7 agosto, 2018
Durante nuestra historia
republicana muchos venezolanos han sufrido el exilio. Generalmente el destierro
ha sido por acción directa de los gobiernos, aunque algunos se han exiliado por
decisión propia para evitar el encarcelamiento; también ha existido el “exilio
dorado".
Hoy, el Totalitarismo del Siglo XXI produjo un nuevo tipo de exiliado:
aquel que se va del país por causa de inseguridad personal o jurídica, por
falta de oportunidades de trabajo o por la necesidad de conseguir medicinas y
alimentos, todo ello promovido por el régimen.
Durante la dictadura de
Pérez Jiménez se exigía visa para ingresar al país a los venezolanos. La misma
era negada a quienes el régimen consideraba indeseable. Tal fue el caso de mi
familia y de otros. También hubo presos políticos a quienes se les cambiaba la
cárcel por el exilio. Recuerdo el caso del mayor Guillermo Peña Peña. Caso
inaudito fue el de Aurelena, quien era esposa de Leonardo Ruíz Pineda cuando
éste fue asesinado, la encarcelaron y después la expulsaron. Carlos Canache
Mata y otros dirigentes, así como militantes de base de Acción Democrática y
del Partido Comunista e independientes como Edmundo Fernández sufrieron
destierro. Otros huyeron por los “caminos verdes”ante el acoso del régimen.
También por mar hacia Trinidad, como el teniente León Droz Blanco.
El intelectual Rafael
Gallegos Ortiz estuvo preso y ante la amenaza de ser asesinado se asiló en la
embajada de México y salió al destierro. Betancourt se asiló en la de Colombia.
Algunos fueron montados en un avión por la Seguridad Nacional y desterrados,
como Jóvito Villalba. Adecos y militares sufrieron cárcel y exilio después de
noviembre de 1948. Algunos uerredistas a partir de diciembre de 1952. El
copeyano Luis Herrera Campíns estuvo preso y salió exiliado en 1953.
En el período 1958 a 1998
los casos de exiliados fueron pocos, la mayoría guerrilleros a quienes se les
cambió la cárcel por el exilio. Quizá las excepciones fueron los periodistas
Simón Jurado Blanco y Rafael Poleo. El “exilio dorado” era la modalidad para
extrañar del país a militares considerados peligrosos, a quienes se enviaba
como embajadores o agregados militares. Por ejemplo, el teniente coronel Hugo
Trejo fue agregado militar en Costa Rica, país que no tiene ejército.
El Totalitarismo del Siglo
XXI utiliza la modalidad de amenazar a conocidos opositores para que estos
decidan irse al destierro y así evitar una segura e injusta pasantía “donde
toda incomodidad tiene su asiento”. A veces la amenaza ha sido directa por
Chávez o por Maduro en sus peroratas. Otras el trabajo sucio lo realizan
fiscales y jueces o los cuatro esbirros que tienen programas de televisión.
Son cientos los compatriotas
que han tenido que solicitar asilo o refugio. Imposible nombrarlos a todos. Me
permito mencionar algunos. Compañeros de Gente del Petróleo, como Horacio
Medina, Juan Fernández, Edgar Paredes, Edgar Quijano y Lino Carrillo. Entre los
militares, Manuel Rosendo, González González, Medina Gómez, Héctor Ramírez,
Colina. Oscar Pérez, gran organizador de marchas de protesta.
Constitucionalistas como Gustavo Tarre Briceño, el embajador Fernando Gerbasi y
los magistrados del TSJ legítimo; el sociólogo Tulio Hernández, el escritor Israel
Centeno, el banquero Mezherane, el editor Miguel H. Otero. Leopoldo López Gil y miembros de la
directiva de El Nacional. Periodistas como César Miguel Rondón, Rafael y
Patricia Poleo. Defensora de Derechos Humanos como Tamara Sujú. La Fiscal Luisa
Ortega.
Imposible no mencionar a
Antonio Ledezma, quien fue despojado de la Alcaldía Metropolitana y
encarcelado. Para alegría de los demócratas, logró fugarse y hoy denuncia los
atropellos del régimen por todo el mundo.
La primera oleada de
autoexilio masivo fue de los trabajadores petroleros a quienes se prohibió
trabajar en Venezuela. Siguieron unos 24.000 médicos, por tener limitaciones
para ejercer su profesión. Ingenieros, contadores y profesores han salido por
miles. Más recientemente, cientos de miles han tenido que buscar refugio en
otros países para poder subsistir.
Hoy los venezolanos emigran
masivamente por la persecución política y porque el Socialismo Siglo XXI
invadió fincas y fábricas, quebró miles de empresas y desató la hiperinflación.
Además, es la única dictadura en el mundo que no controla el hampa, porque la
utiliza como herramienta para amedrentar. Por ello es necesario que salgamos de
este régimen lo antes posible.
Como (había) en botica: Por ser un
embustero nadie le cree a Maduro. ¿Atentado? ¿Autoatentado? ¿Accidente? ¿Un,
dos, tres drones? No lo sabemos, pero acusar al presidente Santos, al TSJ en el
exilio y a la Fiscal Luisa Ortega es una idiotez. Como dice Alfredo Coronil:
“este es un régimen de carnaval barato”. Lo cierto es que Maduro está como
piñata a la que todos queremos tumbar. Ya Pdvsa no tiene ni para pagar impuesto
sobre la renta. El Totalitarismo del Siglo XXI acosa a las universidades
autónomas. Limita el presupuesto, propicia el exilio de profesores y persigue a
sus autoridades. Ahora le tocó el turno a la Rectora de la Universidad de
Carabobo Jessy Divo de Romero y al secretario Pablo Aure. ¡No más prisioneros
políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com 7/8/18
Noticiero Digital, Runrunes y Digaloahi digital
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