Después de la II Guerra
Mundial el británico Liddell Hart, conocido por sus artículos sobre
estrategia militar, entrevistó a los principales generales alemanes prisioneros
que fueron juzgados por un tribunal internacional establecido en
Nuremberg. Hart publicó en 1948 esas entrevistas en su libro “Los
generales alemanes hablan”, el cual logró cierto impacto en su época, aunque
hoy día algunos lo cuestionan.
Sobre la sumisión de los
generales a Hitler, Hart sostiene que es justo que sean criticados por
mantenerse ajenos a los excesos de los nazis y por su falta de valor para
protestar, con algunas excepciones. Sin embargo, añade que " el valor
moral para protestar no es una característica común en ningún ejército".
También, que era difícil que los generales decidieran derrocar a Hitler,
porque temían que sus tropas no los apoyaran, dado el efecto hipnótico
que ejercía el Fuhrer y, como estaban en guerra, que fuesen considerados
traidores a la patria. Además, la SS mantenía una estrecha vigilancia sobre los
generales de la Wehrmacht.
A pesar de lo citado, hubo
varias conspiraciones y atentados contra la vida del genocida, en los cuales
mariscales, almirantes, generales y coroneles estuvieron
comprometidos o no delataron a los complotados. Por lo general, los
oficiales del ejército tuvieron un trato humano con los prisioneros y con la
población civil, en contraste con los miembros de la Gestapo y de la SS.
Algunos estudiosos del tema especulan que se exageraron estas diferencias de
comportamiento para poder reconstruir el ejército alemán de la postguerra,
considerando el peligro soviético. El hecho es que varios generales de la
Wehrmacht fueron sentenciados a muerte por crímenes de guerra.
¿Qué dirá la historia de
nuestros generales? En estos dos meses no ha habido una guerra en contra
de un enemigo externo, sino una represión desproporcionada por parte de fuerzas
oficialistas armadas en contra de civiles desarmados. El saldo, según el Foro
Penal, es de 49 personas asesinadas, para un total de 69
muertes por diferentes causas, unos tres mil heridos e igual número de
detenidos. Los represores son guardias nacionales y policías, que se han
convertido en la SS de Maduro; también paramilitares rojos que imitan a los
camisas pardas nazis, desde luego guardando las debidas distancias ya que
en nuestro caso, afortunadamente, no se ha llegado ni remotamente a los excesos
de la época de Hitler.
Los generales de nuestra
Wehrmacht, es decir del ejército venezolano, solo excepcionalmente han
participado en la represión. Se han limitado a dejar hacer. Es decir, están
pecando por omisión y ello los hace cómplices necesarios para que se produzcan
las violaciones a los derechos humanos. Al igual que en la Alemania nazi,
algunos han conspirado o protestado y han sufrido las consecuencias, como el
general Vivas, pero la gran mayoría ha otorgado tácitamente permiso
para asesinar.
Ante la historia no podrán
alegar que enfrentaban a un enemigo externo, que Maduro contaba
con apoyo popular, que la
Asamblea Nacional respaldaba al régimen, que la Fiscal General no había
advertido de la violación a la Constitución, ni que los gobiernos democráticos
del mundo no condenaron las violaciones a los derechos humanos. No podrán negar
que el CNE rechazó realizar un referendo revocatorio presidencial y elecciones
regionales que hubiesen evitado la crisis, ni esgrimir que estaban
ciegos cuando el régimen designó ilegalmente a los magistrados del TSJ.
¿Acaso podrán defenderse
sosteniendo que la "revolución" estaba enrumbando a Venezuela por la
vía del progreso y que abundaba la comida, las medicinas y los repuestos, que
los jóvenes no emigraban porque había seguridad y oportunidades de
trabajo? ¿Acaso alguien les creerá si alegan que aquí no hay una gran
corrupción y que el narcotráfico ha penetrado en las esferas
gubernamentales?
Solo solicitamos a
nuestros generales que por el bien del país, de la institución armada y por su
propio interés, presionen para que cese la represión, se aborte la
Constituyente y el régimen acepte dialogar para establecer un gobierno de
transición que conduzca al país a elecciones generales. Nuestros generales
deben hablar antes y no después como los germanos. Si no lo hacen algún
historiador los entrevistará cuando cese la barbarie y no tendrán excusas.
Tengan presente al profeta Isaías "¿Qué harán el día en que se arreglen
las cuentas? ¿ A dónde huirán y quién los ayudará ..?
Como (había) en botica: La
represión ordenada por Maduro no debe dar pie para olvidarnos de que
nuestra resistencia es no violenta. Rechazamos actos
vandálicos y exigimos castigo para los asesinos y agresores. Cedice
presentó un excelente trabajo sobre la recuperación de nuestra industria
petrolera, por el cual felicitamos al ingeniero Diego González. Tal y como
afirman Pedro Piñate y Fedeagro, por culpa del gobierno los productores
perdieron otro ciclo de siembra ¡No a la prostituyente! ¡No más prisioneros
políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com 6/5/17
Noticiero Digital y Runrunes
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