado en Vistahermosa, Meta, cuando estaba negociando un ganado. El otro ejemplo es Eduardo Ospina Rodríguez, el más antiguo secuestrado de las Farc. Se lo llevaron hace décadas del Urabá antioqueño.

Si de ahora en adelante no se financiarán con el secuestro extorsivo, ¿tampoco lo harán con el narcotráfico? O ¿cómo conseguirán recursos económicos para vivir? Hemos dicho que el colapso de la Unión Soviética fue bueno para el mundo, pero perverso para Colombia. A partir de ahí la guerrilla se dedicó al narcotráfico.

El capitalismo de Estado fracasó al oriente del Muro de Berlín. Cuba sobrevive por los petrodólares chavistas. Obviamente el régimen chavista sobrevive por los altos precios del crudo, aunque Pdvsa sea hoy una estatal ineficiente.

China es otro cuento: con Den Xiao Ping, ese inmenso país se volvió práctico. Se abrió a la economía de mercado y, en lo político, es una mezcla rara que vale la pena estudiar.

En el anuncio de las Farc hay aspectos positivos. Sería una injusticia negarlos.

Es positiva la participación internacional en unos eventuales diálogos que podrían conducir a una negociación seria que busque la paz integral.

Es positivo que se hable sin micrófonos, para evitar el espectáculo de medios y periodistas a quienes les encanta el protagonismo. Ojalá que no sea en países vecinos sino en otro continente. Los veedores internacionales podrían imprimir seriedad a los diálogos. Y, si estos no son serios, saldrían del romanticismo. Ya no habría que decir "la Cándida Europa".

Mientras tanto, los colombianos de buena voluntad han de seguir avanzando en equidad: La educación. La generación de empleo. La igualdad de oportunidades para todos. La descentralización. La austeridad. La vigencia de los derechos y deberes humanos. La eliminación de la dosis mínima de droga, que disparó el consumo interno y el microtráfico.

Si se logra este avance, los violentos se irán para otra parte porque no tendrán el caos, necesario para su accionar.

Es un sueño que sumaría el poder con la posibilidad. Poder y amor, según Adam Kahane.

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