Blog de Víctor José López /Periodista

martes, 15 de mayo de 2018

EDUARDO FERNANDEZ RESPONDE



Estimados amigos y amigas:
A continuación hacemos llegar la respuesta de Eduardo Fernández a la carta del Sr. Ángel M. Esté Zozaya (12/05/2018), en cuanto a su posición en la actual coyuntura política y electoral del país.





Señor
Ángel Manuel Esté Zozaya

Distinguido amigo:

Procedo a contestar su carta.


Lo primero que quiero decirle es que yo he dedicado mi vida a luchar para que en Venezuela prevalezca la democracia. Esa lucha se inició cuando estudiaba educación media y en Venezuela, para variar, había una dictadura militar. El 21 de noviembre de 1957 fui a la calle por primera vez a reclamar democracia y libertad. Entonces sostuve lo mismo que sostengo ahora: los problemas de Venezuela se resuelven con votos y no con balas.


El 4 de febrero de 1992, como usted recuerda, hubo un intento de golpe militar contra la democracia y contra la Constitución. Esa madrugada, con riesgo de mi vida, acudí a los canales de televisión a condenar el golpe y dije: “los problemas de Venezuela tienen que resolverse con votos y no con balas.”

Todos sabíamos que el año 2018 habría elecciones presidenciales. Así lo ordena la Constitución Nacional en su artículo 230. Por cierto, la Constitución no dice en ninguna parte en que mes deben hacerse las elecciones. La recta razón indica que deberían ser en el último trimestre para hacerlo cerca de la fecha en la que se inicia el nuevo período constitucional, pero la Constitución sólo habla del año anterior al vencimiento del período presidencial.

A este respecto deben recordarse dos cosas: Primero, que estamos enfrentando a un gobierno tramposo. A ese gobierno tenemos que derrotarlo con todo y sus trampas. No podemos esperar que el gobierno deje de ser tramposo para ir a elecciones porque entonces no iremos más nunca a elecciones. Segundo, que voceros de la oposición solicitaron durante todo el año pasado que se adelantaran las elecciones. No entiendo entonces que cuando llega el año electoral descubrimos que no estaban preparados y que, en consecuencia, prefieran abstenerse. Ni siquiera se habían puesto de acuerdo para presentar un candidato único.

Después de las elecciones de gobernadores del año 2017 que, en mi opinión se perdieron por culpa de la abstención y de la falta de preparación de la alternativa democrática, escribí un memorándum alertando que el año siguiente, 2018, habría elecciones presidenciales y que teníamos que prepararnos para salir del gobierno de Maduro con una plataforma de unidad, con un candidato de consenso, con un programa atractivo y con una organización eficiente para enfrentar el fraude. Nada de eso fue posible. Prevalecieron los intereses grupales y las ambiciones personales.

En esas circunstancias se presentó la candidatura de Henri Falcón. Yo quiero salir de Maduro, de su gobierno y de todo lo que ese régimen representa. Quiero salir de Maduro con votos y no con balas. El 20 de mayo tengo la oportunidad de votar para hacer realidad ese propósito de salir de Maduro. Además tengo buena opinión de Henri Falcón y del programa de gobierno que ha presentado. Por tanto, voy a cumplir mi deber y a ejercer mi derecho de votar. Y voy a hacerlo por Henri Falcón y no por Nicolás Maduro. Esas son las dos opciones que existen.

Antes de terminar esta esquela quisiera contestar algunos de los aspectos puntuales que usted me plantea en la suya.
1.    La Asamblea Constituyente.  He declarado reiteradamente que esa Asamblea es inconstitucional por donde se la mire y no tiene ninguna entidad (legitimidad posible). La elección presidencial está prevista en la Constitución. El gobierno, intencionadamente, la hace convocar por la Constituyente para alentar a la abstención. El gobierno es el más interesado en la abstención pues tiene casi el 80% en contra y ha sido muy hábil en dividir el sentimiento opositor y en darle argumentos a los abstencionistas. Pero, le repito, la elección presidencial de este año, último del período constitucional de Nicolás Maduro está ordenada por la Constitución Nacional (art. 230). También la declaración de la empresa Smarmatic, diciendo que habían colocado votos de más en la presunta elección de la Asamblea Constituyente (cosa perfectamente posible porque fueron solos a esa elección y ellos pagaban y se daban el vuelto) no tengo dudas de que fue una maniobra del gobierno para sembrar más desconfianza en el hecho electoral.
2.    El período se cumple el 10 de enero. Fue la oposición la que pidió elecciones adelantadas. Fue un vocero de la oposición, Henry Ramos Allup, el que en enero del año 2016 le anunció al Presidente Maduro que en seis meses estaría fuera de su cargo. Desde luego, debo presumir que el procedimiento previsto era electoral.
3.    Desconocimiento internacional a las elecciones. Estoy seguro de que, en la hipótesis de que gane Henri Falcón, lo primero que hará será restablecer la plena vigencia del estado de derecho y del respeto a los derechos humanos. Al tomar esa medida, desaparecen las razones por las cuales la comunidad internacional tiene aislado al gobierno venezolano. Se restablecerá la normalidad en las relaciones internacionales de nuestro país. Si todos votamos, ganamos y si ganamos la Comunidad Internacional reaccionará positivamente.
4.    La Conferencia Episcopal no ha dicho que no hay que votar. Como usted señala, se limita a solicitar la posposición de las elecciones y la adopción de condiciones favorables. Eso me parece muy positivo. Ojalá lo logren. Pero en caso de que no se dé eso que pide la CEV, ¿qué hacemos? ¿Nos quedamos con Maduro indefinidamente? Yo creo que a Maduro hay que derrotarlo con condiciones o sin ellas y en la fecha en que haya la oportunidad para derrotarlo electoralmente, que parece ser el 20 de mayo.
5.    Todas las encuestas coinciden en que Maduro está derrotado en la opinión pública en una proporción cercana al 80% contra 20%. Me parece un error grave no aprovechar esa circunstancia para salir del gobierno de Maduro.Para mí no votar es dejar la suerte del país en manos del azar: una grave conmoción nacional, un golpe militar, una invasión extranjera… No me gusta ninguna de esas hipótesis. Es más, no las creo probables ni convenientes. Por eso he decidido votar.

Aprecio mucho los amables términos de su carta. Ojalá todos pudiéramos utilizar ese lenguaje de respeto y de consideración.

Con estas líneas no pretendo convencer a nadie, simplemente responder a sus preguntas y explicar mi posición. Respeto mucho a mis compatriotas que han decidido “no votar”. Creo que se equivocan. Creo que cometen un grave error. Pero los sigo respetando igual.

Reciba un cordial saludo con la esperanza de haberle dejado claros mis puntos de vista.

Atentamente,

                              
Eduardo Fernández
Caracas, 13 de mayo de 2018

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