Una elevada
proporción está satisfecha con el desorden, la pillería, el caos vial, los
apagones...
| EL UNIVERSAL
martes 24
de septiembre de 2013
Basta de
correos con expresiones que van desde plañideras hasta indignadas. Casi todos
preguntando ¿por qué la oposición no hace tal o cual cosa? Naturalmente es lícito
y ajustado a lo que consideramos como un derecho fundamental el opinar sobre
los actos del Gobierno o de la oposición, pero lo que no me parece muy
apropiado es que los "opositores" se refieran a la "oposición",
a la MUD o a Capriles, como si fueran testigos apáticos de los eventos que los
envuelven. Orienten sus frustraciones hacia quienes tienen el poder, no hacia
los que quieren cambiar las cosas.
Opino, y es
un derecho que tengo, que algo anda muy mal en nuestra sociedad. Que un número
muy elevado de venezolanos esperan que sea "otro" el que le resuelva
sus problemas, que aparezca milagrosamente otro caudillo que se oponga al
caudillo, que a su vez sucedió al caudillo y así sucesivamente. Los padres ven
con asombro los nuevos textos escolares oficiales, inaceptables de acuerdo a
los expertos, y esperan que un tercero proteste en lugar de exigir una educación
libre e imponer su derecho, como padres, de darles a sus hijos la mejor educación
posible.
¿Satisfechos?
Una elevada
proporción de los venezolanos -las encuestas dicen que casi la mitad- están
satisfechos con el desorden, la pillería, el caos vial, los apagones, la
inseguridad personal, la destrucción del sistema educativo, el cierre de los
medios de comunicación y la otra mitad, espera algún milagro, que surja un
nuevo caudillo que los libre de estas plagas sin hacer otra cosa que hablar o
enviar quejas por correo. Copiarse en un examen comienza a ser un acto usual en
colegios y universidades, así como el envío de fotos comprometedoras y hasta
pornográficas de sus compañeros. Buscar un negocio que sea un "tiro al
piso" es visto como prueba de talento y trabajar toda la vida es evidencia
de estupidez. Un docente universitario con doctorado percibe 300 dólares
mensuales de sueldo a la tasa innombrable, 180 un médico o un maestro, y menos
de 100 a alguien con salario mínimo. Normal que nos ubiquen en los últimos
lugares del mundo en competitividad, que no exportemos otra cosa que petróleo y
seamos incapaces de producir insumos, repuestos, bienes de capital o alimentos.
Subdesarrollo mental concluían hace dos décadas unos analistas de nuestra
sociedad (Fairbanks & Lindsay).
¿Se
acuerdan de los obreros en Polonia, la lucha por los derechos en África del
Sur, de las damas de blanco durante la dictadura de Noriega, de las sufragistas
que demandaban el voto para la mujer? ¿Recuerdan sociedades que se negaban a
comprar ciertos productos por razones éticas, agricultores que no llevaban sus
cosechas a los mercados cuando no les garantizaban un margen de utilidad o
ciudadanos que protestaban contra la inseguridad o la falta de servicios?
Declaro mi ignorancia en asuntos de la conducta de masas, pero siento que algo
anda muy mal en una sociedad que patea valores, ensalza pillerías y acepta
cualquier atropello a su dignidad.
carlosmach2013@gmail.com
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