La letanía y permanente lloriqueo de Pablo Iglesias por no haber sido invitado a formar gobierno con el nefasto alumno de Rodríguez Zapatero, Pedro Sánchez, se resume en la cápsula: somos progresistas, somos de iquierda, y por lo tanto merecemos ser gobierno para manejar el destino de la nación española.
Iglesias, y su entonces carnal Íñigo Errejón, se aprovecharon cuando el chavismo ideológico estaba en la cuna de la supina ignorancia de los politicastros del chavismo original,reclamando ser reconocidos como intelectuales de la política internacional para animados con cientos de miles de dólares usurpados del erario público venezolano por Hugo Chávez y sus más cercanos familiares (hijas), y sembrar la semilla del veneno político que ha destruido sistemáticamente a Venezuela dúrate más de 20 y penosos años.
Ellos, Iglesias y Errejón, lo mismo de Pedro Sánchez y Rodríguez Zapatero, reclaman a cada instante ser líderes de un movimiento “pogre” que, según ellos, orientaría “una nación de naciones”, a lo que le ha salido como un fastasma campeador, un detente patriótico llamado Vox, con sólida formación ibérica y con su fresco y retador mensaje que “España es una nación única, y sin fracturas”,que se trata de una unidad de destino, o como dijo Ortega y Gasset, "las naciones se forman y viven de tener un programa para el mañana". Una nación es una “Unidad de destino” y no lo que los socios del PSOE, los animados por Sánchez y Zapatero, y alimentados por las izquierdas pretenden que se convierta en “una nación de naciones”.No, de ninguna manera, España es, según Ortega y Gasset “… un proyecto sugestivo de vida en común, una "unidad de destino” , que nada tiene que ver con el desastre de Puigdemont o de Torra, animados por el PSOE.
Inaceptable que autocalifiquen de “progresistas” aquellos arquitectos del desastre bolivariano en el contexto de las naciones sudamericanas. Naciones hundidas en el retraso, deprimidas en salud, educación, seguridad, aplastadas por la bota stalinista del marxismo leninismo y supervisadas por la obediente y esclavizada Cuba en condiciones de cabo de presos.
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