Blog de Víctor José López /Periodista

miércoles, 25 de junio de 2014

OSWALDO ÁLVAREZ PAZ, La utilidad como medida

LA UTILIDAD COMO MEDIDA
Oswaldo Álvarez Paz
EXPRESO, Lima

He tenido la suerte de vivir intensamente jornadas políticas de enorme trascendencia. Ocupando la presidencia de la Cámara de Diputados del desaparecido Congreso de la República, pude estar presente y seguir de cerca el proceso de la muerte de Francisco Franco en España y ser testigo de excepción de la transición que se iniciaba de inmediato. Fue posible gracias a la amistad que me unía a D. Fernando Álvarez de Miranda, presidente del Congreso de los Diputados de ese país y a las relaciones establecidas con algunos de los protagonistas de ese apasionante tiempo. Adolfo Suárez, Felipe González, Manuel Fraga, Santiago Carrillo y otros de igual calibre, cada uno dentro de circunstancias distintas, dejaron marcadas lecciones inolvidables de consecuencia democrática.

Recuerdo un profundo debate parlamentario originado por la muerte de unos estudiantes protestatarios en alguna provincia cercana a Madrid, como consecuencia de la represión de la Guardia Civil. Aún no tenían Reglamento de Debates y me correspondió hacer sugerencias y presentar un esquema para canalizar aquel duro enfrentamiento entre las fuerzas que se entendían para darle estabilidad al nuevo régimen. El asunto no pasó a mayores. La Junta de Portavoces (Comisión de Mesa en Venezuela) me invitó a una cena para agradecer la utilidad de mis recomendaciones. Fue un encuentro muy grato, inolvidable, entre anécdotas y preocupaciones. Santiago Carrillo, líder histórico de los comunistas españoles y para ellos héroe en la guerra civil, estaba sentado muy cerca y con buen humor le dije que de las cosas que más me llamaban la atención era verlo convertido en un “monárquico”, después de una vida de luchas en la dirección contraria. Se pudo serio, me miró fijamente y me respondió: “No Oswaldo, no es que yo ahora sea un monárquico. Lo que pasa es que la monarquía en España se legitima por su utilidad”. En aquel momento todos la veían como solución a muchos dramas históricos acumulados. Entre otros, lo relativo a las autonomías y el renacimiento creciente de tendencias separatistas, dicho sea de paso, aún existentes. La Corona se convertía en símbolo de la unidad de España por encima de factores que todos se empeñaban en superar, incluido el militarismo.

Pudiera continuar relatando anécdotas, pero creo que es innecesario. La utilidad de la monarquía está a la vista. Sin la extraordinaria labor de Juan Carlos I hubiera sido imposible. A su preparación, tacto, olfato, coraje y decisión para asumir protagonismos peligrosos en situaciones muy difíciles, se debe la consolidación de la unidad democrática de España. Una Monarquía parlamentaria respetuosa de los derechos humanos y consecuente con los valores y tradiciones que unifica a la nación española. Tenemos la seguridad de que Felipe VI estará a la altura del legado recibido y será eje de la renovación de un sistema con cuarenta años de ejercicio. La utilidad es esencial para la legitimación de cualquier régimen. Los gobiernos no deben de olvidarlo.


oalvarezpaz@gmail.com Sábado, 21 de junio de 2014

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