©Carlos M. Montenegro carlosmontenegro622@gmail.com
No ha
hecho falta crear un viceministerio, es más, ni siquiera una piche dirección
general o sala situacional. Así que, por generación espontánea o no, lo cierto
es que lo feo impera, y no de una manera más o menos…, no, feo con ganas
En estos tiempos que
corren, cuando uno ve televisión local o escucha la radio, lo primero que salta
a la vista y al oído, es que con raras excepciones por no decir rarísimas, todo
está impregnado de un exquisito mal gusto. Espero saber hacerme entender,
porque el buen gusto no es patrimonio de nadie pero el malo al parecer sí. No
es que quiera presumir de Petronio pero es que siento como si viviéramos entre
casos y cosas de muy mala calidad. Da la sensación de que en este pseudo
orwelliano país, un Gran Hermano ha promulgado el feísmo.
No se pierdan esto. En
su día ya crearon y decretaron cosas tan “bellas” y surrealistas como el “Viceministerio
de la Suprema Felicidad del Pueblo”, asimismo como lo leen, con su
viceministro o viceministra y todo (ya saben, depende si es hombre o mujer). Según
la presidencia de la República el 24 de Octubre de 2013 y en decreto publicado
en la Gaceta Oficial Nº 40.280, corresponde a este Viceministerio:
1° Atender, gestionar y
solucionar los casos que le sean remitidos por el Viceministro o Viceministra
para la Suprema Felicidad Social del Pueblo.
2° Atender y orientar a
los ciudadanos y ciudadanas que acuden al Ministerio del Poder Popular del
Despacho de la Presidencia y Seguimiento a la Gestión de Gobierno, en busca de
ayuda en áreas como salud, discapacidad, asesoría legal, asignación de becas,
ayudas por abandono, desalojo o cualquier otro ámbito de sus competencias.
3° Atender y gestionar
ante los organismos y entes de la administración públicas los casos sometidos a
su conocimiento, coordinando la solución de los mismos.
4° Procurar solucionar
los problemas planteados al Presidente de la República o al Ministro del
Despacho por los ciudadanos y ciudadanas, efectuando las gestiones apegadas a
los principios de legalidad, igualdad, imparcialidad y celeridad.
5° Llevar un registro y
realizar seguimiento constante de los casos que o mediante carta dirigidas al
Presidente de la República y Ministro del Poder Popular del Despacho de la
Presidencia y Seguimiento a la Gestión de Gobierno.
6° Coordinar operativos
de carácter social. Asimismo, se dispone que la Gran Misión Hijos de Venezuela,
la Gran Misión En Amor Mayor, la Fundación Pueblo Soberano y Consejo Nacional
para el Desarrollo de las Comunidades Afrodescendientes, también se regirán por
los lineamientos del recién creado viceministerio
Como se ve el propósito
del decreto es intachable, pero tan loable misión ministerial, tras casi 4 años
transcurridos, parece que no ha funcionado ni un poco pues personas felices, lo
que se dice felices, ya casi no quedan, y supremamente felices
ni uno solo que se sepa. Pero es que así somos en Venezuela de
“antiparabólicos” incluso con los decretos, aunque vengan del “gran hermano”.
Sin embargo con el
asunto del feísmo ha ocurrido lo contrario, porque han tenido un éxito
formidable, pienso que ni el mismo gobierno se lo esperaba. No ha hecho falta
crear un viceministerio, es más, ni siquiera una piche dirección general o sala
situacional. Así que, por generación espontánea o no, lo cierto es que lo feo
impera, y no de una manera más o menos…, no, feo con ganas.
En la parte que la
fealdad más éxito ha logrado ha sido en lo de la cosa patriótica, con el
pueblo, “su pueblo”, ya saben cómo les digo, con el fin de llevar “nuestra”
cultura hasta el último rincón del país. La finalidad no deja duda, incluso
escuché decir a un político de los de alto nivel, por supuesto en cadena
nacional y para adornarse supongo, que debiera llegarse hasta las
mismas catacumbas del pueblo, y se quedó tan satisfecho. Tomando en cuenta
el aspecto que el país está tomando en la superficie, no alcanzó a imaginar en
qué estado estarán nuestras catacumbas; además la cultura no luciría bien en
semejante lugar. Tal vez quiso decir hasta los albañares pero no le salió.
Sus prioridades al
parecer se han centrado en divulgar las artes vernáculas originarias como el baile
y la música, o sea, el folklore tradicional. Han sido tan concienzudos que han
hallado verdaderos ovnis musicales en nuestras intrincadas selvas amazónicas y
guayanesas de nuestros ancestrales aborígenes, con danzas y cánticos
sorprendentes, tan populares que hasta a nuestros políticos se les ha visto
echando un pie, pero de nuevo solo en la televisión encadenada. La mayor parte
de los intérpretes que presentan en los feísimos templetes durante sus “raids”
culturales son, en el mejor de los casos, dignos de olvido con sus vestimentas
y repertorios trillados, aburridos y muy feos.
Tras expropiar entre
otros a Alí Primera sus canciones y hasta a Herrero y Armenteros su hímnica
“Venezuela”, poco o nada han aprendido. Las joyas musicales que tiene en abundancia
el folklore criollo no aparecen. Tal vez se las hayan robado. Pero aparecerán.
* Rasgo que caracteriza
a una persona, animal o cosa que es fea.
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