Víctor José López
El 8 de julio de 2017, tres días más tarde del
atropello a los diputados el 5 de Julio – Día de la Patria- en la sede de la Asamblea Nacional, el Palacio Legislativo, Caracas
despertó con la noticia que “Leopoldo López será trasladado de Ramo Verde y su hogar será su prisión”.
La noticia reventó la tensa calma de una
ciudad despejada, cuando ya se habían formado las colas en los abastos para
buscar los escasos alimentos que racionados son distribuidos entre los más
pacientes capaces de soportar sol tropical o la lluvia. Una ciudad en la que los
apagones detienen el tránsito del metro, provocan desorden en el tránsito
automotor por enloquecer semáforos e inutilizar servidores de gasolina. Todo
ocurre Venezuela desde el primero de abril, la nación es una unidad en la
protesta. Hay un desencanto que cubre su territorio. Lo hace sin recurrir a la
violencia, aunque es violentamente reprimida por un componente militar: la
Guardia Nacional.
Militares que violan los derechos humanos y ultrajan
la propiedad privada. Lo hacen en operaciones que despliegan de madrugada, tapándose
la cara sus efectivos, cubriéndose con capuchas. Comandos que iinvaden
edificios de condominio.
Todo ocurre en Caracas, donde sus diputados
fueron sometidos en el recinto legislativo por sicarios paramilitares, donde
revienta con intensidad el estruendo de la noticia: -“Leopoldo está en libertad”.
No es cierto. En un movimiento de piezas del ajedrez
del régimen Leopoldo Lopez es el un Alfil para ejecutar el Gambito de Budapest.
Leopoldo no ha sido liberado, estar libre como
debería estarlo si lo que le atara a la prisión no fueran los falsos
testimonios tejidos por la señora Luisa Ortega Díaz y la fiscal Narda Sanabria
de acuerdo a lo denunciado por el fiscal Franklin Nieves, que huyó del país en
defensa de su integridad. Leopoldo López es un preso de conciencia, libre pero un
preso del régimen de Maduro. Leopoldo es
una pieza del ajedrez político en el terreno del chavismo con la que ahora pretenden Nicolás Maduro,
Diosdado Cabello y el General Padrino
López, eliminar a Luisa Ortega Díaz, actual Fiscal General de la República
Bolivariana de Venezuela que Maikel Moreno en su condición de Presidente del
TSJ intentó sustituir con la Fiscal Harrington, ficha de Cilia Flores y ahora
destituida por Ortega Díaz…
¿No se entiende? Pues así es el chavismo y por
eso Venezuela es un disparate.
*El Gambito Budapest es de los pocos planteamientos de apertura que, pese a contener muchos trucos, celadas e ideas de ataque, no cuenta con una refutación. Y es que la mayoría de gambitos arriesgados que tratan de plantear trampas en las primeras jugadas, suelen tener varios modos de ser cuestionados.
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