Tengo mucho respeto y cariño por el periodismo deportivo,
al fin y al cabo fui fundador del diario Meridiano, y en él ocupé todas las posiciones. Por ello llegué a considerarlo como el de los mejores de América Latina.
Profesionales no solamente conocedores de la disciplina que cubrían, sino con dominio del lenguaje, de la veracidad y la honradez en el cubrimiento de las informaciones.
Sin saudades añoro ese periodismo y observo con profunda preocupación cómo la crónica deportiva ha devenido en un canto a los atletas y dirigentes. Ni un comentario crítico a la cueva de Ali Babá y sus ladrones que chupan desde hace 28 años en la Federación Venezolana de Fútbol. Nada como no sea para halagar la vanidad de la selección venezolana , la que desde la próxima semana estará- y no encuentro otro calificativo-que dando pena en la Copa América.
Ha sido el propio técnico Noel San Vicente, no se si por curarse en salud o por pena, quien ha dicho que le preocupa que la Vinotinto no haya enfrentado a nadie antes de esta cita en la que debemos enfrentarnos en primer lugar a Colombia con si James Rodríguez y Falcao, para posteriormente medirnos con el Brasil de Neymar. Me niego a creer que nuestros periodistas que cubren la fuente reciban presión, chantgaje o lo que sea para ignorar esos temas. Prefiero imaginar que son tan ingenuosque sólo piensan que con corazón y cánticos patrioteros, podemos enfrentar al convulso mundo del futbol, máxime ahora cuando ha quedado descubierto que está dirigido po lobor.
Ah, nostalgia de los grandes periodistas deportivas Abelardo Raidi, Omar Lares, Carlitos González o mi hermano Víctor José López "El Vito", Jose Visconti y el tartagaleño Salomón Escalona.
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