Luis María ANSON
Mariano Rajoy es un hombre de suerte. Ni siquiera el gafe Pedro Arriola puede con él, a pesar de sus denodados esfuerzos para hundirle con su política de no hacer nada porque el tiempo lo arregla todo.
En medio de una situación general comprometida por las guerras púnicas, el presidente del Gobierno ha tenido la fortuna de que el caudillo venezolano Maduro la haya emprendido con él. El pequeño Nicolás de Caracas lleva unos días cubriendo de improperios a Mariano Rajoy por la desfachatez del presidente español al recibir a la esposa de un líder de la oposición, preso político en las cárceles bolivarianas de la Venezuela de Chávez y sus herederos.
Maduro acusa a Rajoy de favorecer el golpismo en Venezuela y sumir en la miseria a España, donde la gente está hambrienta y “busca comida en la basura”.
Nacional e internacionalmente, los insultos e improperios de ese pobre hombre que es Nicolás Maduro han favorecido a Mariano Rajoy, que ha tenido la fortuna de que el presidente venezolano le distinga con sus ataques delirantes. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, también ha salido beneficiado por los improperios de Nicolás Maduro. Su prestigio en las cancillerías occidentales se ha incrementado.
El presidente venezolano ha retirado a su embajador en Madrid. La respuesta inteligente ante tanto despropósito es no hacer ni caso a Maduro y esforzarse por mantener la cordial relación con Venezuela porque su pueblo y el español están llamados a entenderse, beneficiándose de una colaboración conjunta.
En medio de una situación general comprometida por las guerras púnicas, el presidente del Gobierno ha tenido la fortuna de que el caudillo venezolano Maduro la haya emprendido con él. El pequeño Nicolás de Caracas lleva unos días cubriendo de improperios a Mariano Rajoy por la desfachatez del presidente español al recibir a la esposa de un líder de la oposición, preso político en las cárceles bolivarianas de la Venezuela de Chávez y sus herederos.
Maduro acusa a Rajoy de favorecer el golpismo en Venezuela y sumir en la miseria a España, donde la gente está hambrienta y “busca comida en la basura”.
Nacional e internacionalmente, los insultos e improperios de ese pobre hombre que es Nicolás Maduro han favorecido a Mariano Rajoy, que ha tenido la fortuna de que el presidente venezolano le distinga con sus ataques delirantes. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, también ha salido beneficiado por los improperios de Nicolás Maduro. Su prestigio en las cancillerías occidentales se ha incrementado.
El presidente venezolano ha retirado a su embajador en Madrid. La respuesta inteligente ante tanto despropósito es no hacer ni caso a Maduro y esforzarse por mantener la cordial relación con Venezuela porque su pueblo y el español están llamados a entenderse, beneficiándose de una colaboración conjunta.
Luis María ANSON
de la Real Academia Española |
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