Formato del Futuro…
La Tierra
es bipolar: norte y sur; ambos contrapuestos. Y en ambos polos la vida es
inclemente. No son pocos los ejemplos de sobrevivencia. De hecho, hasta los
animales sobreviven, comiéndose unos a los otros. Venezuela está en el centro
del mundo, en la faja ecuatorial Su clima es óptimo para la vida del ser
humano: le permite convivir armónicamente, y eso no es casualidad.
El medio
ambiente venezolano se distingue por configurar una naturaleza en la que su
población sobresale por ser gente amable y hospitalaria. Es una virtud que
otrora hizo posible que así se distinguiera al venezolano. El mundo lo vio de
esa manera, más después que ese contingente caribeño no vacilara,
asimismo, en ser un incondicional receptor de gente de todas
partes. De tal manera que, por naturaleza, hoy los
venezolanos no deben permitir que la polarización y el odio los
lleve a la destrucción. Sin embargo, el tema está ahí, ante todos, como reto
inquietante y mortificante
¿Qué les
ha sucedido a los venezolanos para llegar, precisamente, al borde de un
enfrentamiento y destrucción?.
De hecho,
a nadie le extraña que, en uno de los tantos y prolongados mensajes
propagandísticos, el propio Presidente de la Republica apelara libremente a un
derecho individual que ya no le corresponde, en vista de su condición de
competidor. Porque ¿en el acuerdo preelectoral firmado por los candidatos, no
se estableció una limitación a las campañas electorales en los medios para
evitar ventajismos ?
Además,
¿cómo es que en nombre de ese derecho que se autoatribuye por sobre las normas
o convenimientos, a sabiendas de que las está ignorando o violando, el
candidato-Presidente se refiere despectivamente a eventos de la Sociedad Civil,
como los realizados recientemente en el Aula Magna y el Teatro Chacao, en
Caracas?. !Esos son los mismos !, dijo. ¿Los mismos de qué y en qué?
Abrir más
la brecha de la polarización social y política actual, en casos como
los electorales, definitivamente, es un procedimiento que reniega de la
necesidad del entendimiento entre los venezolanos. Y es por eso por lo que sin
saberse a qué se refería y cuál era el objetivo de la expresión que motivó
reacciones, cultivó otra semilla adecuada para el distanciamiento.
¿Acaso a
los millones de ciudadanos que durante 20 años han visto cómo empobrecieron y
fungieron de testigos del envilecimiento de su país?. ¿0 a la minoría de
venezolanos que, en apelación al ejercicio del poder, han llevado a Venezuela a
la ruina total, al extremo de que ha provocado la atención de una gran mayoría
de los países del mundo?.
Lo que sí
es verdad, es que, independientemente de a quiénes se refería el Primer
Mandatario, ese lamentable y desafortunado comentario, al final de su presencia
en la diatriba política nacional, es de los sistemáticos activadores de la
polarización que tiene al país convertido en un par de grupos, dividido y sin
disposición a dar pasos en favor del entendimiento.
El asunto
real es que ya no se trata de chavistas o de “escuálidos”; tampoco de
“enchufados” o de “apátridas”. El problema es tan grave, que lo que ha emergido
a partir de discursos de ese tipo que incluye elementos inútiles, es una manera
de fomentar el odio y la división entre los venezolanos.
Quienes
analizan dicha situación insisten en que la posición geográfica en la faja
Ecuatorial, sitúa al país en el centro. Y el centro indica convivencia; nada
de extremos: nada de blanco o de negro. Sí de lo que se sabe que
existe: de matices. Hay distintos puntos de vista y opiniones. Y eso
plantea la mutua aceptación de que los ciudadanos, indistintamente
de las posiciones individuales que asuman, representan y defiendan, tienen que
respetarse. Es decir, obedecer a la razón de las mayorías. Las imposiciones
nunca serán un ejemplo de expresiones democráticas. En cambio, la
consigna tiene que ser tolerancia, justicia y razón.
La queja
y reclamos internos y externos por y contra Venezuela abundan. Pero son los
propios venezolanos los llamados a resolver sus propios problemas. Tienen que
solucionarlos. A partir de la importancia y utilidad de saberse
envueltos en una situación realmente delicada. Conscientes de que es innegable
que el país dispone de cuantiosos recursos materiales, físicos y
humanos. Pero que no saldrá del lugar en que hoy está inmerso si insiste en
creer que, para alcanzar dicho propósito, no cuenta la unidad.
Los
discursos de parte de voceros que modelan conductas individuales y colectivas,
y que se emiten aun siendo discriminatorios o degradantes, lo saben todos
los ciudadanos, son nocivos y provocan división. De hecho, hoy en
Venezuela hay miles de familias separadas por odios y rencores. Y es un efecto
de aquello que muchos venezolanos saben que sí es evitable y superable. Pero
que se emplea libremente, aun cuando también se sabe, además, que ha provocado
una gran brecha social tanto ideológica; también de clases.
Nunca
antes, de la manera y proporciones como se aprecia actualmente, había existido
un distanciamiento entre hermanos en esta tierra que, históricamente, se le
consideró refugio del mundo entero en épocas de otras calamidades políticas en
distintas latitudes. Es, si se quiere, una referencia lamentable de la pérdida
de una preciosa cualidad hospitalaria venezolana, y que, además, ha sido
suplantada por divisionismo, odios, rencores y una desconfianza extrema. ¿Y
cómo hacer posible que el país se levante de ese desafortunado traspiés?…
Sin duda
alguna, venezolanos en funciones gubernamentales y venezolanos en roles
opositores, tienen que limar asperezas, excluir pasiones ideológicas de la
discusión y de las diferencias. Pero también canalizar su interés en
comprender la magnitud del desastre nacional. Ese que, entre otras
adversidades, abarca la inseguridad, el hambre y la miseria, las inútiles
e innecesarias muertes por carencia de todo. La creciente diáspora que, entre
otros efectos, le está amputando a la nación uno de sus más valiosos miembros:
juventud, talento, conocimientos y capacidad productiva.
Las
adversidades a las que se enfrenta Venezuela ya no conforman una sola verdad:
son muchas verdades transformadas en retos generacionales. Porque el país está
al borde de la quiebra. Es una referencia continental de otro país
latinoamericano que entró en el proceso de cesación de pagos.
Esto no
tiene discusión ni justificación. Es otra de las verdades, de sus lastres
morales. Y no es por culpa del imperio, de los “pelucones” o de los
“escuálidos”, de las iguanas, de supuestos saboteadores, mucho menos
de una presunta guerra económica o de una página Web identificada
como "Dólar Today”.
Ni esa
cacareada guerra ni esa página pulverizaron la capacidad de
transacción del signo monetario venezolano, hasta hacer posible la aparición de
una hiperinflación que está potenciando el hambre, la hambruna y la miseria
extrema. Al Bolívar, sencillamente, lo destruyeron las malas políticas
económicas, las peores decisiones monetarias, las cuestionables y condenables
formas de administrar fondos públicos, para concluir en una
demencial producción de dinero inorgánico dirigida a dotar de una falsa
fuerza sustentadora al populismo venezolano.
Es decir,
todo se debe a la dependencia en un fracasado formato económico, que incluye
corruptelas y una lamentable gestión administrativa. ¿Cómo no
admitirlo?. Pero es la peor de las verdades: todo está mal. Y para superar esa
adversa condición, habría que diseñar y estructurar una respuesta,
Que no sería otra que, para empezar, todos tendrían que
admitir sus respectivas responsabilidades y comenzar a entenderse como hermanos
venezolanos.
Nadie que
quiera a su país, puede estar de acuerdo con una invasión. La invasión implica
guerra y muerte. Toda ayuda especialmente humanitaria debe ser bien recibida,
no así la que esté dirigida a fortalecer lo que ya hizo nacer el odio, los
resentimientos sociales y la diferencia de clases.
¡Basta de
diferencias¡, El Gobierno no supo hacerlo y la oposición no supo superarlos.
Ahora le toca a la sociedad civil, toda unida, procurar la solución.
Juntos todos: chavistas y oposición, como un solo pueblo, y
motivados por la misma meta y asumiendo el mismo reto: salvar y rescatar al
país.
El que
tiene o tenga problemas de carácter legal, que defienda su causa en unos
tribunales completamente imparciales. La mayoría de ambos bandos no los tienen.
El que haya delinquido, que se defienda sin arrastrar a nadie en su culpa.
Sociedad
Civil son todos los venezolanos. Y todos los venezolanos, unidos, sí pueden
demostrar cómo es que se comen y producen decisiones y soluciones. Pero hay que
actuar rápido. Es la manera de evitar la constitución de un problema
individual, en uno continental ¿y en otro mundial?.
Venezuela
es de los venezolanos. Y a los venezolanos les corresponde la tarea de impedir
que su país siga avanzando sin rumbo, ni propósitos distintos a los de
propiciar una agudización de sus múltiples diferencias y dificultades.
En Formato
del Futuro…. la convicción predominante es la de que la
recuperación del país, no depende exclusivamente de un
proceso electoral concebido y apuntalado por minorías interesadas en consagrar
a un supuesto Mesías, o caudillo versión Siglo XXI. Caer en las
mismas prácticas presidencialistas de siempre, es negarle la respuesta más
oportuna e ideal a las actuales y futuras generaciones de venezolanos.
Se
trata de elaborar un proyecto país para luego elegir quién dirigirá
y lo ejecutará. Para ello, desde luego, antes hay que ir a una consulta ante el
soberano, hasta llegar a una decisión en conjunto, por mayorías,
capaz y dispuesta a descentralizar al país, a garantizar la
independencia de los poderes. Pocos lo han dicho, porque muchos han mantenido
silencio, pero hay que regresar al sistema bicameral, y
descartar el presidencialismo pernicioso, para implementar la doble vuelta
electoral.
Egildo
Luján Nava
Coordinador
Nacional de Independientes Por el Progreso (IPP)
No hay comentarios:
Publicar un comentario