Ante la venta de “El
Universal”
Adolfo P. SALGUEIRO
Con motivo de la venta
de “El Universal” algunos columnistas ya han fijado posición y además el nuevo
Presidente de la Junta Directiva -Ing. Abreu Anselmi- expuso la suya
en entrevista que concedió a Roberto Giusti y que fue publicada el 12 de los
corrientes. Quien esto escribe siente obligación ante sus lectores y ante el
periódico (que viene dando acogida a nuestras opiniones desde 1974) de hacer lo
propio.
Reconozco que “El
Universal” es una sociedad anónima cuyo objetivo es explotar la actividad
mediática y en tal carácter es libre de mantener, fijar o cambiar su línea
editorial. Tambien afirmo que un periódico de la antigüedad y reconocida
seriedad de “El Universal” tiene una responsabilidad social ineludible ante sus
lectores, trabajadores y relacionados.
Nuestro ingreso a las
páginas de “El Universal” ocurrió en 1974 de la mano del Dr. Manuel Palma
Labastidas quien nos presentó a Guillermo José Schael, entonces coordinador de
estas páginas. Posteriormente nuestro amigo y mentor Efraín Schacht
Aristeguieta se vio en la necesidad de dejar su prestigiosa columna “Atalaya”
tras haber sido designado Canciller por el Presidente Pérez y tuvo la
generosidad de recomendarnos para colaborar con carácter permanente. De allí a
hoy nuestra opiniones superan ampliamente el millar, algunas mejores, otras
peores, pero siempre ofrecidas “ad honorem” con disciplina, esfuerzo y absoluta
honestidad hacia el lector. Jamás sufrí censura ni sugerencia de una
orientación particular.
Hoy “El Universal” es
vendido a través de un esquema jurídico diseñado expresamente para que no se
sepa quiénes son los compradores. Mala señal en un país donde los últimos
cambios accionarios en medios han sido preludio para convertir íconos del
periodismo nacional en apéndices gubernamentales en busca de la cacareada
necesidad de obtener la “hegemonía mediática”.
El Ing. Abreu Anselmi
ha expresado que no habrá cambios sustanciales en la orientación. No tengo
razón alguna para no creerle porque me dicen que es hombre serio. Pero tampoco
tengo razón alguna para creerle vistos los vientos que soplan y sus propias
declaraciones en las que afirma no conocer a los que desde ahora baten el
cobre. Que peso puede tener entonces su mejor intención?
Este columnista –igual
que otros- seguirá colaborando con la misma disciplina y entrega como hasta
ahora en tanto y en cuanto se mantenga intacta la libertad de expresión
entendida como derecho y como responsabilidad. No he solicitado ni aceptaré
recomendación alguna con los nuevos dueños destinada a mejorar la posibilidad
de mi permanencia. Si no me ven más por acá será porque me botaron, ya sea
expresamente o a través de mecanismos más sutiles.
Mientras los
acontecimientos dictan la pauta esta es la oportunidad para agradecer a Andres
Mata y su equipo, al Consejo de Redacción que me ofreció esta tribuna a la que
debo gran parte de mi proyección pública, al núcleo directivo y a Miguel Maita,
coordinador de estas páginas, cuya bonhomía y dictatorial exigencia de
disciplina en las entregas ha ayudado a que esta sección sea una referencia en
la opinión nacional.
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