Blog de Víctor José López /Periodista

martes, 23 de diciembre de 2014

CARTA DE LA PRINCESA ANTONIA




Hola, soy Antonia, mucha gente le dio por llamarme princesa Antonia, gracias por esa bella distinción. 
El motivo que me impulsa a escribir estas líneas es, sobre todo, para agradecer las muestras de solidaridad, apoyo y cariño que han mostrado en esta terrible contingencia por la que me ha tocado vivir en el último mes, es decir en mi primer mes de vida. 
La situación clínica por la que pase fue gravísima por culpa de una bacteria que oí se llamaba Pseudomona Auriginosa, la cual falto poco para que truncara mi incipiente paso por la vida. Gracias a los sabios criterios, destrezas y conocimiento de los médicos tratantes, encabezados por el doctor Alejandro Franco, inspirado por supuesto, por mi Jesús de la Misericordia, pudieron sortear tan terribles momentos. 
Les cuento: llego el momento, estoy segura, que ese equipo de sabios médicos estaban persuadidos de que el tratamiento con antibiótico, por muy específicos que fueran, no iba a ser suficiente para contener y erradicar ese terrible cuadro infeccioso, de manera que tomaron la sabia y arriesgada decisión de intervenirme, con las prodigiosas y hábiles manos del Dr. Félix Adolfo Licon, quirúrgicamente. Cuando digo arriesgada me quedo corta, debería decir arriesgadísima, me explico: una bebe recién nacida con un cuadro de patologías graves como Meningitis, Edema Cerebral severo, unas plaquetas por el orden de, más o menos, 35.000, una leucopenia de aproximadamente  2.000 glóbulos blancos y un largo etc., hacían totalmente contraindicada cualquier intervención quirúrgica, pero era de vida o muerte…. Y aquí estoy.
Ustedes se preguntaran, como una bebita recién nacida puede hablar en esos términos, muy fácil, me los está dictando un doctor que estuvo en el quirófano, vigilante, pendiente, expectante, como dirigiendo el acto médico quirúrgico, me extraño verlo, no estaba vestido adecuadamente para  el delicado momento, vestía una impecable bata blanca, no usaba tapa boca ni gorro, por eso le note un poblado bigote negro y un sombrero de ala corta del mismo color, los que estaban con él lo llamaban Dr. José Gregorio; entre los que llenaron el recinto estaba un bello niño que me alentaba y me daba ánimos sin hablar, todo en el idioma de los niños, apretaba mis manos entre las suyas como insuflándome la vida, y aquí me tienen, después, al final, me dijo que lo llamaban el niño Jesús de Praga, lo acompañaban entre otros, que yo recuerde san Juan Pablo II , la Rosa Mística, nuestra madre del Socorro, la Coromoto, La Milagrosa, que con sus rayos y por supuesto con los de mi Jesús de la Misericordia servían de luz para iluminar todo el recinto. Por cierto oí que mi mami, en honor  a la Virgen, me va a llamar Antonia de la Milagrosa (gracias mami, muy bello y merecido nombre).
Excúsenme la elocuencia de este relato y la magnificación de todo el proceso, desde que entre hasta que Salí, pero quiero, en esa misma proporción, expresar mi eterno agradecimiento a todas las personas que pusieron su amor, sus oraciones y su colaboración para ser más llevadera toda la angustia de papi y mami, por la difícil situación….. Ustedes me entienden verdad?. Gracias al cielo todo está saliendo a pedir de boca,
A mis primos grandes, que son mis tíos, mucha gracias por todo.  Se acabo la competencia que tenían mi tía Liliana, la Vicky y Nanin con mi abuelito por ver quién llegaba primero a las visitas, mientras tanto mis abuelitas bregando con mi hermanito José Ignacio, en fin todo, gracias al Señor, está llegando a la normalidad.
No me queda de otra que decirles a todos que, por instrucciones de Papa Dios, reciban de mi parte un millón de bendiciones. Chao

Los quiero y los querré siempre: ANTONIA…..”LA PRINCESA”



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