Hola, soy Antonia, mucha gente le
dio por llamarme princesa Antonia, gracias por esa bella distinción.
El motivo
que me impulsa a escribir estas líneas es, sobre todo, para agradecer las
muestras de solidaridad, apoyo y cariño que han mostrado en esta terrible
contingencia por la que me ha tocado vivir en el último mes, es decir en mi
primer mes de vida.
La situación clínica por la que pase fue gravísima por
culpa de una bacteria que oí se llamaba Pseudomona Auriginosa, la cual falto
poco para que truncara mi incipiente paso por la vida. Gracias a los sabios
criterios, destrezas y conocimiento de los médicos tratantes, encabezados por
el doctor Alejandro Franco, inspirado por supuesto, por mi Jesús de la
Misericordia, pudieron sortear tan terribles momentos.
Les cuento: llego el momento, estoy segura,
que ese equipo de sabios médicos estaban persuadidos de que el tratamiento con
antibiótico, por muy específicos que fueran, no iba a ser suficiente para
contener y erradicar ese terrible cuadro infeccioso, de manera que tomaron la
sabia y arriesgada decisión de intervenirme, con las prodigiosas y hábiles manos
del Dr. Félix Adolfo Licon, quirúrgicamente. Cuando digo arriesgada me quedo
corta, debería decir arriesgadísima, me explico: una bebe recién nacida con un
cuadro de patologías graves como Meningitis, Edema Cerebral severo, unas
plaquetas por el orden de, más o menos, 35.000, una leucopenia de
aproximadamente 2.000 glóbulos blancos y
un largo etc., hacían totalmente contraindicada cualquier intervención quirúrgica,
pero era de vida o muerte…. Y aquí estoy.
Ustedes se preguntaran, como una
bebita recién nacida puede hablar en esos términos, muy fácil, me los está
dictando un doctor que estuvo en el quirófano, vigilante, pendiente, expectante,
como dirigiendo el acto médico quirúrgico, me extraño verlo, no estaba vestido
adecuadamente para el delicado momento, vestía
una impecable bata blanca, no usaba tapa boca ni gorro, por eso le note un
poblado bigote negro y un sombrero de ala corta del mismo color, los que
estaban con él lo llamaban Dr. José Gregorio; entre los que llenaron el recinto
estaba un bello niño que me alentaba y me daba ánimos sin hablar, todo en el
idioma de los niños, apretaba mis manos entre las suyas como insuflándome la
vida, y aquí me tienen, después, al final, me dijo que lo llamaban el niño Jesús
de Praga, lo acompañaban entre otros, que yo recuerde san Juan Pablo II , la
Rosa Mística, nuestra madre del Socorro, la Coromoto, La Milagrosa, que con sus
rayos y por supuesto con los de mi Jesús de la Misericordia servían de luz para
iluminar todo el recinto. Por cierto oí que mi mami, en honor a la Virgen, me va a llamar Antonia de la
Milagrosa (gracias mami, muy bello y merecido nombre).
Excúsenme la elocuencia de este
relato y la magnificación de todo el proceso, desde que entre hasta que Salí,
pero quiero, en esa misma proporción, expresar mi eterno agradecimiento a todas
las personas que pusieron su amor, sus oraciones y su colaboración para ser más
llevadera toda la angustia de papi y mami, por la difícil situación….. Ustedes
me entienden verdad?. Gracias al cielo todo está saliendo a pedir de boca,
A mis primos grandes, que son mis tíos,
mucha gracias por todo. Se acabo la
competencia que tenían mi tía Liliana, la Vicky y Nanin con mi abuelito por ver
quién llegaba primero a las visitas, mientras tanto mis abuelitas bregando con
mi hermanito José Ignacio, en fin todo, gracias al Señor, está llegando a la
normalidad.
No me queda de otra que decirles a
todos que, por instrucciones de Papa Dios, reciban de mi parte un millón de
bendiciones. Chao
Los quiero y los querré siempre:
ANTONIA…..”LA PRINCESA”
No hay comentarios:
Publicar un comentario