CRIMEN ORGANIZADO IMPUNE
La repetición de los males que
aquejan a Venezuela se ha convertido en lugar común. Cuesta determinar por
donde empezar. La inseguridad, la educación, la salud, la vialidad, la defensa
de la soberanía, el costo de la vida, la carencia de artículos básicos de
consumo, la falta de empleos estables y bien remunerados, la empresa privada,
la libertad de trabajo y contratación, las violaciones constitucionales y
legales, la quiebra de las industrias fundamentales, el acoso a los medios
independientes, los discursos del ilegítimo, el magnicidio, las aberraciones
del Tribunal Supremo, las increíbles sesiones de la Asamblea Nacional y paremos
de contar. De todo se habla al mismo tiempo porque nada funciona en este pobre
país pobre, condenado a lo peor por los bárbaros más caros de la historia. Lo
más grave es que no hay salida, no habrá solución mientras el régimen se
mantenga y tengamos lo que tenemos en la Presidencia.
Sin embargo, hay un tema del
cual se habla cada vez menos. Los medios de comunicación sólo lo mencionan como
referencia al exterior, quizás para no convertirlo en prioritario como su
importancia lo indica. Me refiero al narcotráfico y a las múltiples estructuras
del crimen organizado que le dan soporte y apoyo operativo a sus actividades.
Están presentes en todas las esferas políticas, económicas, sociales y
militares. Desde lo estrictamente vinculado a los estupefacientes, drogas
ilegales, hasta el incremento de la inseguridad en las calles y las luchas
entre pandillas por espacios para el “buhonerismo”, es decir, ventas al por
menor. Tienen que ver con decenas de actividades como el lavado de dinero
dentro y fuera del país o la toma de decisiones políticas trascendentes, como
fue arrebatarle a las gobernaciones y alcaldías la administración y control de
puertos, aeropuertos y la vialidad terrestre, especialmente autopistas y vías
interestatales. Todo ha tenido su razón de ser. Mario Vargas Llosa, en su
artículo del domingo en El Nacional dice textualmente: “La fuente principal de
la corrupción en nuestros días, la gran amenaza para el proceso de
democratización política y modernización económica que vive América Latina,
sigue siendo y lo será cada día más, el narcotráfico”
oalvarezpaz@gmail.com Lunes, 2 de septiembre de 2013
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