Para
obtener una victoria contundente el 6D es necesario:
1- Conquistar a quienes en
el pasado han votado por el oficialismo.
2- Convencer a los
renuentes a votar
3- Disuadir a los candidatos sin opción de
triunfo a que se retiren
4- Cesar las descalificaciones entre los nuestros.
1-La
gran mayoría de quienes votaron en el pasado por el oficialismo están
convencidos de que este gobierno es un fracaso, pero todavía muchos no se
sienten atraídos por otra opción. Para conquistarlos hay que convencerlos de
que la alternativa democrática tiene un plan para solucionar los
problemas de escasez, alto costo de la vida, desempleo e inseguridad y que está
dispuesta a ocuparse de la situación de quienes tienen menos
Ciertamente
las elecciones no se ganan por vender planes muy elaborados, sino por ofrecer
soluciones sencillas. Entre otras cosas hay que predicar que desaparecerá el
desabastecimiento porque se respetará la propiedad privada; que las divisas que
hoy se destinan a subsidiar a empresas quebradas del Estado, a empresas
de maletín de enchufados del gobierno y la Lotus, se otorgarán a
los industriales competentes y honestos para que adquieran en el exterior
insumos necesarios para producir y para que importen
rubros que no se producen en el país.
Que
para crear empleos se garantizará seguridad jurídica al sector privado y
se privilegiará la contratación de empresas venezolanas para la construcción de
obras de infraestructura. Que se eliminarán los operativos policiales tipo OLP
que violan los derechos humanos de los habitantes de los barrios, pero
que no habrá impunidad para el hampa y se establecerán controles sobre la
tenencia de armas. Aunque hay muchos policías
corruptos, al igual que en otros sectores, la mayoría no lo son, pero ameritan
tener mejores condiciones socio-económicas. Que habrá planes sociales para
proteger a los menos favorecidos, mientras se logra incorporarlos al mercado de
trabajo.
2-Entre
quienes dicen que no votarán hay toda una gama. Unos pocos tienen la
esperanza de que los militares puedan actuar en respaldo a la Constitución.
Ello es posible, pero poco probable. Lo único cierto es que hay un evento
electoral frente al cual hoy la alternativa democrática es clara mayoría. Otros
se muestran reacios a votar por la desconfianza en un CNE que
descaradamente favorece al oficialismo. Remediar lo del ente electoral
no es posible, ya que fue diseñado para que los rojos tengan todas las
ventajas y, además, se presta a trampas cuando no hay testigos y hay
abstención.
Para
convencer a los renuentes a votar es necesario garantizar que esta
vez sí habrá testigos en las Mesas de votación y que dispondremos de la mayoría
de las actas antes de que el CNE anuncie los resultados. Reconozcamos que en el
pasado muchas Mesas se quedaron sin testigos porque los partidos no cumplieron
con las cuotas prometidas y, además, a veces rechazaron las ofertas
de la sociedad civil. Ojalá esta vez nos beneficiemos de la presencia
desinteresada de quienes son independientes, que pueden
complementar a los militantes.
3-En
varios circuitos no se lograron candidaturas unitarias para enfrentar a los
rojos. En algunos no corremos riesgos de perder diputados, pero en otros
sí. No tiene sentido discutir quienes fueron los culpables de que no se
lograran acuerdos. La situación obliga a conversar y que alguien tenga
que ceder. En esos pocos circuitos en peligro los candidatos y los partidos
postulantes deberían aceptar someterse a encuestas y que quienes no resulten
favorecidos se retiren. ¿Es mucho pedir?
4-
Lamentablemente algunos opinadores políticos contrarios al régimen, son
propensos a descalificar en base a percepciones personales a
varios dirigentes. Unos descalifican a Henry Ramos, a Julio Borges
y a Capriles, llegando a tildarlos, sin prueba, de colaboracionistas y de
oposición oficialista, solo por el hecho de que a veces dan declaraciones o
fijan posiciones con las que no se está de acuerdo. Otros atacan a María
Corina, a Leopoldo y a Ledezma por el hecho de haber planteado la necesidad de
realizar acciones pacíficas de calle.
Entendamos
que es diferente derrotar electoralmente a una dictadura
clásica, que a un régimen totalitario que cuenta con
fanáticos que predican una utopía. El primer caso es más sencillo, mientras
que los totalitarismos han requerido duras jornadas de lucha,
sin las cuales no habría habido elecciones limpias. Ello obliga a nuestra
dirigencia a tender puentes con la Fuerza Armada y con algunos
dirigentes rojos, pero principalmente a movilizar al pueblo. En el pasado,
ante la oferta del gobierno de una auditoría completa, que después no cumplió,
Capriles tuvo razón en no convocar a la calle para evitar una masacre, ya
que el resultado fue estrecho y, además, no había tanto descontento
popular. Hoy, la situación es diferente y es necesario hacer saber que
estamos dispuestos a correr todos los riesgos en defensa de
la decisión del electorado.
Como
en botica:
Magnífico que Capriles haga sus recorridos ¨casa por casa¨,
pero ha podido asistir aunque fuese quince minutos a la concentración en
favor de Leopoldo. No hacerlo se presta a interpretaciones que no
lo favorecen.
Es justicia que Antonio Ledezma sea puesto en
libertad. General Padrino López, usted tiene el deber moral de investigar si es
cierto que la capitán Laided Salazar está siendo torturada.
La novela de
Fernando Martínez Mottola que sugerí leer se llama La mala racha. Ya el
distinguido autor debería iniciar otra con el título de La buena racha, que es
la que se avecina.
¡ No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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