Blog de Víctor José López /Periodista

sábado, 25 de agosto de 2018

YO Y LOS MOSQUITOS Chilo Lazo


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Los mosquitos que “viven” en mi apartamento son absolutamente inextinguibles. No hay forma de salir de ellos. He empleado todos los métodos conocidos y nada. Utilicé el detestable Plagatox que uno no debe respirar y nada. Me dije, los voy a exterminar, todo esto en voz alta porque han logrado que me les dirija de esta manera, mentándoles la madre y diciéndoles todo tipo de improperios. Me fui al supermercado y me compré dos potes aerosoles uno de Baigon y otro de Raid, siguiendo las instrucciones rocié la habitación donde tengo la computadora, estoy escribiendo en este momento, viendo cómo se cruzan por la pantalla, cerré la habitación, esperé varias horas, la abrí y ahí estaban los mosquitos “muertos de la risa”.
El lugar del cuerpo que más les gusta para picar es las manos y ahí es donde más duele, se forman unas diminutas ampollitas y uno se rasca y se rasca.
Ya este asunto me tiene trastornado porque me pone a increparlos y maldecirlos como si se tratara de los peores seres humanos.
¿Qué puedo hacer? Ah, se me ocurre algo en este momento, les voy a poner el televisor cuando salga Maduro explicando el funcionamiento del cono monetario, de cómo es que van a venderle gasolina con descuento a los que tengan “Carnet de la Patria”,  de cómo van a estabilizar la economía para que haya más empleo, mas abastecimiento, mas producción, más inversiones y mayor confianza y seguro se van volando y no vuelven más. 20/08/2018.

 EL HOMBRE QUE NO DECIA GROSERIAS
Recién nacido lo abandonaron a las puertas de un convento de unos monjes que tenían la consigna de jamás pronunciar una grosería. En las peores circunstancias nunca lo hicieron. Ya no sabían que existieran las groserías. Al niño tuvieron que educarlo ellos mismos pues si salía al exterior aprendería alguna y eso rompía por completo la tradición de la orden.
Ya hombre, con una gran educación que le transmitieron los monjes, decidió conocer un país llamado Venezuela que fue de su interés, pues tenía, montañas, grandes ríos, nieve, minerales de todo tipo, el famoso Salto Angel, un clima ideal y con gente amable que recibía muy bien a los viajeros.
Llego hasta Venezuela con la ilusión de conocer ese bello país que le habían descrito.
Cuando llegó por La Guaira vio los cerros llenos de ranchos, las calles llenas de huecos, obras inconclusas, grandes colas de una población marginal, en los semáforos niños limosneros y jovencitas cargando bebés pidiendo dinero. Gente hurgando en la basura para conseguir desperdicios y ese hombre, al presenciar ese horror, profirió una grosería brutal con un grito desgarrador y se puso a llorar horrorizado lleno de intriga, porque esa gran grosería no sabía donde la había aprendido. 27 enero del 2017  

AMORES PRE- HISTORICOS

Y aparecieron hombres prodigiosos. Sin conocimientos, sin información alguna, solo con el instinto, pudieron interpretar cosas incomprensibles.
Vieron una llamarada en la pradera y el fuego, iluminando las tinieblas del hombre, lo condujo en mágico espiral hacia su evolución y desarrollo.
El hombre cargaba piedras enormes y no sabía porque, ni para qué. De repente se preguntó, porque estoy haciendo esto y no obtuvo respuesta. Luego dijo, si hago una rueda y monto esta piedra sobre la rueda, la puedo llevar facilito. Entonces inventó la rueda.
Ahora ya tenía el fuego para calentarse, vencer la oscuridad, no comer carne cruda que es muy desagradable y la rueda para cargar cosas pesadas.
Después vio un personaje, lo vio, lo revió y dijo. Este no es un hombre porque no es tan feo como yo. Ya había visto su figura en un pozo y se había dicho. “La verdad es que yo soy bien feo y no puedo enamorarme de alguien tan feo como yo.”
El nuevo personaje era una mujer y la vio bella, con sus “greñas” bellas, con sus “patotas” bellas y dijo. Esto es lo que yo necesito. Después se preguntó ¿Para qué? Enseguida se respondió, para tener relaciones, para hacer el amor, para que me ayude en los oficios.
El asunto comenzó muy bien y estaba contento con su pareja, hasta que empezaron los cuestionamientos a los cuales no estaba acostumbrado. “Que la carne no se cocina así. Que te fuiste tres días y ahora es que te presentas. Que te la mantienes jugando con tus amigos. Que te vieron con otra pre- histórica a la orilla del rio”.
Entonces el hombre, que era hombre y no era mujer, en su condición de hombre dijo: Que hago yo aquí con esta mujer tan fastidiosa, que si esto, que si lo otro y habla y habla todo el santo día con sus amigas. Y el hombre, que era muy hombre dijo,  mejor es que esta mujer con toda su belleza se vaya a vivir con su mamá. Así lo propuso y así se hizo, Entonces se quedó muy feliz los primeros días. Calentaba la carne como a él le daba la gana Dormía todo el tiempo que quería. Jugaba con sus amigos todos los juegos que había inventado, entre ellos “cuarenta matas” y “gárgaro agachado”. Así pasaron los días sin problemas, pero empezó a aburrirse porque le hacía falta con quien “pelear, con quien discutir y dijo. Voy a buscar a la mujer, porque la vida, al lado de ella es más intensa, más entretenida.
Así lo hizo y volvió a ser absolutamente infeliz como a él le gustaba.
Caracas 22 de diciembre del 2013.
  Para “Balita” Lo más grande de este mundo y también para  Mildred, la encantadora esposa de mi amigo Yosu, “paisano Tequeño” y buen conversador en las caminatas de los amaneceres caraqueños.  







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