Blog de Víctor José López /Periodista

viernes, 8 de enero de 2016

MADURO HA PREPARADO UN COCKTAIL QUE PROVOCARÁ UN REVULSIVO EN LA REVOLUCIÓN

EL COKCTAIL MORTAL

LA RECETA  
Una medida de dos onzas de Miguel Pérez Abad, igual cantidad de Luis Salas. Todo bien batido con limón, a los Diosdado; y, según el barman Nicolás Maduro, usted tendrá un revulsivo que debe acabar de una vez por todas con la revolución.

El empresario Miguel Pérez Avad ha sido la careta, la máscara con la que Hugo Chávez intentó antes de eternizarse cubrir el marxismo en este  incomprensible disparate que los socialistas del siglo XXI califican de “revolucionario”.

Verle a Miguel Pérez Abad en la misma mesa, comiendo en el mismo plato con el vicepresidente del área económica el sociólogo marxista Luis Salas, es como para apagar la luz, vete y vámonos.


Esa gallera que Nicolás Maduro llama gabinete, ha de marcar los últimos minutos en la vida de este moribundo que llamamos Venezuela.

1 comentario:

Ernesto Lazo dijo...

Para entender esto que llamas cocktail hay que analizar el componente llamado Luis Salas. Este señor cerebro de la nueva política económica afirma que no cree en la inflación.
El es economista y nosotros no sabemos de economía.
Cuando yo no se de algo lo primero que hago es buscar la definición y encontré estas dos:

La primera
Inflación
nombre femenino
a.Incremento excesivo de algo.
b.ECON. Proceso económico provocado por el desequilibrio existente entre la producción y la demanda; causa una subida continuada de los precios de la mayor parte de los productos y servicios, y una pérdida del valor del dinero para poder adquirirlos o hacer uso de ellos.

La segunda
Inflación

a. f. Acción y resultado de inflar.
b. Aumento general de precios que trae aparejada la depreciación monetaria.

¿quisiera saber? como esta escoria revolucionaria le va a explicar a todos los que van a comprar productos de primera necesidad que la inflación no existe.

Seguro estoy que esta negación de una realidad es para escurrir el bulto y no puedan pedirle resultados, pues si algo no existe no hay necesidad de combatirlo.

Dios quiera este cocktail los sumerja en una pea tan espantosa que no se den cuenta cuando el verdugo llamado pueblo levante la espada y haga rodar sus cabezas como rodaron a través de la historia las cabezas de los dictadores que se embriagaron en este cocktail de poder.