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¿POR QUÉ ESTAMOS AQUÍ?
El hombre está condenado a ser
libre; porque una vez arrojado al mundo, él es responsable de todo lo que
hace.
JEAN PAUL SARTRE
Hoy revivimos tiempos de reivindicación de los sueños con
Leopoldo, que se ha convertido en emblema de la lucha contra la tiranía de
Nicolás Maduro. Nos encontramos reunidos en el recibo de la Cárcel de
Procesados Militares de Ramo Verde y el nieto del Jefe Nacionalista Eudoro
López Correa nos pregunta:
¿Quién fue Eudoro?
¿Porqué luchó y para qué luchó? ¿Con quien lo hizo?
Ubicándonos en el tema, trenzamos horas de confesión.
Viajando en los recuerdos en caminos de los testimonios hablamos del ayer y
mucho del mañana. Estamos en un país donde el hoy es una tragedia arropada con
la herencia de Hugo Chávez. Vivimos adocenados, ordenados por la autocracia
surgida de la doctrina montonera de Norberto Cerosoles, esa abominable mezcla
del peronismo con el castrocomunismo.
La doctrina
Ceresoles es un batiburrillo convertido en vulgaridad ideológica, engrudo de
corrupción que se ha empoderado nutriéndose de la riqueza de la nación. Nos
hemos convertido en una sociedad esquilmada con las tijeras, las botas y las
bayonetas del militarismo más ramplón que jamás haya sometido a una nación.
Hoy Leopoldo López está secuestrado. Sufre una sentencia,
que se ha demostrado hasta la saciedad que fue ordenada desde la más alta
jerarquía del régimen. Un secuestro aliñado con torturas y aislamiento. Hasta
hace poco estaba en el Centro Nacional de los Procesados Militares de Ramo
Verde, famosa cárcel militar donde la violación de los derechos humanos es
permanente.
Leopoldo fue trasladado a su
casa que, aunque convertida en prisión no cumple con la Justicia. Tras un
proceso judicial del que se han
demostrado terribles violaciones en los diversos procedimientos, el régimen
declaró a Leopoldo “culpable de incitación pública a la violencia en las
manifestaciones de 2014, que provocaron la muerte de 43 personas y cientos de
heridos”. La orden de Maduro, igual que ordenaba Hugo Chávez a los jueces, fue
que se le condenara a 14 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de prisión.
En octubre de 2014 el Alto
Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas le exigió al régimen
de Nicolás Maduro la liberación de Leopoldo y de todos los detenidos en un
arresto que fue considerado producto de la retaliación política. Igual ocurrió
con la Unión Europea, Amnistía Internacional, Human Rights Watch y la confesión
del fiscal Franklin Nieves, el 23 de octubre de 2015, que declaró que “el proceso judicial que se
le hizo a Leopoldo López habíasido una farsay que él, Franklin Nieves habíasido
presionado por Nicolás Maduro y superiores jerárquicos dentro del Ministerio
Público para defender las pruebas falsas en contra de López. Más tarde, seguía
preso en Ramo Verde Leopoldo, la Fiscal
General de la República Bolivariana de Venezuela Luisa Ortega Díaz que denunció que “fui presionada por Diosdado
Cabello para acusar a López por las muertes de Bassil Da Costa y Juan Montoya”.
La situación que vive Leopoldo López, aunque esté en su casa, es de secuestro, situación violatoria de los
más elementales derechos humanos.
El caso es que Leopoldo López es un infatigable militante
de una causa constitucional en rebeldía, que exige sus derechos sin doblegarse.
No se ha sometido a la voluntad de sus captores. Hay que subrayar, para la
lectura comprensible y saludable de los hechos y acontecimientos que es un
ciudadano que ha sido secuestrado y al que no se le ha comprobado un solo
delito que le pueda condenar a un día de prisión. Mucho menos a 14 años de
cárcel, pena solicitada y ordenada por la Fiscal General de la República, Luisa
Ortega Díaz en un momento de su obediente tránsito estelar por el escenario del
poder a las órdenes de la revolución bolivariana, decisión luego refrendada la
Jueza de Oficio Susana Barrientos, dócil al mandato superior de Diosdado
Cabello.
La cárcel, Ramo Verde está en manos de la Tercera
División del Ejército de Venezuela y de la Zona Operativa de Defensa Integral
(Zodi) de Caracas. La prisión ha albergado en sus ergástulos conocidas
personalidades, porque además de
Leopoldo López estuvo en Ramo Verde el General en Jefe Raúl Isaías Baduel,
compadre de Hugo Chávez, quien durante el mandato del Teniente Coronel fue
comandante del Ejército, Ministro de la
Defensa y el oficial de más alto rango que defendió a Hugo Chávez cuando fue
destituido de la presidencia de la República por un golpe militar que provocó
la renuncia del primer mandatario. Renuncia solicitada por el Alto Mando
Militar encabezado por Lucas Rincón, “y que él, Hugo Chávez, aceptó…,"
También fueron huéspedes tras las rejas de Ramo Verde el líder obrero Carlos Ortega Carvajal, presidente de la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV), que en marzo de 2003 solicitó asilo político en la embajada de Costa Rica en Caracas pero fue expulsado de aquel país por violar las reglas de asilo. Volvió clandestino a Venezuela, hasta que el 28 de febrero de 2005, fue detenido en Caracas, a las acusaciones en su contra se sumó la de porte de documentación e identidad falsa. El 14 de diciembre de 2005, fue encontrado culpable y condenado a 16 años de prisión y relcusión en Ramo Verde. El 13 de agosto de 2006 escapó junto con los hermanos (Cnel.) Darío Farías, (Cnel.) Jesús Farías y el capitán Rafael Ángel Farías, volviendo a la clandestinidad. El 2 de septiembre del 2007, reapareció públicamente en Perú, cuyo gobierno le concedió asilo por razones humanitarias.
También fueron huéspedes tras las rejas de Ramo Verde el líder obrero Carlos Ortega Carvajal, presidente de la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV), que en marzo de 2003 solicitó asilo político en la embajada de Costa Rica en Caracas pero fue expulsado de aquel país por violar las reglas de asilo. Volvió clandestino a Venezuela, hasta que el 28 de febrero de 2005, fue detenido en Caracas, a las acusaciones en su contra se sumó la de porte de documentación e identidad falsa. El 14 de diciembre de 2005, fue encontrado culpable y condenado a 16 años de prisión y relcusión en Ramo Verde. El 13 de agosto de 2006 escapó junto con los hermanos (Cnel.) Darío Farías, (Cnel.) Jesús Farías y el capitán Rafael Ángel Farías, volviendo a la clandestinidad. El 2 de septiembre del 2007, reapareció públicamente en Perú, cuyo gobierno le concedió asilo por razones humanitarias.
El prisionero de la vergüenza el Capitán Otto Gebauer,
que junto con su compañero Carlos Blondell Tineo les tocó custodiar a Hugo
Chávez durante los acontecimientos del 11, 12 y 13 de abril del 2002 y que fueron
juzgados por tribunales militares por causas inexistentes. Recluidos con la única
intención de sacar de circulación a testigos de la rendición de Hugo Chávez, que
abandonó, si pelear y sin presión física su cargo como Presidente de la
República y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. Estos militares que
fueron condenados por el régimen chavista por haberse negado a acusar a señalados
miembros de la oposición con falsos testimonios como instigadores de un golpe
Gebauer y Blondell han en los calabozos de la Cárcel de Ramo Verde junto a los
comisarios de la Policía Metropolitana de Caracas, Henry Vivas y Lázaro Forero,
liberados en 2011, presos por haber cumplido con su deber al evitar una masacre
de ciudadanos que ejercían el derecho de la protesta por parte de
francotiradores cubanos apostados en las esquinas de Caracas, cuando la marcha
del 11 de abril de 2002.
Estuvo tras los barrotes de la Cárcel de Ramo Verde el
Comisario Iván Simonovis, Secretario de Seguridad Ciudadana de la Alcaldía
Metropolitana de Caracas detenido en 2004 con orden de detención domiciliaria
en 2014, debido a varios quebrantos de salud. El caso del comisario Simonovis
se considera como un emblema de la retaliación de Hugo Chávez tras la derrota
que le condujo a la renuncia a la Presidencia de la República.
Han sido huéspedes de este ergástulo los Generales en
retiro Francisco Uson, liberado en 2007 y Ovidio Poggioli, libre en 2006. El
Alcalde electo de San Cristóbal, Daniel Ceballos, suspendido y destituido por
el genuflexo TSJ por desacato a la orden del Ministerio Público en las
protestas venezolanas.
También ha sido prisionero en Ramo Verde el Alcalde Electo de la Caracas
Metropolitana, Antonio Ledezma, elegido por los caraqueños en el ejercicio constitucional del voto,
derrotando figuras emblemáticas del chavismo como Aristóbulo Istúriz. Hoy Antonio Ledezma, luego
de una espectacular fuga, se ha convertido en líder de la oposición en el
exilio con infatigable actividad en la Unión Europea y naciones sudamericanas.
Leopoldo permaneció casi cuatro años en calabozos de
castigo. Más de la mitad del tiempo -15 meses - que de su estada en la Cárcel
de Ramo Verde – tres años. Resistió, indoblegable ante la tortura de la soledad
absoluta. Fueron más de tres años en el cuarto piso de la Torre de Ramo Verde.
Ruinosa torreta, abandonada y solitaria donde el prisionero es maltratado con
la peor de las torturas con las que se puede atormentar a un hombre: el
silencio absoluto y la soledad. Tormento infringido por haber cometido el
pecado de pensar distinto: reprimido, incomunicado, secuestrado, denunciado
posteriormente por los fiscales que obedientes al mandato del régimen de
Nicolás Maduro prepararon y condujeron el ardid, la gran mentira sobre la que
se funda una condena inventada, sembrada de falsos testimonios, convertida en
sentencia por la jueza Susana Barrientos. Sentencia que es hoy absolutamente
rechazada y considerada de
atentado criminal. Crimen que se ha cometido dándole
la cara al odre henchido de insolente orgullo, falsa suficiencia, creyendo que
los hombres y las mujeres a su alrededor son moscas que revoloteaban alrededor
de su inmundicia.
Cuando Hugo Chávez llegó al poder, gracias a las
instituciones democráticas que le eligieron presidente de la República, el
teniente coronel inició el cumplimiento del proyecto trazado paso a paso por el
proyecto de líder comunista Fidel Castro, un esquema en el que se indican como
prioridad la eliminación de los poderes instituidos por el Estado de Derecho:
la Asamblea Nacional, El Ministerio Público, y el Poder Judicial.
El Golpe Militar no dejó de aporrear el yunque del Estado
de Derecho hasta que el totalitarismo adquirió relevancia, repitiéndose el
escenario de la dictadura militar como régimen político.
La tortura, el
tormento provocado por la permanente soledad sirvió para que el prisionero
desarrollara una doctrina que se sustenta sobre las bases de su valor personal
y de su formación espiritual. Se refiere Leopoldo, y así lo explica en su
conversación, al proceso de pensamiento para todos los hombres y las mujeres: -
Es sencillo, el desarrollo del proceso, insiste, porque es reconciliar en una
conversación entre el yo y nuestro interior. Hablar y conversar con uno mismo.
No se trata, insiste, de una conversación común y corriente, de los que solemos
desarrollar, de esas que pasan desapercibidas y que colocamos en un segundo
plano. No, agrega, cuando estamos
aislados, totalmente aislados y solos, - lo dice fijando su intensa mirada,
cruzando con una sonrisa en su cara fresca y esperanzadora – Surge de conversar
con uno mismo. Puede der terrible, alucinante; pero también puede ser
magnífico. Se convierte en un proceso más allá del hacernos preguntas y
respondernos a nosotros mismos. La
soledad absoluta, esa soledad sin un espejo que refleje nuestra imagen, el estar
tan solo que ni siquiera nos veamos en un espejo como han logrado hacerlo los
bien educados carceleros en las artes del tormento, es desarrollar un proceso.
Un proceso profundo, que trasciende al cuerpo, que entra en la dimensión de la
mente y del alma.
Cuando Hugo Chávez ordenó clarines y timbales para
ordenar el inicio de las terribles transformaciones que desgarraron los
derechos de los ciudadanos, lamentablemente no fueron escuchadas las alarmas en
ese momento. Con el testimonio de una sociedad abotargada e impertérrita, Chávez
sacó de los cuarteles a los militares, los sacó para colocarlos en las calles
con el Plan Bolívar 2000, repitiendo la receta populista similar a la que en su
día había implementado, otro militar, el Vicealmirante Wolfgang Larrazábal a la
caída del General Marcos Pérez Jiménez, con el Plan de Emergencia de 1958.
Con el Plan Bolívar 2000 Hugo Chávez definió su proyecto
político en la Constitución de 1999. Se abrieron dos caminos para conducir a la
economía nacional hacia el fracaso estruendoso.
Lo que logró Chávez destruyendo la institucionalidad de las Fuerzas Armadas con
el Voto Militar, la eliminación del Carácter Apolítico y No- deliberante de la
Fuerza Armada Nacional fue el inicio de la Militarización de Venezuela habiéndose
eliminado de su seno el institucionalismo.
El camino ideológico se abrió, exaltado y expedito a los
valores de la rapiña, la opresión, la represión el narco tráfico, las bases de
un régimen cimentado en la Oclocracia. Son las características de los jefes
militares que hoy ordenan la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, son los
líderes que se imponen más que como un régimen autoritario como una tiranía.
Hugo Chávez como
señaló el periodista y analista político Jesús Sanoja Hernández, impulsó la
unidad “calle- cuartel”, aquella que mencionamos al inicio de este capítulo
cuando introdujimos en el reencuentro con los recuerdos de Norberto Ceresole,
quien como ideólogo fue el principal aporte en un camino de autoridad impuesta
con bayonetas apoyadas en el sentido populista, aporte
populista que encontró campo abonado en la
anti política venezolana. Esto sirvió para la siembra del odio y para lograr
los frutos del llamado socialismo del Siglo XXI.
Todo responde a la pregunta de ¿por qué estamos aquí? …
Y respondemos, estamos aquí porque han vuelto a
enfrentarse el continuismo de Crespo y la disidencia de Eudoro.
La historia continúa pero no admite fatigas.
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