Blog de Víctor José López /Periodista

jueves, 7 de abril de 2016

LEOPOLDO LÓPEZ A PADRINO LÓPEZ Y A LOS MILITARES DE VENEZUELA

PRESO PERO LIBRE
Notas desde la cárcel del líder venezolano
 
LEOPOLDO EN LA CÁRCEL ES MÁS LIBRE QUE CUALQUIER SOLDADO VENEZOLANO,
 HOY SOMETIDO A LA VOLUNTAD DEL INVASOR CUBANO

No sé si el General y Ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López sabrá qué quiere decir la palabra “adefesio”: lo que sí sé es que como oficial de la Fuerza Armada de Venezuela ignora, ofende y agrede la majestad de la Asamblea Nacional.
No sólo la ignora, sino la desconoce, cuando como Comandante de la Fuerza Armada debería estar a las órdenes de la Asamblea, que es el pueblo elector de la República, la columna vertebral de la Democracia,  y no oponerse a una Ley emitida  por el congreso.
Sin entrar en mayores detalles referente a la insultante ignorancia del alto oficial del Ejército, copiaremos textualmente lo que Leopoldo López escribe en su libro Preso pero libre, editado recientemente.
Sin más darle más vueltas, aquí lo que Leopoldo nos dice sobre el Componente Militar de la República Bolivariana de Venezuela.

Víctor José López

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El futuro democrático de Venezuela depende de una perspectiva más clara, más directa, sobre lo que es la realidad militar del país. La definición de la estrategia militar no es asunto exclusivo de los militares. De hecho, en democracia la definición de las prioridades es una estrategia de defensa nacional, y es una estrategia política de la primera magistratura, es decir, del presidente, quien tiene  la obligación compartida de jefe de Estado, presidente y  comandante en jefe de la Fuerza Armada Nacional, y esta debe definirse en acuerdo con otros sectores del Estado.

En el caso venezolano, la hipótesis de conflicto impulsada en todos los terrenos desde hace unos años se fundamente en el antiimperialismo, es decir, en que los venezolanos estamos “sometidos” a presiones económicas, sociales y políticas por parte del imperio, especialmente el estadounidense, y que, en consecuencia, según esta teoría, la primera responsabilidad de defensa de la nación es mitigar y preparar acciones para ataques desde “el imperio”. Esta hipótesis de conflicto sustituyó a lo que por años fue una hipótesis que se fundamenta en el resguardo de las fronteras, en particular la de Colombia.

Las consecuencias administrativas, operativas, políticas y diplomáticas de la hipótesis de conflicto anti imperial ha calado hondo y han sido determinantes en la estrategia por parte del Estado de adquisición de armamento, discurso, despliegue de las fuerzas y la relación con ciertos factores como grupos irregulares, que han pasado de ser una amenaza a colaboradores en la lucha anti imperial. Esta hipótesis ha dado pie para que se ponga en un segundo plano de prioridad el tema de la guerrilla y otros grupos irregulares venezolanos y extranjeros que operan en territorio nacional.

De esta manera, las decisiones en la estrategia de equipamiento militar han respondido a esta lógica, priorizando compras  multimillonarias de misiles y otros equipos para hacer frente a la “guerra” asimétrica con el imperio, poniendo en segundo plano la capacidad operativa y táctica de los componentes militares frente a reales amenazas palpables como son los grupos irregulares, el narcotráfico e incluso la defensa del territorio nacional como se ha puesto en evidencia con la entrega voluntaria del territorio y las aguas correspondientes al Esequibo, que, por negligencia o por diseño antipatriótico, ha sido entregado de manera voluntaria y cómplice a Guyana.

Yo estoy convencido de que es necesaria una nueva definición de la hipótesis de conflicto que nos permita adecuar a las Fuerzas Armadas Nacionales a la realidad a la que hoy está sometido el pueblo de Venezuela.

Esta definición debe servir como punto de partida para una nueva estrategia de defensa nacional, porque es necesario comenzar por definir con precisión cuáles son las reales amenazas a las que estamos sometidos en el territorio. El narcotráfico y el contrabando son en mi opinión las prioridades de ser tomadas en cuenta para consolidar a futuro una Fuerza Armada democrática y soberana.
Requerimos de una Fuerza Armadas Nacional profesional, altamente equipada y entrenada. En mi opinión el problema del gasto militar no es cuánto se gasta o invierte en el ámbito militar, sino en qué se invierten los recursos. La primera prioridad del gasto debe ser la estabilidad de los militares y la capacidad operativa, que hoy está muy disminuida. Aprobar un sistema de seguridad social como lo establece la Constitución, mejorar el equipamiento de las unidades, fortalecer y profesionalizar el entrenamiento y la capacitación. Con lo que se ha destinado al gasto militar durante los últimos años es injustificado que hoy tengamos unidades completas prácticamente estancadas por falta de equipamiento y mantenimiento básico.

Hoy, muy lejos del discurso oficial que habla de una Fuerza Armada Nacional patriótica e independiente, tenemos una Fuerza Armada subordinada a los intereses de Cuba, que ha llegado a tener un control escandaloso sobre la dinámica y la toma de decisiones dentro de esta institución. Es notoria la presencia cubana en distintos niveles y en particular en su control político, ejercido entre otros mecanismos por la DGCIM, anteriormente DIM.

En todos los niveles, pero especialmente para los oficiales superiores. La presencia de funcionarios de la DGCIM es la de los emisarios políticos que están a la caza de cualquier señal que identifique a un oficial con un pensamiento crítico diferente. Es una gran contradicción que a pesar de que la Constitución del año 1999 permite a los militares ejercer el derecho del voto, la realidad es que cualquier señal de que un militar tenga una tendencia o intención de votar a favor de la oposición es interpretada como traición y puede costar la carrera o incluso la cárcel.

Uno de los daños más graves de la tesis anti imperialista es que abre espacio a la idea del enemigo interno. Es decir, venezolanos que, según la tesis oficial son enemigos de la patria por ser lacayos del imperio. Bajo esta categoría entramos todos quienes disentimos de este gobierno y somos referidos sin límites ni tapujos como apátridas e imperialistas.   

LEOPODO LÓPEZ
Cárcel Militar de Ramo Verde

Febrero de 2016

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