No saben leer
Los actuales gobernantes, militares y civiles, no saben leer lo que está sucediendo en el país.
Primero, el fallecimiento de Chávez, el caudillo que los unificaba y que -según propia confesión- paralizaba algunas de las locuras que se les ocurrían. En segundo lugar, las elecciones del 14 de abril, cuando apareció ostensiblemente una nueva mayoría conformada por quienes venían haciendo resistencia a la forma de gobernar y administrar la República, a lo cual se agregó una franja importante de quienes respaldaban a Chávez que ahora no lo hicieron por Maduro y sí por la alternativa democrática, con el resultado de que Maduro es un huérfano y representa una minoría en el país.
A todo ello debemos agregarle severos problemas como el de la inseguridad ciudadana, la crisis económica y fiscal, el alto monto de la deuda pública; la ruina del aparato productivo y el consiguiente descenso de la producción y el aumento de la dependencia de la renta petrolera; la escasez de divisas y su repercusión en la desaparición de artículos básicos de la dieta básica; una devaluación que reduce el poder de compra de quienes viven de sus salarios e incluso de los pensionados. La inflación es la más alta de América Latina y del mundo y "se come" literalmente los sueldos y salarios. Todo ello es consecuencia de un "modelo" fracasado que se ha querido imponer estos 14 años. Maduro no está en capacidad de abordar tales situaciones. Lo intenta hacer con represión, y eso agudiza aún más la crisis.
El drama económico y social no tiene solución, por más remiendos que le hagan a su "modelo". Esa ambigüedad que se expresa en un Merentes que, a nombre del Banco Central y del propio Maduro, llama a los productores a colaborar, y por otro lado, Maduro insistiendo en la liquidación del capitalismo, sistema al cual atribuye la miseria, y se olvida que también el socialismo estatista ha provocado hambrunas de todo tipo, incluida la que se padece en Cuba, y la que sufrió hasta hace muy poco China antes del viraje.
Maduro está entrampado: o reconoce la nueva realidad y busca dialogar; o apela a medidas represivas que generaran violencia política. No es tan simple la solución. Es más compleja y difícil: la camarilla castro-comunista gobernante está entrampada. No sabe leer, o no quiere hacerlo, las nuevas realidades que están en marcha.
A todo ello debemos agregarle severos problemas como el de la inseguridad ciudadana, la crisis económica y fiscal, el alto monto de la deuda pública; la ruina del aparato productivo y el consiguiente descenso de la producción y el aumento de la dependencia de la renta petrolera; la escasez de divisas y su repercusión en la desaparición de artículos básicos de la dieta básica; una devaluación que reduce el poder de compra de quienes viven de sus salarios e incluso de los pensionados. La inflación es la más alta de América Latina y del mundo y "se come" literalmente los sueldos y salarios. Todo ello es consecuencia de un "modelo" fracasado que se ha querido imponer estos 14 años. Maduro no está en capacidad de abordar tales situaciones. Lo intenta hacer con represión, y eso agudiza aún más la crisis.
El drama económico y social no tiene solución, por más remiendos que le hagan a su "modelo". Esa ambigüedad que se expresa en un Merentes que, a nombre del Banco Central y del propio Maduro, llama a los productores a colaborar, y por otro lado, Maduro insistiendo en la liquidación del capitalismo, sistema al cual atribuye la miseria, y se olvida que también el socialismo estatista ha provocado hambrunas de todo tipo, incluida la que se padece en Cuba, y la que sufrió hasta hace muy poco China antes del viraje.
Maduro está entrampado: o reconoce la nueva realidad y busca dialogar; o apela a medidas represivas que generaran violencia política. No es tan simple la solución. Es más compleja y difícil: la camarilla castro-comunista gobernante está entrampada. No sabe leer, o no quiere hacerlo, las nuevas realidades que están en marcha.
Pompeyo Márquez
Dirigente político
Dirigente político
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